Desde casi siempre tu vida fue entrenar, concentrar, jugar en tus clubes, volver a la selección, era casi ininterrumpida la rutina futbolística, tuviste que empezar a hacer todo de nuevo, estar más tiempo con la familia y hacer otras actividades, se te ve muy feliz y disfrutando de todo lo que realizas. ¿Es así?
Eso es todo lo que nos pasaba. La vida de nosotros era una rutina. Porque desde que te levantás y te acostás uno cuando está en el alto rendimiento tiene que ser muy profesional, tanto dentro de la cancha como fuera. Entonces estás todo el tiempo cumpliendo con la rutina, con horarios, con comidas y después te das cuenta de que cuando se termina todo eso es como que parece que estás libre y podes comer a cualquier hora y manejar los tiempos, que antes no podías porque a los tiempos te los manejaban. Pero yo lo llevo muy bien en ese sentido y ahora tenés mucho más tiempo para poder hacer cosas en familia, llevar a mis hijas al colegio y manejar yo los tiempos. En este sentido te encontrás con algo totalmente diferente a la vida de cuando uno era profesional.
Tuviste una gran trayectoria en Europa, jugaste en el club del que sos hincha, en la selección, en mundiales, ¿te quedó algún sueño por cumplir con la pelota o estás contento y feliz con la carrera que hiciste?
No. Estoy más que feliz, la verdad es que la pelota me dio todo. Realmente me hizo muy feliz. Uno cuando empezaba nunca se imaginaba dónde podía llegar a jugar o a dar esos pasos a lo largo de todos los años en el fútbol. La verdad que el fútbol me dio muchísimo y estar dentro de un campo de juego me hizo muy feliz. Prácticamente los más de 20 años que jugué a la pelota los disfrute al máximo, con momento buenos, momentos malos, pero justo ahí es donde más crecés y te haces cada vez más fuerte y en este sentido lo disfruté al máximo. Y nunca me imaginé tener la carrera y toda la proyección que me tocó vivir. Uno proyectaba con jugar en la primera de Newell’s y después todo lo que vino fue una película hermosa.
Cuando vas a la cancha a ver un partido, sea de Newell’s o de la selección, ¿lo ves como hincha o decís que este pase era para el otro lado y le ves cuestiones tácticas a los partidos también?
No, también uno del otro lado que está más tranquilo lo va analizando. También lo tenés en la cabeza porque me gusta analizar el juego. Y uno va viendo cosas y antes de que llegue la pelota decimos “tiene que hacer esto, tiene que hacerlo lo otro”, pero nada, son cosas que pensamos nosotros porque estuvimos ahí adentro, pero lo disfrutamos también como hinchas. Que además cuando jugaba lo hacía también como hincha y era muy difícil separar, sobre todo cuando me tocaba jugar en Newell’s. El jugar, ser profesional e hincha y cuando no iban bien las cosas nos afectaba mucho más, pero la verdad es que en todos lados siempre fui profesional. Pero tanto en Newell’s como en la selección uno siempre da ese plus.
Desde la platea todo es más fácil para decir lo que hay que hacer, ¿lo más difícil es estar adentro de la cancha?
Tal cual. Siempre lo más difícil es estar adentro porque ahí se toman las decisiones. Eso está más que claro.
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En casa. Maxi junto al arco en el predio infantil leproso de Malvinas. Allí justamente comenzó su “hermosa película en el fútbol”.
Tuviste compañeros de notable jerarquía y personalidades del fútbol, pero ¿dónde ubicás en tu carrera haber sido dirigido por Diego Maradona en un Mundial y también ser compañero de Lionel Messi en la selección?
Está claro que están siempre en el top, ahí arriba de todo. La verdad que nunca me imaginé, porque uno creció desde chiquito mirando a Diego y era fanático de Maradona. Y luego tuve la oportunidad de jugar con el mejor jugador del mundo también. Diego lo hizo en su momento, Leo lo está haciendo ahora. Entonces tuve la oportunidad de estar con los dos número uno y eso es algo que me tocó, lo disfruté al máximo y creo que son esos regalos que te da el fútbol, te da la vida y lo disfruté al tope.
Siempre te preguntan quién fue el mejor, y vos decís “son los dos número uno”, no hacés diferencias.
No, siempre digo que estamos buscando dividir en vez de sumar. En vez de sumar estamos buscando la diferencia y creo que cada uno fue número uno en su momento y en su época, y nosotros tenemos la posibilidad de decir que los dos son argentinos, que son nuestros, y en este sentido hay que disfrutarlos. El pensamiento mío es que son los dos número uno.
Este año se cumplen diez años de haber conseguido el título con Newell’s en 2013, ¿cómo lo vivís y qué recuerdos tenés de ese momento? ¿Pensaste que al volver en un momento complicado se podía dar ser campeón en tu club?
