La muerte violenta de Eduardo Fabian Berón tiene todos los condimentos de una ejecución mafiosa, aunque hasta anoche poco se sabía sobre el hombre, su pasado y los móviles que podrían haber llevado a su asesinato, que elevó a 43 las víctimas letales de la criminalidad en el departamento Rosario en lo que ha transcurrido de 2023.
Poco habían pasado de las 19.45 del sábado cuando un auto con tres o cuatro hombres llegó hasta la casa de Solís al 3100, en el barrio Triángulo y Moderno, en la cual Berón vivía con su familia. Del vehículo bajaron dos o tres ocupantes según las versiones y se dirigieron directamente a la vivienda de la persona que buscaban.
En ese sentido hay quienes sostienen que a Berón lo subieron al auto, se fueron y a los pocos minutos volvieron a la casa donde lo mataron. Otra indica que los agresores estuvieron en la puerta, discutieron y tras ello efectuaron varios disparos. Entonces los teléfonos de la central de emergencias del 911 empezaron a sonar alertando de lo que había ocurrido en una casa sencilla y humilde de la zona oeste de la ciudad.
Cuando los primeros policías arribaron a la vivienda de calle Solís entre Garay y Gaboto, unas cinco cuadras al este del cementerio La Piedad y a unas 10 cuadras al sur del Parque Oeste, donde la noche anterior había sido asesinado a otro hombre, lo hicieron acompañando a una ambulancia del Sies. Entonces los médicos comprobaron que Berón yacía sin vida en un ambiente de la casa producto de haber recibido un certero balazo en el cráneo. En tanto, su hijo Kevin, de 17 años, debió ser trasladado al Policlínico General San Martín tras sufrir un impacto en una pierna y quedó internado en observación.
En ese marco, los pesquisas resguardaron la escena a la espera de los peritos de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y los primeros testimonios recolectados entre vecinos del lugar dieron cuenta que el crimen se había cometido minutos antes cuando tres hombres bajaron de un Renault Fluence, entraron a la casa de Berón y abrieron fuego contra las víctimas para luego robarle una moto Honda Wave roja dominio A124HPM que estaba estacionada frente a la propiedad y en la cual uno de ellos se fue a toda velocidad.
En el marco del levantamiento de rastros en la escena criminal, los investigadores recogieron 6 vainas servidas calibre 9 milímetros, un latón, tres plomos, un teléfono celular, un disco de almacenamiento portátil y vestimentas. La investigación quedó en manos del fiscal de Homicidios Dolosos Ademar Bianchini, quien pidió no sólo recabar testimonios sino también buscar cámaras de seguridad públicas o privadas que haya en la zona para ubicar el auto en el cual llegaron los criminales.