En este escenario de nueva macroeconomía, el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (Idea) toma un enfoque renovado y se centra en la competitividad. Santiago Mignone, presidente de Idea, junto a Mariano Bosch, CEO de Adecoagro y presidente del 61º Coloquio de Idea, estuvieron en Rosario para anticipar los temas que este año se trabajarán en el gran encuentro de empresarios y ejecutivos que se realizará en octubre en Mar del Plata. Plantearon la importancia de que las empresas se adapten y mejoren su productividad para competir en un mercado global cada vez más exigente.
La agenda empresarial pasó de enfocarse en el análisis de variables macroeconómicas a cómo las empresas pueden ser más competitivas. Mignone explicó: “Nosotros durante este año queremos dejar de discutir sobre macroeconomía y empezar a discutir sobre competitividad, que es la agenda empresaria”. Esta transición marca un momento clave para que los empresarios identifiquen cómo mejorar procesos internos y enfrentar la competencia, resaltó.
La meta es clara: “Cómo mejoramos la productividad, cómo innovamos en los procesos”, indicó Mignone. Esto implica que el foco debe trasladarse del CFO o gerente financiero hacia el gerente de producción, resaltando la idea de que la clave está en la operación de las empresas. “El secreto está en la operación”, reafirmó y destacó que “si Argentina estabiliza sus variables macroeconómicas, las empresas deben asumir el liderazgo en su competitividad”.
Fortalecimiento de la competitividad
La propuesta de los ejecutivos de Idea es que los empresarios se pregunten: ¿qué es lo que nosotros tenemos que hacer mejor? En este sentido, Bosch remarcó la necesidad de utilizar mejor los recursos y ser más eficientes: “Tenemos que ver cómo usamos mejor los recursos, cómo somos más eficientes en el manejo de todos los recursos”, subrayó y destacó que esto incluye la aplicación de tecnología para incrementar la producción y facilitar la exportación a un costo competitivo.
“Para exportar, tenemos que hacerlo a un costo competitivo, o sea, tenemos que llegar a poderle competir al mundo”, resalta Bosch. La Argentina cuenta con “buenos recursos naturales” y “muy buena calidad de talento”, una combinación que, si se aprovecha adecuadamente, puede llevar al país a conseguir una posición destacada en el mercado global.
Un aspecto fundamental es la productividad. “El principal eje de la competitividad es la productividad”, afirmó Bosch al tiempo que señaló que en la última década Argentina ha experimentado una disminución en este ámbito, a contracorriente de la tendencia de otros países vecinos que aumentan su productividad: “Eso es lo que no nos puede pasar. Con eso no le vamos a exportar a nadie”.
El énfasis en la productividad conecta con la necesidad de ser “ágiles” y aprovechar las herramientas tecnológicas, a pesar de los numerosos desafíos que enfrenta el sector. “Muchísima tecnología no se está aplicando por N razones”, explicó Bosch, quien también sugirió que hay un enorme potencial sin explorar que las empresas deben aprender a integrar en sus operaciones para marcar una diferencia competitiva.
El papel del gobierno y la desregulación
Si bien la agenda del Coloquio de Idea pone un fuerte énfasis en la acción empresarial, los ejecutivos también hablaron sobre las intervenciones del gobierno. Mignone apuntó a la necesidad de desregulación en un contexto donde “Argentina estaba viviendo en una sobreregulación exagerada”.
“Esta sobreabundancia de regulaciones, que se superponen entre distintas jurisdicciones, destaca la urgencia de simplificar el entorno operativo para liberar recursos que puedan concentrarse en la competitividad”, indicó.
En ese sentido, sostienen que el gobierno debe trabajar en conjunto con las empresas para lograr un marco regulatorio que no las restrinja. “Eliminar la sobreregulación para que las empresas puedan actuar con mayor libertad”, señala Mignone, subrayando la importancia de que las decisiones que se tomen en el marco de la política económica se alineen con los esfuerzos del sector privado, con las necesidades del país.
Infraestructura y su impacto en la competitividad
Otra arista significativa es la infraestructura. “La infraestructura da competitividad. Vos tenés un mejor puerto, más eficiente”, señaló Bosch, enfatizando que la mejora en este sector es esencial para reducir costos de producción. Sin embargo, también reconoció que la infraestructura es un problema de larga data en Argentina que requerirá tiempo y colaboración entre diferentes niveles de gobierno, así como del sector privado.
Mignone añadió que “no es un problema que tenga un año” y resaltó que “la deficiencia de infraestructura viene de un largo periodo en Argentina”. Por eso sugirió que cualquier avance requerirá un proceso de discusión y planificación detallada.
campo granos cosecha.jpg
Archivo La Capital
En el nuevo marco económico desde Idea advierten que hay grandes oportunidades para la agroindustria, con potencial especial en regiones como Rosario. “Hay una competitividad extraordinaria”, mencionó Bosch, haciendo hincapié en la población emprendedora y el talento presente en localidades del interior del país.
Asimismo, habló del sector petróleo y gas, también con excelentes oportunidades. “Si tenemos gas más barato, voy a ser mucho más competitivo para el mundo”, afirmó Bosch, ilustrando cómo el acceso a recursos energéticos asequibles puede ser un factor que marque la diferencia en la capacidad de exportación de productos como quesos en polvo y derivados lácteos, a los que se dedica la compañía que dirige, en un contexto donde la demanda global de estos productos sigue en aumento.
La competitividad se erige como el eje central de la agenda empresarial argentina, una misión que debe ser adoptada por el sector privado junto a un marco regulatorio adecuado. La productividad, el uso eficiente de los recursos y la colaboración con el gobierno son elementos que definirán el futuro de la economía. Como fue coincidente en las voces de Mignone y Bosch, el desafío no es solo ser competitivos, sino serlo constantemente: “La competitividad se construye todos los días”, concluyen. La mejora continua y la adaptación son el camino para que Argentina pueda navegar con éxito en un mundo globalizado.