La Dermatitis Atópica (DA) es una enfermedad de la piel de tipo crónica inflamatoria y pruriginosa. Es decir, el paciente percibe distintas zonas de erupción que pican mucho y llegan a lastimarse por el rascado intenso.

Dermatitis Atópica
La Dermatitis Atópica (DA) es una enfermedad de la piel de tipo crónica inflamatoria y pruriginosa. Es decir, el paciente percibe distintas zonas de erupción que pican mucho y llegan a lastimarse por el rascado intenso.
Es una enfermedad recidivante, evoluciona en brotes con exacerbaciones y remisiones, por lo que es muy importante realizar un abordaje terapéutico preventivo para mejor control. Se estima que a nivel mundial afecta a un 25% de los niños y 10% de los adultos incrementando la prevalencia de la afección año tras año.
Según datos recientes de la encuesta global EPICARE en Argentina, la prevalencia global en niños y adolescentes es de 9.7%, de los cuales hasta un 15% presenta formas moderadas. En el estudio epidemiológico transversal participan activamente 18 países, incluido el nuestro, y tiene por objetivo determinar la prevalencia y severidad de Dermatitis Atópica en pacientes entre 6 meses y 18 años.
A su vez, los pacientes que padecen Dermatitis Atópica conllevan una importante carga de la enfermedad. El rascado continuo por la picazón que generan las lesiones, produce riesgo de sobreinfecciones. También, suele acarrear alteraciones del sueño, dificultad para concentrarse, ausentismo laboral o escolar, estrés, ansiedad y el consecuente impacto negativo en su calidad de vida y la de sus familiares o cuidadores.
Decimos que la Dermatitis Atópica es una patología multifactorial porque intervienen factores genéticos, ambientales, alteraciones inmunológicas o problemas en la función de la barrera de la piel.
Entre los factores de riesgo se destacan los antecedentes familiares y personales de alergia. Si el paciente presenta una historia personal o familiar de alergia respiratoria como rinitis y/o asma, la DA a temprana edad suele ser la primera manifestación de lo que llamamos la “marcha atópica”. Sabemos que cuando ambos padres tienen alguna alergia, aumenta a un 70% el riesgo de presentar DA y si uno de ellos o ambos padecen DA, aumenta al doble o triple el riesgo de presentar Dermatitis Atópica en su hijo.
Entonces, los mecanismos que explican la aparición de la enfermedad son: la disfunción o alteración de la integridad de la barrera cutánea, la disbiosis del microbioma de la piel y la desregulación del sistema inmune que llevan a la infiltración secuencial y progresiva de células inflamatorias en la piel.
El diagnóstico de la Dermatitis Atópica es clínico. Se basa en la observación de las lesiones, sus características y localización que siguen un patrón según la edad de presentación y en un conjunto de criterios predefinidos. El laboratorio de sangre no es indispensable y la biopsia de piel no es mandatoria, pero sí nos ayudan a descartar otras patologías con las que debemos hacer diagnóstico diferencial.
Hasta hace algunos años, los especialistas no teníamos las herramientas terapéuticas necesarias a la hora de manejar los casos moderados a severos. En los últimos años, conocer mejor la enfermedad permitió entender sus causas y mecanismos posibilitando, a su vez, el desarrollo de tratamientos específicos.
Esta es una gran noticia para la comunidad médica y para nuestros pacientes porque ya contamos con innumerables trabajos científicos que respaldan y avalan su seguridad y efectividad.
Se trata de fármacos denominados biológicos, que constituyen la medicina de precisión. Significa que al paciente se lo trata por el mecanismo inflamatorio que tiene involucrado, es decir se bloquea solo la vía inflamatoria alterada y esa es su principal ventaja porque no se desinflama inespecíficamente todo el cuerpo (como lo hacen los corticoides), sino solo las sustancias que se segregan durante esa inflamación.
Dra. Patricia Garnero. Especialista en Alergia e Inmunología. Grupo Gamma.