Tan sólo 23 días duró la prueba para el director general Claudio Romano como jefe de la policía rosarina. El jueves a la noche el rumor de su corrimiento fue ganando espacio hasta que el titular de la fuerza santafesina, Víctor Sarnaglia, confirmó ayer su desplazamiento. ¿Cuál fue el motivo? "Tomamos la decisión de separar de su cargo a Romano por razones de operatividad y por no haber cumplido los objetivos que se le fijaron al nombrarlo", explicó Sarnaglia. En reemplazo de Romano asumió el subdirector Danilo Román Villán, quien hasta ayer era subjefe de la Unidad Regional II desde el 18 de diciembre, cuando ambos asumieron para suplantar a Marcelo Gómez y Carina Degrá.
"Las cosas se miden por resultados. Para todo se necesita tiempo, pero Romano tiene 28 años de carrera y hay pequeños indicadores de que la operatividad podría haber sido mejor y no lo fue", indicó el jefe policial de Santa Fe a La Capital la tarde de ayer (ver página 30).
Previo al desplazamiento de Romano había sido corrido de su cargo el jefe de la Agrupación Unidad Orden Público (Auop), Marcelo Mendoza, quien con 26 años de carrera en la fuerza había sido puesto en funciones también el 18 de diciembre después de haber cumplido tareas en la Inspección de Zona 11ª, en el norte del departamento Rosario. De él dependía el personal que trabaja en las comisarías de la UR II y en su lugar fue designado el subdirector Juan Carlos Walter Giménez Claverol, quien estuvo a cargo de la Inspección de Zona 2ª (comisarías del centro geográfico de la ciudad) unos pocos días, cuando Romano hizo el movimiento más significativo de su breve gestión. No obstante, el nombre de Giménez Claverol quedó bajo la lupa del Ministerio de Seguridad debido a algunos antecedentes que "no gustan demasiado" en las autoridades políticas de la fuerza (ver página 30).
"Esto es un mensaje para toda la policía de la provincia, no sólo para Rosario. Acá lo único que asegura la continuidad en el cargo es la efectividad en el trabajo", dijo Sarnaglia hablando en nombre del ministro de Seguridad, Marcelo Saín.
Danilo Villán llegó a la cúpula de la regional rosarina luego de ser jefe de la seccional 9ª de Arroyito y titular de la Policía de Acción Táctica (PAT). Como segundo de Romano sucedió el mes pasado a Marcelo Gómez y Carina Degrá, quienes se fueron envueltos en una polémica con el ministro Saín al retirar la custodia de varios edificios públicos que habían sido blanco de balaceras de alto impacto institucional durante el ultimo año.
Saín envió entonces a Gómez un audio de WhatsApp, luego viralizado, en el que le ordenaba que restableciera las guardias y donde le advertía que si no lo hacía iba a venir a Rosario y "la cosa se iba a poner picante". Eso motivó que Saín denunciara al jefe policial saliente ante el Ministerio Público de la Acusación (MPA), hecho que generó un gran malestar en la tropa, que parece que también se puso picante.
Como jefe de la policía rosarina Villán será secundado por el subdirector Natalio Marciani (que llega desde de la División Judiciales); el subdirector Mariano Govi asumirá como jefe de Operaciones; el controversial comisario Claudio Kleiman asumirá como jefe de la División Judiciales (ver página 30); el comisario Hugo Bandeo será jefe de la Agrupación Cuerpos; y el comisario Hernán Gil quedó a cargo del Comando Radioeléctrico.
Malestar en la tropa
Consultados varios mandos medios de la policía rosarina, el mensaje político que significa el desplazamiento de Romano no fue recepcionado de la mejor manera. "No es la manera de conducir a la policía. ¿Qué jefe va a querer agarrar la responsabilidad de gestionar una regional si a las tres semanas te pasan el trapo de esta manera? Es un manoseo. Sin entrar en valoraciones, Romano es un jefe al que le faltan dos años para irse y lo trataron como a un principiante. Con los cambios que hicieron en Rosario sólo quedaron cuatro subdirectores. En 23 días Orden Público metió 16 allanamientos con detenidos. ¿Cuánto allanaba el año pasado?", explicó un comisario con personal a cargo.
