No hubo caso con este pobre Central ante San Martín de San Juan, ni con el plan original del entrenador Ariel Holan, ni con la apuesta del final, en la que el entrenador pudo toda la carne en el asador para ver si su equipo podía romper el cero, al menos con una jugada salvadora.
Para Holan hubo un plan inicial, que estuvo sesgado por lo que fue la semana de preparación, con algunos inconvenientes físicos. Y ese plan de arranque no funcionó, al punto que el santo sanjanino le manejó gran parte del primer tiempo.
Pero hubo un cambio sustancial en ese segundo tiempo en el que el DT canalla mandó a la cancha lo mejor que tiene, al menos lo que mejores resultados le dio en este último tiempo.
Todos los ofensivos en la cancha
El equipo terminó con Campaz, Malcorra (salió a minutos del final), Di María, Veliz y Copetti. Ni siquiera con eso el Canalla pudo romper el cerrojo sanjuanino.
Ya en el reinicio Holan se la jugó con Campaz en lugar del chico Cantizano. Lo que buscaba era desborde y desequilibrio. El tumaqueño estaba, nuevamente, al lado de Malcorra. También estaba Angelito Di María, con Veliz por delante de todos ellos.
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Mucha posesión de Central sin profundidad
Es cierto, el Canalla tuvo más tiempo la pelota que en el primer tiempo, pero no supo qué hacer con ella. El aporte de Campaz fue a cuentagotas: un par de centros endiablados al corazón del área chica. Malcorra nunca despegó, Angelito nunca se conectó del todo y Veliz siguió sufriendo el partido como en la primera mitad.
Pero hubo más. Frente al quedo de San Martín, Holan estuvo astuto en romper el doble 5 de marca y mandar a la cancha a otro jugador con vocación ofensiva: Enzo Copetti, quien no tuvo una posición fija, pero sí la clara intención de meter más peso cerca del arco de Borgogno.
Es decir, Central jugó mucho tiempo con un solo 5 y con todos jugadores ofensivos, pero lo cierto es que nada cambió. Claro, aparecieron algunas que otras chances, pero nada como para que los hinchas se fueran del Gigante en descontento con la mala suerte.
Esa presencia de futbolistas que son los de mayor peso ofensivo del plantel no allanó ningún camino porque lo que nunca se despegó del Canalla fue la desesperación.
Holan apostó fuerte, sacó todas las fichas que tenía en el bolsillo, pero el pleno nunca llegó.