Hace varios días que está en Rosario, pero por poco tiempo. El lunes se sumará a la selección Sub
23 en Ezeiza y de ahí partirá a España para unirse definitivamente a Rubin Kazan, el club de Rusia
que le abrió las puertas al Viejo Continente, el que le permitirá cumplir el sueño que acunó desde
que desembarcó en las inferiores de Newell’s. El presidente Eduardo López quería retenerlo,
pero la oferta fue imposible de rechazar y Cristian Ansaldi fue transferido. Ahora el Colo se
apresta a irse, no sin antes agradecerle a Caruso Lombardi porque fue clave en su rápido
crecimiento.
“La verdad es que se dio todo muy rápido. De a poquito caigo de
que estoy cumpliendo muchos de mis sueños”, confesó Ansaldi, quien hasta ahora no pisó Rusia
porque se unió a la pretemporada de Rubin en Alemania y Turquía ya que en Rusia es la peor época de
frío y se buscan otros lugares. Por eso el torneo se juega de marzo a noviembre y cuando viaje de
nuevo será a España para completar los trabajos.
“Todos me dicen que me ven demasiado tranquilo, pero siempre fui
así. Quizás por dentro hay una revolución bárbara pero no lo demuestro”, afirma y hay que
creerle, aunque también dice que es de extrañar mucho. “Por eso primero irán mi papá y mi
mamá, y luego mi novia. Además, ya me comprometí y a fin de año me caso”, anticipó.
—Cuando te hablaron de Rusia, ¿qué fue lo primero que pensaste?
—Sé que de Rusia se puede pegar un buen salto a otros equipos
grandes de Europa y no lo dudé. Hay muchos aspectos por los que me convenía la transferencia y
también a Newell’s. Fue uno de los motivos que me decidió junto a mi familia.
—Pensar que casi no vas a lapretemporada de invierno del 2007.
—Cuando pienso en todo lo que me pasó, sé que por nada del mundo
uno tiene que agrandarse. Así como me está yendo muy bien, mañana te puede ir muy mal. Siempre hay
que vivir el presente lo mejor posible y con la mayor humildad.
—¿Es cierto que fue una oferta imposible de rechazar?
—Creo que fue el verdadero motivo por el que me fui. Había dicho
que me quedaba hasta junio y me dolió desmentirlo porque soy de palabra. Tenía en mente hacer un
gran campeonato para que la gente se quedara tranquila. Pero se dio así y ahora hay que
aprovecharlo.
—¿Qué cambió en vos desde aquel día con Tigre en que Marini te
sacó en el primer tiempo?
—Lo único que cambió fue la confianza que me dio Caruso Lombardi.
Es una persona que te da mucha libertad y que te saca toda la presión porque la absorbe él. Eso
permitió que las cosas me empezaran a ir bien. Mis condiciones las tapaba con los nervios, pensando
que si jugaba mal, al siguiente partido saldría. Lo llamé para agradecerle porque todo esto se debe
a lo que él me brindó.
—¿Te pesaba ese cartelito de “mufa” que tenías
colgado?
—No, porque cuando entraba a la cancha me olvidaba de todo.
Siempre jugué muy concentrado.
—Decís, como todos: “Me gustaría volver a
Newell’s”.
—Es que es así. Yo quisiera terminar mi carrera en Newell’s.
Me encantaría volver pero una vez que ya haya entregado todo lo que tengo para dar en Europa. Es mi
sueño y no pienso desaprovecharlo.