Ante la presencia de miles de fieles en la Plaza San Pedro, el humo negro salió de la chimenea de la Capilla Sixtina y anunció que en la primera votación para elegir al sucesor de Francisco ningún cardenal llegó a los votos para ser Papa.
La primera jornada para elegir al sucesor de Francisco terminó sin acuerdos. Este jueves se retoma con cuatro posibles votaciones en busca del humo blanco
Fumata negra en el primer cónclave para elegir el reemplazo del Papa Francisco
Ante la presencia de miles de fieles en la Plaza San Pedro, el humo negro salió de la chimenea de la Capilla Sixtina y anunció que en la primera votación para elegir al sucesor de Francisco ningún cardenal llegó a los votos para ser Papa.
Pasadas las 16 de Argentina, el humo negro invadió el cielo del Vaticano y la elección para un nuevo Papa se hace esperar. Los cardenales así regresaron a la residencia de Santa Marta donde pasarán la noche y mañana regresaran al Vaticano.
El proceso de elección advierte que para que un cardenal llegue a ser líder de la iglesia católica debe alcance con dos tercios de los votos, es decir 89 de los 133 eclesiásticos que participan de la votación.
Con el humo negro todo pasará para este jueves con cuatro votaciones: dos por la mañana y dos por la tarde. En caso de lograrse el consenso habrá fumata blanca, si no se alcanzan los 89 votos, el proceso se repite y en el cierre de la jornada habrá humo negro.
El cardenal secretario de Estado Pietro Parolin preside el cónclave en reemplazo de Giovanni Battista Re, quien a sus 91 años ya no participa como elector. Desde este momento, todo queda en manos del Espíritu Santo y del voto secreto de los cardenales.
Son 133 cardenales electores los que participan del cónclave. Deben ser cardenales que no superen los 80 años.
Hay una fuerte presencia de cardenales provenientes de las periferias del mundo católico, siguiendo el legado del pontificado de Francisco. Los cardenales pertenecen a 70 países. Europa aporta 52, América 37 (incluidos 17 de América del Sur), Asia 23, África 17 y Oceanía 4. Italia, con 17 electores, es el país más representado. Por primera vez, países como Haití, Cabo Verde, Malasia, Paraguay y Sudán del Sur tienen representantes con derecho a voto.
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La edad media de los cardenales es de 70 años, y el más joven es el arzobispo ucraniano Mykola Bychok, de 45 años.
El quórum requerido es de dos tercios de los cardenales presentes, lo que en esta ocasión representa 89 votos. La jornada comenzó a las 10 con la misa Pro eligendo Pontifice, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re. A las 16.20, los cardenales marcharon en procesión hacia la Capilla Sixtina y realizaron el juramento bajo el tradicional “extra omnes”.
Los cardenales reciben una papeleta en blanco y escriben de puño y letra un solo nombre, bajo la frase “eligo in Summum Pontificem”. Depositan su voto en una urna tras jurar: “Invoco a Cristo el Señor, que me ha de juzgar, por testigo de que mi voto se da al que, según Dios, creo que debe ser elegido”.
Las papeletas se cuentan y, si el número no coincide con el de votantes, se destruyen y se repite la votación. Si hay coincidencia, se leen en voz alta y se queman. El humo negro indica que no hay nuevo Papa, mientras que el humo blanco anuncia que uno de los candidatos fue elegido.
Después de la primera votación de este primer día por la tarde, habrá cuatro votaciones por día: dos por la mañana y dos por la tarde, con dos fumatas diarias. Si se alcanza el quórum, se anunciará el nuevo Papa con el tradicional “Habemus Papam” desde la Logia de la Basílica de San Pedro.
El resultado de las votaciones se comunicará al público a través de las famosas fumatas blancas o negras. Es decir, fumata negra cuando no se llega a un acuerdo. Fumata blanca cuando hay un nuevo Papa elegido.