Porque además de ser un buen artista, Valentino es un chico dulce, agradecido y emotivo. Un pibe al que le están sucediendo muchas cosas, pero que está siempre con los pies sobre la tierra, como él mismo dice, y con muchas ganas de seguir creciendo y aprendiendo.
Valentino tiene 14 años, es de Barrio Tablada y está en segundo año de la escuela Fátima.
Sus padres, Norberto y Sabrina, siguen minuto a minuto todas las instancias de su carrera y su formación. Su hermano, Tomás, de 19 años, es compositor y un compañero inseparable. Acaban de grabar Tu foto, cuyo autor es Tomás, una canción que promete ser el primera de una lista de temas propios, que sueñan que forme parte de su primer disco.
Mientras tanto, sigue con los ensayos diarios, estudiando canto y teatro tres veces por semana y haciendo shows privados en los que bucea por distintos géneros: cumbia, folclore, baladas.
Ahora, se pondrá en la piel de Peter Pan, protagonizando la comedia musical que será la gran atracción de las vacaciones de invierno en el Teatro El Círculo, y que lo tiene muy entusiasmado. “Es el papel que interpreté que más me gusta”, le cuenta a Revista Sociedad.
Después de aquel video que explotó en las redes, el chico no para de recibir propuestas para cantar en distintos espacios. Además, en estos meses, subió a cantar en el show de Karina La Princesita (que alabó su voz), con Canchi, e hizo un espectáculo solidario masivo para ayudar a un nene que necesita un tratamiento médico.
El pasado 26 de mayo se produjo otro momento “mágico” cuando durante la presentación en Rosario del grupo de cumbia Ke Personajes (que la está rompiendo), el líder de la banda, Emanuel Noir, se quedó embelesado cuando subió Valentino e interpretó, justamente, Como la Flor, el tema que lo hizo famoso en las piletas del Saladillo, y que es, justamente, la versión que hace Noir.
“Cuando subí al escenario esa noche me temblaban las piernas, me emocioné tanto que se me cerró la garganta, pero tomé aire, me repuse y canté. Fue tan generoso Emanuel que me dejó que hiciera la canción completa. No lo podía creer”, cuenta con inmensa humildad y ternura.
La gente que fue a ver a Ke Personajes comenzó a corear ¡Si se puede! mientras Valentino miraba sin entender del todo lo que estaba pasando: “Cuando se prendieron las luces y vi al público me pasó algo muy fuerte, era como que lo estaba viviendo pero al mismo tiempo no era real. Son sueños cumplidos, y agradezco mucho porque la música para compartir y no para competir, como me dijo Coti. Y Emanuel me dio todo el tiempo del mundo para cantar y es algo que no voy a olvidar”.
Quizá, muchas de las estrellas que hoy le están dando la posibilidad a este rosarino de mostrar su talento se vean reflejadas en ese nene que está iniciando un camino con todas las complejidades y obstáculos que tiene la industria de la música, pero que se sostiene a fuerza de pasión, constancia y algo de suerte.
“Sí, una cosa es lo hermoso de este arte, de cantar, de interpretar, pero nos vamos dando cuenta de lo difícil que es este mundo. Yo tengo una familia que me apoya y me contiene y eso no tiene precio. Escucho mucho los consejos de mis papis”, dice Valentino.
Norberto, el papá, que se decida al rubro gráfico, es el que está oficiando de manager y delegó parte de su trabajo a su hijo Tomás. Su mamá, presente en todo momento, sigue atendiendo el almacén que tienen en Tablada. “Puede haber como una fantasía de que ya está, que lo logré, y nada que ver, en mi casa siguen trabajando en lo de siempre, mi mami sobre todo que está en el negocio que no se puede dejar. Esto que me pasó le cambió un poco la vida a todos pero hay que ir despacio”, cuenta con seriedad.
Hace una semana, Valentino Merlo grabó un tema con La Kuppé, una agrupación liderada por el cantante y tecladista Agustín Racigh. Y se vienen nuevas colaboraciones, además de una primera gira que lo llevará a él y su banda por todo el país (en total tocan con Valentino once músicos (siete en el show de cumbia y música popular, y cuatro en el que se basa más en el folclore y melódico)
Recuerdos y presente
Valentino dice que canta desde que se acuerda: “Creo que desde que nací”, dice con picardía. En su familia hay cierta relación con la música. Sin dudas eso fue un pilar para que el adolescente empezara a recorrer este camino. “Mi abuelo José Luis tocaba la guitarra y mi papá Norberto canta. Lo hace re bien, pero en la ducha”, se ríe.
Su hermano Tomás compone y es otro respaldo fundamental, asegura.
También menciona a sus abuelas Marta y Aurora. Fue Aurora la que lo alentó a cantar aquella tarde en Saladillo.
“A los 7 canté en Distrito 7, fue mi primera presentación, la vez que me di cuenta de que a la gente le gustaba lo que hacía”.
“Después ya me puse a estudiar con el profe Luciano y más tarde Comedias musicales, en El Círculo que ¡me encanta!” y agrega: “Yo sigo entrenando todo lo que puedo y aunque actuar me fascina me parece que me inclino más por cantar con la banda que algo hermoso”.
En su tiempo libre, el poco tiempo que tiene ahora, cuenta que escucha música. Que si bien se hizo conocido por la cumbia no es el género que más exploró. Como muchos de los chicos de su edad admira a Duki, “a todos los de El espacio, que los quiero mucho”, menciona, y que son, además de Duki, LIT Killah, Emilia, Tiago PZK, FMK, Rusherking, María Becerra y Big One.
Valentino extraña un poco jugar al fútbol, algo que hacía a menudo hasta hace unos meses cuando no tenía una agenda como la de ahora. Pasear con sus perros Thor y Marino es otra de sus actividades favoritas e ir a la Plaza del Che con la bici, acompañado por su hermano.
“¡Pasó de todo! pero vamos despacio, tranquilos y con cabeza”, reflexiona.
Durante la charla, recuerda que se presentó en varios shows televisivos de talentos y no quedó. “Lo intenté varias veces y no pasó nada. Son cosas que ocurren, pero lo importante es no bajar los brazos, como me dijo Angelito. Yo nunca me imaginé que ese día después de que se viralizara el video me iba a pasar lo que me pasó: shows, entrevistas en las radios, en la tele, que me llame gente tan importante que es re grosa y admiro”.
“Lo de Di María fue tremendo. Pensar que yo lo veía jugar, uno de los capos del Mundial y de repente me estaba mandando un mensaje a mí. Impresionante”, dice.
Valentino ya cosecha algunos suspiros entre las chicas que lo van a buscar a la salida de la escuela y le dejan regalitos. “Es raro y lindo, pero con mis compañeros y compañeras, por ejemplo, es todo re tranquilo, me preguntan cómo me va, pero soy uno más”.
“Quiero seguir poniéndole esfuerzo, sin agrandarme, sin creérmela, las puertas se abren pero otras se cierran. Y bueno, habrá que desbloquearlas con trabajo”, comenta.
Como escribió Jorgelina Cardoso, la esposa de Di María en su cuenta de Instagram cuando compartió el video de su marido para el joven cantante: “¿Quién dijo que todo está perdido? Cuidemos a nuestros niños, son nuestro futuro”. Valentino parece haber entendido todo.