“Lo que hasta hoy era una pesadilla, ahora es una realidad”, reza el título de un comunicado emanado por Vecinos y Vecinas de Lobos, para informar a la población sobre el resultado de un estudio científico que halló la presencia de glifosato en orina de las personas y confirma que la sustancia no desaparece, sino que contamina el ambiente y los cuerpos, con consecuencias negativas sobre la salud humana.
“Hace años que muchas vecinas y vecinos venimos denunciando los problemas que está generando en Lobos el uso de plaguicidas. La respuesta desde el gobierno municipal y las organizaciones productoras fue reiteradamente la subestimación de los riesgos que implican estos plaguicidas para la salud de toda la población, mientras argumentan sin pruebas que estos venenos se degradan en el ambiente y que no contaminan”, señalaron en el documento.
En 2021 distintas organizaciones llevaron adelante estudios con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) que confirmaron de forma contundente la contaminación por plaguicidas en el agua, la lluvia y el suelo de Lobos. “Fuimos los vecinos los que tuvimos que gestionar las primeras evidencias científicas a nivel local preocupados por nuestra salud frente a la ausencia del Estado”, se quejaron y añadieron que “hasta el día de hoy las autoridades no hicieron nada: no hay ordenanza para el uso y regulación de agroquímicos, no hay control y continúan las fumigaciones sobre escuelas, pozos de agua, barrios cercanos a campos, y nuestro humedal como si nada”.
Proyecto PIS
Frente a la situación de abandono, a principio de este año la ONG latinoamericana Democracia en Red convocó a la comunidad de Lobos para participar del Proyecto PIS – Plaguicidas Introducidos Silenciosamente junto a otros distritos como Mar Chiquita, La Matanza, Saladillo y Caba.
El Proyecto PIS desarrolla una campaña de testeos dirigida por Delia Aiassa (genetista, investigadora y docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto) y su equipo para detectar la presencia de plaguicidas en la orina de las personas y procura determinar las consecuencias que la presencia de estos venenos puede generar en la salud de la población.
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Veneno. La toxicidad del glifosato está comprobado y la OMS lo declara como "probable cancerígeno humano".
Durante marzo de 2023 en una campaña sin precedentes, se tomaron 73 muestras de mujeres y hombres de distintas zonas de todo Lobos, tanto urbanas como rurales, de entre 35 y 57 años.
Todas las muestras fueron tomadas cumpliendo los protocolos exigidos y las cadenas de custodia correspondientes y luego analizadas por el laboratorio Fares Taie, una institución con 70 años de trayectoria que es una de las dos únicas que realiza estos estudios en la Argentina.
“Hoy venimos a compartirles los alarmantes resultados de estos análisis: Al 15% de las personas analizadas les detectaron plaguicidas en la orina, principalmente glifosato, un agrotóxico de altísima toxicidad. Considerado cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud, alterador hormonal y productor de daño genético”, resaltaron los vecinos.
En el mismo rumbo, señalaron que “estos resultados confirman la sospecha de que los plaguicidas de uso agrícola están en nuestros cuerpos. Una de cada seis de las personas analizadas tiene glifosato en su orina en niveles importantes que van desde 1,1 a 9 microgramos por litro”.
Según el trabajo presentado por los vecinos, la mayoría (82%) no trabajan ni tienen contacto con agroquímicos. Tomando en cuenta la zona donde viven y dividiendo el grupo en dos (rurales y urbanos), el porcentaje de personas en situación rural con hallazgo de glifosato aumenta a alrededor del 19%. La mayor parte de las personas con hallazgo de glifosato (70%) se encuentran viviendo a distancias entre 20 y 300 metros de campos de cultivo, aunque también se registraron casos de personas en zona urbana. Los niveles más elevados de glifosato fueron registrados en habitantes de Villa Loguercio.
Voluntad política
Sin embargo, el hecho de que no se hayan detectado plaguicidas en el resto de los participantes no quiere decir que no los tengan en el cuerpo, dado que la tecnología y la sensibilidad con la que cuenta este laboratorio no los registra. “Sabemos que ya hay laboratorios con mayor nivel de sensibilidad que pueden detectar la presencia de estos venenos no sólo en la orina sino también en otras partes del cuerpo. Pero es necesario contar con el presupuesto y la voluntad política de destinar recursos para este tipo de investigación”, expresaron.
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“Eso quiere decir que, si los buscamos, probablemente los encontremos, como fue el caso del estudio internacional llamado Sprint realizado por la Unión Europea y Virginia Aparicio del Inta, y recientemente censurado, donde se enviaron las muestras a laboratorios extranjeros con una tecnología superior y se registró la presencia altísima de plaguicidas en orina, sangre y materia fecal del 50% de los argentinos analizados”, señalaron.
Mentiras
“Nos mintieron. Nos dijeron que los plaguicidas se degradaban en la tierra, en el agua y en el aire y que no llegaban a nuestros cuerpos salvo que hubiera exposición directa, pero los resultados de estos análisis nos demuestran que el 15% de los y las lobenses tenemos plaguicidas detectados en orina. Los plaguicidas ya están en nuestro cuerpo”, se ofuscaron los vecinos y destacaron que “como sociedad civil autoorganizada ante la absoluta omisión estatal probamos tanto con los estudios ambientales de Apal como con estos datos del Proyecto PIS que los cuerpos y los territorios que somos y que habitamos están contaminados con agrotóxicos”.
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Fumigaciones peligrosas. Un muestreo sobre 149 personas estudiadas dio constancias de restos de glifosato.
“Esto significa que debemos ponernos en alerta porque toda la población de Lobos, está expuesta a estas sustancias herbicidas más allá de la cercanía o la exposición directa a los venenos. Tenemos una muestra lo suficientemente representativa para afirmar que al menos 1 de cada 6 habitantes de Lobos tiene glifosato en su cuerpo”, esgrimieron.
También recordaron que “cómo señalan todas las investigaciones, la presencia de este veneno en el cuerpo nos está generando un daño en nuestro ADN y en consecuencia en toda nuestra salud. Hablamos concretamente de estar muy expuestos al riesgo de cáncer y a contraer enfermedades crónicas no transmisibles”.
“Ya es un secreto a voces que entre la población de Lobos hay índices altísimos de cáncer y problemas de tiroides entre otras enfermedades relacionadas de manera directa con la exposición a estas sustancias”, enfatizaron los vecinos y luego interpelaron a las autoridades: “¿Qué piensan hacer con esta información y estos resultados? ¿Continuarán dándonos la espalda? ¿Seguirán haciéndose los sonsos? ¿Cuántas evidencia científica hay que seguir aportando para frenar y ocuparse de esto? ¿Piensan proteger nuestra salud, la de nuestros hijos y la de nuestro territorio?”.
“Exigimos medidas urgentes, políticas públicas que al menos alejen las fumigaciones de centros urbanos y otras zonas sensibles. Se debe reducir al máximo la presencia de plaguicidas en el ambiente. Los plaguicidas no son sustancias inocuas, son venenos y no queremos que estén ni en el ambiente ni en nuestros cuerpos. Sepan que hasta que estén garantizados nuestros derechos a vivir en un ambiente sano y seguro no vamos a detenernos”, concluyeron.