La Fiscalía provincial imputó a un nuevo sospechoso en la causa por el asesinato de Lorenzo "Jimi" Altamirano, el músico secuestrado al azar y acribillado en la puerta de la cancha de Newell's en febrero de 2023. Es el quinto acusado que tiene la investigación por el crimen enmarcado en un conflicto entre facciones de la barra brava ligadas a Los Monos, que tuvo cómo víctima a una persona ajena a ese trasfondo.
El nuevo imputado es Uriel Leandro Enrique, de 21 años, quien recientemente fue condenado a 4 años y 6 meses de cárcel por amenazas. Se trata del joven que en marzo de 2023 se filmó amenazando a vecinos del barrio Los Pumitas que habían derribado puntos de ventas de drogas tras el asesinato de Máximo Jerez, un niño de la comunidad qom que quedó en medio de una balacera. Por el crimen de "Jimi" Altamirano lo acusan de haber formado parte del grupo que secuestró al joven y lo mató en la puerta del Estadio.
El fiscal Luis Schiappa Pietra le imputó el delito de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, amenazas coactivas calificadas por el uso de arma y ser anónimas, y portación ilegítima de arma de fuego de guerra.
Entre los cuatro acusados por el crimen hay dos hombres que también fueron imputados por robar el auto con el que se movieron para secuestrar y asesinar a Altamirano. Axel Ramírez y Oscar Romero, de 28 y 29 años, fueron imputados por robo calificado por el uso de arma al ser sindicados de haber robado a punta de pistola una Renault Sandero. Fue el 30 de enero de 2023 en la zona de Cochabamba y Chacabuco, donde abordaron a una mujer y le quitaron el auto que luego del crimen fue abandonado e incendiado en Latzina al 2900.
El crimen de Jimi Altamirano
La noche del 1º de febrero de 2023 Jimi ensayó con su banda "Bombas de Rabia" en una sala ubicada en Gálvez al 2300. Pasadas las 21 salió con sus colegas, se acompañaron unas cuadras hasta que pasaron los colectivos y él siguió a pie rumbo a su casa en inmediaciones de Lima y 27 de Febrero. Distintas cámaras de vigilancia de la zona ubicaron su recorrido: a las 22.26 en 27 de Febrero al 2400 y a las 22.32 en la estación de servicios ubicada sobre la misma avenida en el cruce con Ovidio Lagos.
Un cuarto de hora después, a las 22.48, una cámara de los alrededores del Coloso Marcelo Bielsa captó cuando llegó un Renault Sandero negro y a metros de la puerta 6 lo obligaron a bajar para después matarlo a balazos. Otras cámaras habían tomado, aunque con menor precisión, el instante en el que momentos antes lo interceptaron en la calle y lo subieron de los pelos a ese mismo auto.
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La secuencia frente a la puerta del Coloso fue presenciada por varios testigos, uno de los cuales alcanzó a ver a dos hombres que bajaron del auto y a uno de ellos disparándole al otro de inmediato. El vehículo, que había frenado por la avenida Morcillo al 2000, escapó por la misma calle en dirección a Ovidio Lagos. Minutos más tarde el Sandero fue hallado a dos kilómetros de distancia en Latzina al 2900, una de las calles curvas del barrio Carlos Casado.
La víctima fue identificada luego como Lorenzo “Jimi” Altamirano y los peritos hallaron entre sus prendas un papel con un mensaje que sería la base de la investigación que iniciaría en la fiscalía de Homicidios. “Damián Escobar, Leandro Vinardi y Gerardo Gómez dejen de sacar a los chicos del club para tirar tiros en Rosario”, decía el texto que mencionaba a dos referentes de la barra brava de Newell’s. Después iba a trascender que un mensaje similar habían dejado esa misma noche los autores de una balacera contra la subcomisaría 26º de Villa Gobernador Gálvez.
La causa
Hasta el momento, además del joven imputado recientemente, fueron capturados y acusado otros tres sospechosos de haber levantado y asesinado a Jimi Altamirano. También, como instigador, fue acusado un preso por narcotráfico que está vinculado a la barra de Newell’s.
Uno de los puntapié para este avance fue un informe policial que advertía que uno de los asesinos de Jimi había sido baleado días después. Siguiendo esa pista fue que dieron con Daniel Mateo Bommer, quien había recibido once balazos en Iriondo y 3 de Febrero. Internado en el Hospital Clemente Álvarez había contado que trabajaba para Pablo Nicolás Camino, preso en la cárcel de federal de Rawson. Que el día que lo atacaron, uno de sus cómplices, Alexis Oscar “Tatito” Romero, lo había convocado para “levantar” un auto. “Yo caigo y me hago el muerto para que me dejen de tirar”, contó el muchacho, que sospechó que lo habían entregado. Algo que coincide con la hipótesis de los investigadores: intentaron matarlo para silenciarlo.
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Después de recibir el alta en el Heca se fue de la ciudad. Tras meses de búsqueda el 20 de julio pasado lo capturaron en un centro de rehabilitación cristiano de Villa Bosch, partido bonaerense de Tres de Febrero. Para entonces ya había sido detenido “Tatito” Romero, aprehendido en un principio por una tentativa de robo. Después los dos fueron imputados como miembros de asociaciones ilícitas, Bommer como parte de la banda de Camino y Romero como hombre de Leandro “Gordo” Vilches, compañero del propio Camino en Rawson.
Una vez acusados como miembros de bandas criminales, Bommer y Romero fueron acusados de homicidio calificado por ser premeditado entre más de dos personas, el primero como partícipe y el segundo como autor, además de amenazas coactivas calificadas. Un tercer sindicado como partícipe del crimen fue imputado semanas después: Axel “Axelito” Ramírez. También lo acusaron de haber robado, junto a Romero, el Renault Sandero en el que luego cometieron el asesinato. Camino, por su parte, fue imputado como instigador del homicidio. Mientras tanto la Justicia no perdió de vista la posible participación de Vilches, también como instigador bajo la sospecha de que puso a disposición a Romero como mano de obra.