Pasa el tiempo muy rápido. Ya se van a cumplir diez años, la verdad que en mi carrera profesional fue el momento más lindo. Porque uno ahí tiene muchos sentimientos y poder cumplir ese sueño es muy difícil. No es fácil salir campeón con esta institución. Siempre están acostumbrados a salir otros equipos campeones y Newell’s cada tanto asoma una estrella, cada nueve o diez años obtiene algún título. Pero nada, me siento feliz y contento de haber aportado ese granito de arena para tener el nombre mío con una estrella para el club. A lo mejor lo que más destaco más allá del título fue la vuelta. Uno trató de aportar por lo menos de venir y darle una mano al club y después terminamos logrando algo que la verdad que se dio, no es algo que lo buscamos, después sí cuando iban pasando los partidos, pero no es algo que teníamos nosotros en mente desde que llegamos. Rescato yo salir de Liverpool y venir a Newell’s a darle una mano.
En esta época que se habla tanto de que para los jugadores que están en Europa es difícil que retornen al país por varias cuestiones, vos volviste y en algún punto fuiste un poco “loco”. Estando en un momento extraordinario de tu carrera te la jugaste por tu club y el hincha de Newell’s a eso te lo reconoce siempre. Un gesto que invitó a otros compañeros a volver.
Creo que lo que también el hincha reconoce y agradece es el gesto. Yo siempre me manejé con acciones, no es que soy una persona que dice que hay que hacer esto o que si viene aquel yo también vuelvo. No. Yo acciono, hago las cosas y no las voy diciendo. Por lo menos así lo vivo yo y lo siento. Después son decisiones muy personales. En ese momento lo sentí así, lo hice con el corazón y la verdad que la película salió redonda. Soy un afortunado de vivir todo esto en el club en que uno es hincha.
Además del título lo mejor fue cómo lo lograron, porque fue con un equipazo y con un altísimo vuelo futbolístico.
Tal cual. Lo que hablamos cuando nos juntamos y recordamos es el fútbol que hacíamos. Nos divertíamos adentro de la cancha. Salíamos a jugar y sabíamos que íbamos a ganar. La verdad es que había un equipazo. Todos con un nivel impresionante y creo que fue uno de los mejores “fútbol” que hubo en los últimos tiempos en el fútbol argentino en general. Ese equipo marcó mucho por el volumen de juego que tenía. Los pasaba por arriba a los rivales, dominaba, jugaba muy bien, hacía muchos goles, la verdad que en ese sentido tuvimos un vuelo muy alto en lo futbolístico.
Y después te tocó hacer un gol en un clásico, para ganar en tiempo de descuento en cancha de Central. Uno de los goles más celebrados por los hinchas en los últimos tiempos. ¿Una de tus mayores alegrías en cuanto a goles en Newell’s?
Sí, en lo personal sí. Todo hincha del fútbol quiere estar en ese momento y en ese lugar. Quiere hacer ese gol. Cuando vos le preguntas cómo querés ganar sobre todo ante tu clásico rival es en el último minuto y hacer un gol así. Porque también podés golear, pero no es lo mismo. Creo que todo hincha te dice que lo quiere ganar de esa manera. Y tuve la posibilidad de hacerlo. A veces la jugada está y uno la puede tirar a la tribuna, pero bueno uno se pone a pensar y fue muy raro cómo fue ese gol. Porque yo tiro el córner y termino rematando. Tiro el centro y me vuelve a caer y le pego de primera a la pelota. Cabecea el Gato Formica en el área chica y lo hace medio mal y la pelota vuelve a la dirección mía y yo sigo corriendo, a lo mejor otro jugador se abre diferente y yo fui a buscar el área. Es impresionante. Hice muchos mejores goles en Newell’s. Pero el significado que tiene este por la importancia y por ser en el último minuto está claro que para mí fue muy emocional.
En el Mundial estuviste en el programa Mundo Leo, ¿cómo fue la experiencia de Qatar, analizar los partidos y estar muy cerca de la selección?
La verdad que fue una experiencia increíble. Cuando me dijeron para hacerlo no estaba muy convencido. Pero también tuve la posibilidad de trabajar para un canal de Estados Unidos y con el programa de Mundo Leo. Con los nervios que uno tiene por ver a los compañeros, ver de nuevo a la selección en un Mundial, pero a medida que iban pasando los partidos lo iba disfrutando más, sobre todo el trabajo que uno iba haciendo. Que más allá de que uno tenga que analizar lo que era un partido de fútbol, me tocaba hacer otro rol y la verdad que me sentí muy bien y lo disfruté mucho. Y pasé un Mundial increíble, más allá de que tuvimos la posibilidad de cómo se dio todo salir campeones. Pero la experiencia en lo personal fue increíble.
Como analista después del partido contra Arabia Saudita que fue derrota y parecía que el sueño se complicaba, ¿imaginabas que se podía terminar jugando la final?
