Milei y una masterclass de anarcocapitalismo
Convencido de la pureza del mercado, Milei concibe la economía como un mundo aparte, como si el flujo constante de dinero pudiera ser escindido de la compra y venta de drogas y otros delitos.
Esa visión ideológica choca con la propia realidad. La investigación sobre el juez federal Marcelo Bailaque, que marcha hacia un jury, desplaza el foco de la mano de obra descartable de los barrios a los escalones más altos de la pirámide social, y de las periferias al corazón de la city.
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En lo inmediato, la carnada que mostró Caputo potencia un sistema perverso de incentivos. Al castigar al que cumplió y premiar al que escondió sus activos, el propio gobierno alienta la evasión. Menos recursos es menos Estado. Una masterclass de anarcocapitalismo.
Con un agravante: los impuestos que Milei corroe desde adentro son los coparticipables, como Ganancias. “Está cumpliendo con lo que dijo, que el 2025 era el año de ajuste a las provincias”, advierte un dirigente de Unidos que sigue de cerca los números fiscales.
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Las resoluciones de Arca le alcanzan a Milei para eliminar controles a martillazos, pero las reformas de fondo requieren el aval del Congreso, un terreno donde los dialoguistas ya tramitan la visa libertaria y los opositores más duros no logran encastrar las piezas para formar una mayoría.
Esta semana, el recinto de Diputados escenificó la confusión opositora. La sesión convocada para debatir el aumento de las jubilaciones, la conformación de la comisión $LIBRA y la asistencia a los inundados en la provincia de Buenos Aires se cayó no sólo por la presión de la Casa Rosada sobre los gobernadores sino también porque el peronismo, Encuentro Federal y la Coalición Cívica se pusieron a tirar del mantel por los cargos en la Auditoría General de la Nación. Con ese abismo entre la agenda de la dirigencia y la de la sociedad, el ausentismo récord no es tan difícil de explicar.
El nuevo macho alfa de la derecha
Las elecciones porteñas del domingo pintan un cuadro de época. El triunfo de Manuel Adorni marcó el quiebre de la hegemonía del PRO, desgastado por el paso del tiempo, la aparición de un nuevo competidor en la derecha de la góndola electoral, una sucesión mal tramitada por Mauricio Macri y la pobre gestión del primo Jorge, que sufrió con el cambio de escala de Vicente López a un monstruo como la ciudad de Buenos Aires. El PRO pasó de lo disruptivo a representar lo viejo, en términos biológicos, de ideas y de estilo.
Como sucedió en Brasil y Estados Unidos, la derecha radical se comió a la centroderecha tradicional, confiada en que iba a poder usar o domesticar a la nueva criatura del ecosistema político.
El 30% de los votos le sirven a Milei para convertirse en el macho alfa de la manada de la derecha y tener a sus pies a Macri, buena parte del radicalismo y al peronismo que reniega de Cristina. Con ellos no habrá alianza sino en el mejor de los casos nombres de extracomunitarios en la boleta de La Libertad Avanza. El presidente y sus seguidores podrán representarlo como un león, pero como buen perrero Milei entiende las relaciones en términos de uno manda y otro obedece.
Pese a que con Leandro Santoro al frente la lista del kirchnerismo y sus aliados sumaron bancas en la Legislatura, se convirtieron en la primera minoría y sostuvieron el porcentaje histórico en el peor momento del peronismo y en un distrito hostil, las expectativas de triunfo se volvieron como un bumerang y la fachada de justicialismo vecinalista y descristinizado no sirvió para atraer nuevos votantes.
Santoro fue víctima del voto útil. “Adorni creció 7 puntos en cinco días. Los que tenían pensado votar a Marra, Lospennato e incluso algunos de Larreta fueron corriendo a votar a Adorni para que no ganara el kirchnerismo”, observa un consultor con base en Santa Fe y vínculos aceitados con Buenos Aires. Sin la información precisa que dejaban las Paso, los climas de la campaña serán claves para que los segundos aspiren votos de los rivales con menos chances para ganarle a su adversario.
Otro amigo de Pullaro, Martín Lousteau, sufrió una derrota aún peor: su candidata, Lula Levy, sacó 2,3% y no consiguió ni una banca. En un gesto de reciprocidad, el gobernador santafesino acompañó al presidente de la UCR, que lo bancó después de perder en las Paso de 2021 contra Carolina Losada, el kilómetro cero del camino de Pullaro hacia la Gobernación.
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En la Casa Gris aseguran que la derrota de Lousteau no afecta el capital político de nacido y criado en Hughes. Ni en el pago chico ni ante el círculo rojo, donde siguen a Pullaro con atención. “Ni la gente ni la política hacen esa lectura. Los que se jugaban mucho eran el presidente, Macri y los K”, sostienen.
Otra vez, una masa anónima decidió desconectarse de las elecciones. Son quienes están frustrados luego de sucesivas decepciones, no hallan quien los represente o no encuentran relación entre los avatares de la política y su situación personal.
Por ahora, Milei está parado solo en el ring. Juntos implosionó, el cristinismo y el neokirchnerismo de Kicillof están enfrascados en un juego del gallina a ver quién defecciona y cede en la interna.
Con la escena nacional convertida en una tienda de antigüedades, Facundo Manes lanzó su espacio y busca presentarse como el cambio del cambio. Una opción ante el kirchnerismo y Milei que tiene un largo camino por recorrer y madurar en una alternativa, aunque convocó en su primera actividad a socialistas santafesinos como Joaquìn Blanco y Esteban Paulón y al rector de la UNR, Franco Bartolacci.
La deuda para obra pública en Santa Fe y el puente hacia un nuevo escenario
A falta de dos años para las elecciones presidenciales que darán un nuevo orden nacional (provisorio o más permanente), la provincialización sigue siendo la tendencia dominante.
En la previa de la reforma constitucional, Pullaro tendrá la autorización de la Legislatura para tomar deuda por más de mil millones de dólares para ejecutar obra pública. El Senado aprobó el mensaje por unanimidad, aunque con asteriscos del peronismo, y en Diputados el oficialismo hará pesar su mayoría propia. La discusión será cuáles son las obras y qué criterios —sociales, técnicos y políticos— pesan en qué obras se realizan.
El endeudamiento le sirve a Pullaro para apuntalar el empleo y la actividad, diferenciarse con una impronta productivista de la motosierra y el sesgo financiero de Milei y sumar un escudo al gobierno y a las administraciones locales, de cara al escenario político que se va a armando para 2027.
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Hoy Unidos cuenta con el Poder Ejecutivo, dos tercios en el Senado y mayoría propia en Diputados y gobierna las ciudades y comunas donde vive el 90% de la población de la provincia. Sin embargo, las elecciones del 13 de abril trazaron el borrador de un esquema de escenario de tercios, los libertarios ganaron dos bancas departamentales y aparecen competitivos en Rosario.
A eso se suma que después de la Convención Constituyente se eliminará la mayoría automática de la Cámara de Diputados y las bancas se repartirán de manera proporcional. Un esquema que podría derivar de la hegemonía de Unidos a una supremacía de la alianza que integran radicales, macristas, socialistas, javkinistas y otras fuerzas pero sin un dominio absoluto del escenario.
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Néstor Kirchner solía repetir que tener poder es contar con obra pública y la posibilidad de una reelección. Bajo esos parámetros, Pullaro llegará a fin de año todavía más fortalecido. El juego de diferenciaciones entre los libertarios y Unidos muestra que el dólar —ese objeto preciado que funciona como refugio de valor pero también como un termómetro de la gobernabilidad— habilita distintos usos económicos y políticos.