Estaba el temor, luego de la clasificación de Imola, de que un nuevo choque lo pusiera negativamente de nuevo en el centro de la escena. Desde ese punto de vista, en el viernes de Mónaco cumplió. Pero para eso se fue demasiado al extremo en los tiempos, aunque solo se hable de un segundo de distancia. Hay atenuantes y explicaciones, pero fue la jornada en la que Franco Colapinto menos se pareció a Franco Colapinto en la Fórmula 1.
Es que el argentino se caracteriza por su velocidad, su voracidad para ir a buscar un tiempo, su adaptabilidad. Pero en el primer día de un callejero tan traicionero como Mónaco, que a decir verdad no tiene nada de lo que debe tener una pista que combine espectáculo-seguridad, el argentino quedó lejos de todo. Penúltimo en la primera tanda, último en la segunda. En realidad, no fue cola al mediodía porque Lance Stroll casi no giró.
Terminar 20º, a 874 milésimas del penúltimo en una vuelta que se dio en 1m 11s, no debe haber sido del agrado de Colapinto, que sin embargo no tuvo ni un roce cuando muchos se golpearon o siguieron de largo.
Hay atenuantes, claro. A diferencia de los otros 19 pilotos de la parrilla, Colapinto tiene apenas una carrera con el auto, mientras el resto no solo compitió seis veces más, sino que contó con 12 horas de ensayos previos cada uno repartidos en tres días en Bahrein antes de arrancar.
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Franco Colapinto aún no siente el A525
Colapinto dijo además que aún no siente el A525, que le cuesta tener sensibilidad con la cola del auto, como quedó evidenciado en el último intento de la Q1 en Imola. También que le cuesta encontrar el buen balance para las curvas lentas y que en eso estuvieron trabajando en su unidad, mientras su compañero Pierre Gasly estaba con otra estrategia. Como siempre se hace los viernes con los dos autos, para probar qué es lo mejor.
Es cierto también que sufrió el tráfico con la goma súper blanda recién calzada, pero Colapinto habló siempre de una palabra clave: “confianza”. El argentino no tiene eso indispensable para alguien que maneja una herramienta tan sensible como un coche de carreras que viaja a más de 300 kilómetros por hora.
Siente al Alpine más “duro” que el Williams que manejó en 2024 y sin dudas que Mónaco no es el trazado para encontrar las soluciones. También sabe Colapinto que, a la hora de la clasificación, debe aparecer el plus que significa tomar mayores riesgos.
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Para eso, el argentino debe ir expandiendo los límites en la práctica libre 3 (desde las 7.30) y buscarlos decididamente en la clasificación (desde las 11).
También habría que preguntarse si el mismo equipo no le dio la orden de ser cuidadoso. Periodistas instalados en Mónaco, aseguraron que sí.
Las circunstancias de la grilla en Mónaco
Más allá de lo que pase en la qualy, hubo dos sensaciones que pueden beneficiar la posición de largada de Colapinto. Uno quizás no tanto, pero Lance Stroll fue penalizado con una posición en la grilla por el accidente apenas iniciada la actividad del viernes con Charles Leclerc, el dueño del día.
Y la otra fue para Oliver Bearman por superar en la FP2 con banderas rojas a Carlos Sainz. En este caso le impusieron un duro castigo de diez posiciones.
En Mónaco es clave largar adelante si se pretenden puntos. El viernes el argentino lo empezó bien lejos de ellos. “Aspiramos a revertirlo el sábado”, dijo justo antes de un sábado que llega con probabilidad de lluvia. Como sea, Colapinto debe volver a parecerse a Colapinto.