El 15 de octubre de 2021 asistí a la Biblioteca Popular Solidaridad Social, de calle Paraguay 2545, con el fin de asociarme dentro del proceso de normalización de la institución luego de años de que la misma permaneciera en un virtual cierre y decaimiento. Lamentablemente, la delegada normalizadora, en un grave atropello a la institucionalidad y la democracia, se quejaba de la presencia de vecinos con la voluntad de asociarse, y cuestionó mis motivos para asociarme, comenzando un interrogatorio respecto de a quién conocía yo de la biblioteca, rehusándose a decirme el número de asociado que me correspondía y negándose facilitar cualquier tipo de información respecto a cómo continuaría el proceso de normalización de la institución. Pude ver cómo hacía lo mismo con otras personas que se encontraban en el mismo momento mientras cuestionaba por qué no se iban a asociar a otra biblioteca. Como sociedad no debemos tolerar atropellos a la democracia.