¿Qué cosas inocentes pueden resultar monstruosas en la crianza de los hijos? ¿Qué pasa cuando un hijo es un monstruo en potencia? ¿La culpa la tienen siempre los demás?. Estas son algunas de las preguntas que el espectador se lleva a su casa cuando se baja el telón de “Los monstruos”, la comedia musical que se presenta los viernes 20 y 27 de mayo, 3 y 10 de junio, a las 21, en la sala de Empleados de Comercio (Corrientes 450).
Los mandatos sociales y las frustraciones que éstos generan, los tabúes sobre la crianza y los traumas infantiles se condensan en esta propuesta teatral que incomoda a los presentes y que invita a bucear en la propia monstruosidad.
A la hora de definir la obra, su director Federico Piazza afirma: “Es una comedia musical dramática que genera al espectador muchos interrogantes. Cuando hablamos de lo monstruoso nos hace pensar ¿quiénes son los verdaderos monstruos, los niños, los padres?; en ese vínculo tan complejo que existe entre padres e hijos, ¿no somos todos un poco monstruos?”
Con libro de Emiliano Dionisi, música de Martín Rodríguez y la dirección de Federico Piazza, los actores Mariano Rey y Maru De Rosa protagonizan una comedia de proyección nacional, multipremiada en Buenos Aires y presente en Mendoza, Córdoba y Tucumán, Colombia y México.
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Mariano Rey, el director Federico Piazza y Maru De Rosa.
Una propuesta incómoda
Los personajes en escena son Claudio y Sandra. El es el papá de un niño y ella mamá de una niña. Como progenitores tienen algunas cosas en común: sus hijos comparten la misma escuela, saben que los pequeños tienen cualidades únicas que los separan de la media, y en la escena social ambos son políticamente correctos, aunque en la intimidad de sus casas dejen ver otras cosas.
“La obra muestra pero no juzga, luego el espectador sacará sus propias conclusiones”, dice Piazza a Escenario, y afirma que la historia resuena en modo diferente en quienes la miran pero que todos salen de la sala modificados.
“Los monstruos” se mete con los tabúes sobre la crianza e invita a la incomodidad. Sobre el escenario se plantea la paternidad/maternidad como mandato social y la generación de una cierta violencia gestada en contextos familiares de clase media que se expande hacia otros ámbitos y que no tiene que ver con el sufrimientos de las infancias en situación de pobreza o por falta de oportunidades.
Las historias de Claudio y Sandra abordan el vínculo con los hijos de un modo no edulcorado, como contracara de una maternidad/paternidad sin conflictos.
“La obra aborda el tema de los mandatos sociales y la pregunta es ¿todos estamos capacitados para ser padres o madres?. Parecería que el deber ser dice que todos tenemos que tener hijos, pero ser padres o madres es un rol que se elige. También pueden verse en la obra los traumas familiares heredados y transmitidos a los hijos casi como un legado”, señala el director.
Romper imaginarios
Piazza caracteriza al musical que dirige como atípico por su gran teatralidad. “Es una obra de teatro con canciones y esta música intenta alivianar un poco la complejidad y la densidad de lo que se está hablando”, dice.
El interrogante es inevitable: ¿hay temas que no son aptos para una comedia musical?. “Los monstruos” confirma que no, e invita a derribar prejuicios. El director explica que hay un imaginario sobre este género teatral que comenzó a modificarse con el abordaje de temas más complejos. “Generalmente cuando se piensa en una comedia musical, se piensa en un elenco bailando y cantando donde todos son felices”, dice.
“Los monstruos” rompe con ese imaginario y propone un tema incómodo. “El espectador va a empezar a reírse y en determinado momento va a decir ¿de qué me estoy riendo? ¿qué está pasando, esto es gracioso?. Hay una risa de incomodidad porque todos nos reconocemos en algo de estos personajes, los padres o madres van a escuchar algo que les va a resonar, y también porque lo vivimos como hijos”, concluye.