Depeche Mode tiene una fe ciega en su nuevo álbum, “Delta Machine”, que verá la luz el próximo martes. “La música tiene una energía similar a la de «Violator» y «Songs Of Faith And Devotion», y creo que las nuevas canciones están entre las mejores que hemos hecho”, dijo el guitarrista y compositor Martin Gore. La comparación no es poca cosa. “Violator” (1990) y “Songs...” (1993) están entre los puntos más altos de la discografía de los padres del rock electrónico. Son discos que marcaron a toda una generación y dejaron clásicos como “Enjoy The Silence”, “Personal Jesus” o “Walking In My Shoes”.
“Escribir este álbum fue una tarea abrumadora. Queríamos que estas canciones sonaran muy modernas, que la gente se sienta bien escuchándolas, que consiga una especie de paz. Tienen algo mágico”, agregó Martin Gore. “Delta Machine” es el disco de estudio número 13 de Depeche Mode. El álbum se presentará en formato de CD estándar y en una exclusiva versión de lujo que incluye las 13 canciones del compacto y otros cuatro temas adicionales, acompañada de un libro de 28 páginas con imágenes del grupo, diseñado por el fotógrafo y realizador holandés Anton Corbijn, colaborador desde hace tiempo de la banda.
Orgánico y directo. “Es un disco muy orgánico y directo. No es un álbum de blues, pero tiene mucha alma”, aseguró por su parte el cantante Dave Gahan. “Durante la grabación tratamos de incorporar más elementos de la puesta en escena y de los conciertos, involucrándolos en el disco”, agregó. “Con «Delta Machine» hemos cambiado completamente nuestra idea de cómo hacer un álbum. Cuando empieza a sonar muy normal, lo revolvemos y tratamos de darle ese sonido orgánico tan Depeche Mode. «Delta Machine» es el resultado y estamos ansiosos, esperando que nuestros fans lo escuchen”, comentó.
Según Gahan, el disco surgió de una manera muy simple. “Martin (Gore) me envió sus demos. Y allí había un par de canciones geniales. Entonces pensé cómo podía sentirme dentro de esas canciones. Eso siempre es un reto”, admitió. “Grabamos unas 20 canciones, de las 13 que aparecen en el álbum. La última selección fue difícil. Cuando Martin y yo abandonamos el estudio nos dijimos: «Ha sido desde el principio hasta el fin un largo viaje». También hay canciones sin potencial de superéxito, porque quisimos hacer algo que funcione en general como un todo, como los viejos álbumes conceptuales. Aunque sé que ya no hay muchas personas que escuchen música de esta manera”, reconoció.
El cantante también explicó cómo trabaja en la composición con su teléfono celular. “Ahora tengo 16 horas de grabaciones de voz en mi celular. A veces son pequeñas ideas, o me envían acordes de guitarra, y entonces canto directamente en el teléfono. Por eso es que tengo todas estas pequeñas grabaciones. No pensaba que fueran tantas. Estoy seguro de que 15 son basura”, dijo entre risas.
“Nos conoce”. “Delta Machine” se grabó el año pasado en Santa Barbara (California) y Nueva York, bajo la producción de Ben Hillier, quien ya trabajó con el grupo en “Playing The Angel” y “Sounds Of The Universe”. La mezcla estuvo a cargo de Flood, como se conoce al mítico productor Mark Ellis. “El produjo con nosotros «Violator» y «Songs Of Faith And Devotion»”, recordó Dave Gahan. “Nos conoce. Conoce la música. Sabe de dónde venimos. El sabe lo que queremos con un disco. Cuando escuchó las grabaciones por primera vez dijo: «Esto es un sonido muy maduro para Depeche Mode». Y creo que tiene razón. Yo siento en las canciones influencias del blues. Es un álbum fuerte que encaja muy bien con lo que hemos hecho en el pasado”, opinó.
Con más de 30 años de carrera y cien millones de discos vendidos, Depeche Mode aún mantiene la motivación para seguir en la ruta. “Todavía tengo esas ansias de ser parte del mundo, del universo, de la vida. A través de la música tengo el sentimiento de que me acerco un poco más a todo eso. He abierto mi horizonte mucho más. Todo esto me ha llevado a reunirme de nuevo con la banda y a grabar también un par de canciones mías”, explicó Gahan.
Muerte y resurreción. El líder del grupo pasó por momentos oscuros en su carrera, sobre todo cuando sufrió un ataque al corazón por sobredosis en 1996, y estuvo dos minutos clínicamente muerto. Gahan recuerda esa experiencia con claridad: “Yo me encontraba flotando justo debajo del techo y pude observar exactamente lo que ocurría debajo de mí: el equipo médico corriendo alrededor de mi cuerpo para intentar salvarme”, describió. “Yo grité que no estaba ahí abajo sino arriba. Creo que fue mi alma la que gritó tras haber abandonado el cuerpo y fue testigo de lo que sucedía”, agregó.
Esa sensación es conocida como una “experiencia cercana a la muerte”. “Los segundos me parecieron horas y el miedo y la oscuridad me rodearon de repente, como si alguien hubiera apagado la luz”, recordó Gahan. Al despertar fue acusado de tenencia de drogas y un juez dictó para él una terapia de desintoxicación en lugar de ingresar a la cárcel. “Tenía que hacer regularmente pruebas de orina. Si hubieran encontrado alguna sustancia prohibida me hubieran mandado directamente a prisión durante dos años”, señaló. Desde entonces, el cantante asegura no haber probado ni las drogas ni el alcohol, algo que le resultó duro al principio, sobre todo a la hora de subirse al escenario.
Ahora, tiempo después de ese episodio, el frontman de Depeche Mode afirma que está pasando por un momento de plenitud. “Durante muchos años pensé que el alcohol y las drogas me ayudaban a cantar y a llegar hasta el extremo como artista. Pero al final terminé vacío y sin nada. Ahora tengo 50 años y me siento bien. Intento estar presente y disfrutar de las cosas geniales que me siguen pasando en la vida. Cuando estoy sobre el escenario, me siento parte del universo. La música es lo único que hace posible algo así”, aseguró.