"Hay mucho malestar porque la policía es una institución tradicionalista. Por más que te guste mucho, a un comisario no le podés dar tres jerarquías juntas dijo un avezado pesquisa en relación a los ascensos por decreto de Maximiliano Bertolotti y Mariana Olivieri, nuevos jefes de la Agencia de Investigación Criminal y de la Agencia de Control Policial, quienes asumieron sus funciones el jueves y se desempeñaban en la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), la fuerza de la cual surgió Sarnaglia. "Los dos eran subcomisarios y para sus nuevos roles fueron ascendidos a subdirectores saltando los cargos de comisario y comisario supervisor. Según los reglamentos internos, en la policía hay que estar al menos tres años en una jerarquía para concursar a la siguiente y a ellos, por decreto, les hicieron saltar nueve años. Excepcionalmente te pueden otorgar una jerarquía y por un desempeño extraordinario, ¿pero tres? Así se hace pelota la carrera policial", indicó el jefe en funciones.
Otro comisario que accedió a dialogar con La Capital, siempre bajo reserva de identidad, recordó una de las frases que el propio ministro Saín les dijo en la cara a los 19 jefes de unidades regionales el 18 de diciembre cuando fueron puestos en funciones: "Vamos a iniciar un trabajo de revisión de la institución policial. No los vamos a tirar por la ventana. Tienen un crédito por el tiempo que les toque conducir, un crédito como el que yo tengo. Porque tenemos responsabilidad política. Yo el mes que viene puedo estar afuera, ustedes también. Tenemos que tener conciencia del lugar que ocupamos". El jefe policial completó el recuerdo con la frase: "El que avisa no traiciona".
Segundo corrimiento
Esta fue la segunda vez que Claudio Romano es separado de funciones dentro de la cúpula de la policía de Rosario. Ya había sido desplazado en diciembre de 2018 cuando, junto al entonces jefe de la Unidad Regional II, Juan Pablo Bengoechea, fueron corridos en el marco de las balaceras contra instituciones públicas como el Consejo Municipal, el Centro de Justicia Penal y la Fiscalía Regional.
El jueves, sin saber que iban a ser sus últimas declaraciones públicas, Romano hizo una lectura de la cotidianidad de una ciudad en la que se produjeron 12 homicidios en 8 días. "Lo que se estableció es que están queriendo ocupar terreno diferentes bandas delictivas dedicadas al narcotráfico y ésto generó una guerra con consecuencias".
Lo cierto es que de esos 12 crímenes, siete pueden ser ligados de forma directa o indirecta a la disputa de bandas por controlar determinados territorios de la ciudad.
Asimismo, Romano defendió el uso de la información suministrada por la Central de Información Criminal Operativa (OJO), uno de los caballitos de batalla de la última gestión socialista y defendida ahora por Sarnaglia. Romano dijo que gracias al relevamiento de las cámaras de seguridad y los patrullajes de los móviles policiales que se analizan en el OJO, se determinaron los puntos más calientes de la ciudad. "Los casos de violencia se concentran en los sectores periféricos y más humildes. Ahí, la gente buena y trabajadora debe convivir con los que no lo son", describió.
Asimismo, el ex jefe policial hizo un crudo relevamiento de los efectivos con los que cuenta la URII: "Tenemos una gran extensión territorial y varias localidades. De los 4.500 empleados hay 500 con carpeta médica, licencia o pedido de retiro o baja. Nos quedan 4.000", agregó sin mencionar que no todos están en las calles y que además trabajan por tercios, lo que hace que en la calle por turno no haya más de 1.300 policías para 1,3 millón de habitantes.