El 11 de septiembre se conmemora en Argentina, Chile y Estados Unidos por distintos motivos pero en cada uno hay claroscuros para analizar, aunque pasen los años.
Por Laura Vilche
El 11 de septiembre se conmemora en Argentina, Chile y Estados Unidos por distintos motivos pero en cada uno hay claroscuros para analizar, aunque pasen los años.
Instituido como Día del Maestro (frase que se podría actualizar no sólo porque es más justo sino porque se trata de un gremio fundamentalmente integrado por mujeres), se conmemora en Argentina la fecha por la muerte del expresidente y educador, Domingo Faustino Sarmiento, en Asunción (Paraguay), en 1888.
Sarmiento es considerado el "Padre del aula" en el ámbito educativo, primario sobre todo. Se lo considera un bronce por su labor en la educación pública, laica y obligatoria y su contribución a la ciencia y cultura del país. Pero es una figura polémica también por su dicotómica posición a la escena política de su época: civilización y barbarie.
"Fue, ante todo, un hombre de su tiempo, marcado por profundas contradicciones y una enorme sinceridad que lo llevaban a ser siempre políticamente incorrecto", dijo el historiador Felipe Pigna. "Sostuvo apasionantes polémicas con Mitre, Alberdi y Echeverría, insultó a los poderosos de su tiempo, pidió no ahorrar sangre de los mismos gauchos a los que llamaba 'el soberano' y se obsesionaba en educar."
Pero para algunos más, desde la obra sarmientina surgen odios imperdonables y se lo responsabiliza por el exterminio de pueblos originarios.
En su libro Facundo y en decenas de textos periodísticos escribía sobre los gauchos y originarios así.
"Se nos habla de gauchos… La lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esa chusma criolla incivil, bárbara y ruda es lo único que tienen de seres humanos” (Carta a Bartolomé Mitre, 20 de septiembre de 1861).
Y una más: “¿Lograremos exterminar a los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado” (El Nacional, 25 de noviembre de 1876).
Golpe en Chile
En Chile, en cambio, para gran parte del país es un día oscuro como la polución que envuelve cotidianamente a Santiago.
Tras el bombardeo al Palacio de la Moneda donde gobernaba el presidente democrático Salvador Allende se instaura un día como hoy de 1973 la dictadura del militar Augusto Pinochet, años de muerte, tortura, y la desaparición física.
Aunque el actual presidente Sebastián Piñera apela al borrón y cuenta nueva. "El 11 de septiembre es una fecha que divide a los chilenos. Hay interpretaciones distintas, hay hipótesis encontradas, hay sentimientos confrontados", declaró Piñera. Y agregó: "Yo espero que el 11 de septiembre sea un día que no divida a los chilenos, sino que todos juntos podamos aprender las lecciones".
19 años de las Torres
En medio de una en una profunda crisis política al aproximarse la elección presidencial en Estados Unidos se conmemora otro aniversario del atentado que mató a tres mil civiles el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y en el Pentágono, Washington.
En Estados Unidos se difundió un nuevo vídeo en la red, dónde aparece una desgarradora grabación recientemente restaurada en HD que muestra nuevas imágenes inéditas del ataque contra el World Trade Center.
El gobernador del estado de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, a través de su cuenta de Twitter, dijo: "NY proveerá protección y supervisión para que el Tributo de la Luz se desarrolle de manera segura. Me alegra que podamos seguir con este homenaje a aquellos que perdimos el 9/11 y al heroísmo de los neoyorkinos. Nunca los vamos a olvidar".
El Tributo de la Luz es una instalación lumínica que emula a las torres que ya no están. Se presentó por primera vez seis meses después del atentado y se repite desde entonces todos los aniversarios. Son dos rayos de luz que suben poco más de 6 kilómetros en dirección al cielo, imitando la forma y la orientación de las Torres Gemelas.
La ceremonia en el Pentágono será en cambio tan restringida que ni siquiera las familias de las víctimas podrán asistir, aunque grupos pequeños podrán visitar el monumento allí más tarde ese mismo día.
El atentado fue utilizado como justificación política y moral de la tristemente célebre “guerra contra el terrorismo”, lanzada por el entonces presidente George Bush, continuada por Barack Obama y sostenida enérgicamente por Donald Trump. Además de ser el motivo para un ataque sin precedentes contra las libertades democráticas elementales: desde el espionaje y la islamofobia hasta la legitimación de la tortura.