Fue un golpe duro, en el sentido que no nos imaginábamos una derrota por el rival. Porque cuando vienen ciertos rivales tenemos la costumbre, desde afuera más que nada, de decir que un rival es más débil o más fuerte, pero adentro de la cancha somos once contra once y puede pasar cualquier cosa. Tuvimos dos o tres goles que nos anularon y si estaba todo bien a lo mejor el partido terminaba en goleada. Pero terminamos perdiendo y ya sabíamos que no podíamos fallar más. En la cabeza de todos creo que había un poco de ese miedo de qué podía llegar a pasar, pero el Mundial seguía y dependíamos de nosotros porque teníamos que ganar todos los partidos para llegar a la final, así que no nos modificaba mucho, pero nunca querés perder un partido. Al golpe lo sentimos todos, los jugadores, los hinchas, todos en general, pero en el fondo de esas cosas se aprende y te hacen estar un poco más alerta y es lo que sucedió.
Final contra Francia, trámite electrizante, hace el gol Montiel de penal y ¿qué sentiste?
Fue increíble. Creo que tuvimos 75 u 80 minutos hasta que nos hacen el 2 a 1 y Argentina lo pasaba por arriba a Francia. En una final del mundo y contra Francia jugar de esa manera parecía todo un sueño. Y eso es lo que tiene el fútbol y sobre todo con la calidad que tiene Francia. Hoy contamos la película de la mejor manera, con una sonrisa porque gracias a Dios terminó todo a favor, pero la verdad que hubiese sido muy injusto si hubiese terminado de otra manera. Pero cuando vemos que Montiel hace el penal la verdad que fue como un alivio y una alegría que a veces es difícil de explicar. Y vivirlo ahí en la cancha con ellos fue un lindo momento. Una alegría enorme para todos.
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El traje de la suerte. Maxi lució la misma pilcha en la consagración en Qatar.
Después de los festejos y bajar al vestuario, ¿le dijiste algo a Messi, a Scaloni, o sólo abrazarlos, felicitarlos y nada más?
Nos saludamos, bajé al vestuario y era un momento de alegría. Los abrazas, sabes el cariño que nos tenemos, la relación que hay entre nosotros y también igual que con Fideo (Di María) que tenemos una relación muy buena y somos amigos, al igual que con Leo, con Leo Scaloni también, también a Licha Martínez. La verdad que son momentos de mucha alegría. Y terminamos haciendo una foto con Leo, con Fideo, con la copa y con el traje mío que me cargaban. Son momentos de mucha euforia y gran alegría.
¿El traje llamativo qué destino tendrá, algún lugar especial donde lo vas a guardar?
Sí, como uno guarda algunas camisetas, el traje va a tener también su significado. Empezamos al principio como una broma con la cábala del traje y después iban pasando las fechas y yo no me lo quería sacar. Y también todos me decían que lo siga llevando. Se fue generando como un ritual de eso y también en la entrega de los premios The Best, que estaban todos los chicos en la terna y me dijeron que lo lleve. Se generó algo también muy lindo y yo en ese sentido me reía mucho, pero lo tenía que llevar si no me iban a matar (risas).
Te vimos en la entrega de los premios The Best, en el sorteo de la Copa Sudamericana y cuando se bautizó como Lionel Andrés Messi al predio de la AFA en Ezeiza, ¿cuáles son tus proyectos futuros vinculados con el fútbol, te gusta ese rol de ser un poco embajador deportivo?
Disfrutando mucho y viendo un poco el presente, lo voy llevando así, un poco como fui llevando mi carrera como jugador, como voy llevando mi vida de tener una proyección no tan lejana, sino ir viendo lo que va pasando. Disfrutando y viviendo todas cosas ligadas al fútbol y con los proyectos que son ligados a todo lo que uno siempre estuvo rodeado que es una pelota. Y vamos a ir viendo que es lo que nos va a deparar este año y seguramente con cosas del fútbol.
¿Y dirigir a un equipo, va por ahí o no?
En principio no, no es que lo tenga en la cabeza. Hice muchos cursos para ir aprendiendo sobre todo, pero hoy no tengo en la cabeza ser entrenador. Estoy mirando otras cosas más que nada. A lo mejor dentro de un tiempo me cambia, pero hoy no lo tengo en la cabeza.
¿Qué significa que un compañero tuyo como el Gringo Heinze esté dirigiendo a Newell’s?, ¿qué te genera?
A ver, es lindo. Yo más allá de quién esté dirigiendo o esté en el club voy a querer que a la institución le vaya bien. Después si hay amigos uno lo vive especial porque también sufre por ellos porque también sabemos lo que se siente estar ahí. Pero yo siempre, más allá de los nombres, voy a querer que Newell’s gane, pero también cuando tenés amigos ahí adentro son sensaciones muy especiales, porque también sufrimos porque sabemos lo que es estar ahí adentro.
¿Qué le dirías al hincha de Newell’s, al que siempre te bancó en las buenas y en las malas, y al que hiciste muy feliz jugando?
Al hincha yo en lo personal le voy a estar agradecido por el cariño que me brindaron siempre. La verdad que uno tiene palabras de agradecimiento y ese cariño es mutuo y es algo que no se va a terminar de ninguno de los dos lados. En ese sentido soy un afortunado por ese cariño que me brindan.