La cuarta edición del Festival Bandera traía sobre sus espaldas las exitosas ediciones anteriores y el cambio de locación. Además del desafío de repetir una propuesta interesante desde lo artístico, el espacio físico que albergó al público en el predio ferial de la ex Rural tenía que estar a la altura del ya acostumbrado hipódromo del parque Independencia, y las expectativas se cumplieron.
Más de 20 mil personas asistieron este sábado a la cuarta edición del Festival Bandera, que tuvo como espectáculos centrales a Las Pastillas del Abuelo, No te va Gustar, El Cuarteto de Nos, Dillom y Julieta Venegas.
A juzgar por lo que se vivió desde las 16 de este sábado, cuando abrieron puertas hasta el anochecer, los ítems que generaban incertidumbre quedaron saldados. El predio funcionó en todos los sentidos, y lo artístico, si bien va de la mano con gustos musicales, conformó al público que desde temprano ingresó y recorrió todos los espacios disponibles escuchando a las bandas.
Claro que la asistencia también tiene que ver con formar parte y pertenecer a eventos masivos y, en esa línea, definitivamente la ciudad se apropió del Festival Bandera. Sin dudas, el cambio de lugar fue positivo. La disposición de todos los ambientes resultó muy cómoda, el tránsito fue fluido y el expendio de gastronomía resultó ágil. En cuanto a llegar e irse del festival, la oferta igualó la disponibilidad de las anteriores ediciones porque el predio actual de la ex Rural es similar al anterior.
La logística de programación paseó sin fisuras. Los escenarios principales estuvieron pegados uno al otro. Alrededor de las 18:30, cuando Natalie Pérez terminó su set con un guiño a «Corazón» de Los Auténticos Decadentes saludó y automáticamente en el escenario pegado comenzó Silvestre y La Naranja. Los dos espacios estaban a tope y las caras de felicidad superaban la calidad de cualquier canción que esté sonando.
También tuvo buena concurrencia el escenario Bandera, a esa hora con el crédito local de Lucky Rivers y su propuesta musical con bases en el rock argentino de autor y un gustito a la década del 70' que hoy resulta novedoso.
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Cerquita de ahí, en el escenario cerrado Laboratorio Bandera (un lugar precioso para concentrar y aislarse) estaba Soui Uno, una piba que la rompió con un flow agresivo y lúdico y recordó así a las pioneras Actitud María Marta. Antes, allí nomás salió a escena Brapis, voz de los también locales Caliope Family, quien supo concentrar a gran cantidad de personas para disfrutar de un show anclado en las bases naturales del hip hop (beat y voz) y en el mismo sentido vanguardista. Nada más atractivo que la impresión de un pibe que te canta en la cara lo que la gente vive y siente en Rosario.
En cuanto a los shows centrales, la popularidad de Cruzando el Charco y Las Pastillas del Abuelo se hizo sentir. Los mismo el demoledor set de El Cuarteto de Nos y la catarata de hits de No te va a Gustar. Pero fueron los shows de Julieta Venegas y Dillom los distintivos de la jornada.
Julieta Venegas arrancó con “Dime la verdad”. Bailable, digerible, con ondas graves que invitaban a bailar. Sin embargo, la impresión era de groove industrial latino, comandado por una voz amable, proponiendo un show, junto con Dillom, diferente a todo lo que se escuchó en los escenarios principales durante todo el día. Estructuras ultrapop con gran sostén de sintetizadores que te caen bien y un mapa dando vueltas donde lo británico ochentoso se mezcla con lo latino y genera algo notable. Exagerando, por momentos parecía que Talking Heads hubieran nacido en sudamérica. La síntesis del concepto de su show pueden ser las canciones “Caminar Sola” y “Bien o mal”. Ni siquiera tuvo que recurrir inmediatamente a los hits –‘Limón y sal’ fue la canción número 9- para seducir al público que venía bien encendido del escenario aledaño con Dillom, que dejó de ser el secreto del under y enfrenta el desafío de dejar de ser la novedad y enamorar a las abundancias. En la balanza del show business parece ganar terreno hacer lo que se le canta. Por supuesto que ‘Pelotuda’, ‘Opa’ y ‘La primera’ –que van juntas en la lista- conforman la amalgama necesaria para ocupar un lugar de privilegio, conquistar un horario central, ser conocido pero no estar de moda. Pero a saber por ‘Mick Jagger’ y ‘Minimi’, temas que estrenó y todavía no están publicados, no le preocupa dormir al calor de las masas y transformarse en la gran bestia pop.
La fiesta continuó con locales Los Peñaloza y el Dj Franco Cinelli, entrando el día domingo. En el susurro de la noche, los camarines desbordaban de felicidad con comunión de artistas celebrando que exista el festival, y la gente comentando y deseando que el año que viene tenga otra edición ‘del Bandera’.