Hay travesías que se viven más con el corazón que con el GPS. Reinas del Norte es una propuesta de viaje que atraviesa algunos de los paisajes más fascinantes y refinados del norte europeo, combinando el legado vikingo, la arquitectura escandinava, las ciudades costeras, los fiordos y la modernidad de capitales vibrantes como Copenhague, Oslo, Estocolmo y Helsinki, para culminar en la siempre magnética Ámsterdam.
El itinerario comienza en la cosmopolita Copenhague, una capital que resume en pocas cuadras el espíritu danés: orden, funcionalidad, estética y un ritmo de vida que privilegia el disfrute sin perder eficiencia. La visita recorre los íconos de la ciudad, como la fuente de la diosa Gefion o la fotogénica Sirenita, y deja tiempo libre para explorar Nyhavn, con sus casas de colores, bares al aire libre y barcos amarrados que invitan a perder la noción del tiempo.
Desde allí, la ruta atraviesa el país en dirección oeste. La primera escala es Odense, lugar de nacimiento de Hans Christian Andersen, donde la literatura aún parece latir en sus calles. La jornada continúa hacia Aarhus, una ciudad vibrante y joven, donde la historia convive con la arquitectura contemporánea y una vida cultural muy activa.
El cruce del Mar del Norte marca un cambio de geografía y de atmósfera: Noruega recibe al viajero con su carácter agreste, sus costas recortadas y una naturaleza que impone respeto. En Stavanger, una caminata por su barrio antiguo, con casas de madera impecablemente conservadas, es la antesala de una experiencia inolvidable: la navegación por el Lysefjord, con sus acantilados abruptos y la icónica formación rocosa del Preikestolen o “El Púlpito”, un balcón natural de más de 600 metros de altura.
“Siempre les digo a los grupos que aquí no hay que mirar el reloj. Este paisaje no se mide en minutos. Se respira, se contempla, se guarda”, dice Lars, guía noruego de larga trayectoria. Su consejo no es menor: los fiordos no se recorren, se sienten. Cada curva del barco revela una postal distinta y el silencio de las montañas refleja algo difícil de poner en palabras.
Desde Stavanger se emprende camino hacia Bergen, ciudad portuaria con alma medieval. Su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, es un despliegue de casas de madera alineadas en colores ocres, rojos y marrones que miran al mar. El funicular al monte Fløyen regala una panorámica de la ciudad que, si el clima lo permite, es sencillamente conmovedora.
La ruta de los fiordos
La siguiente etapa cruza parte de los fiordos noruegos, en un tramo escénico que combina carreteras, túneles, puentes y travesías en barco. Uno de los momentos culminantes es la navegación por el Sognefjord, también llamado el “Fiordo de los sueños”. A medida que el ferry avanza se suceden los pueblos de montaña, los campos verdes, las cascadas y los reflejos perfectos del agua. “Esto es como una pintura, pero se mueve y suena”, comenta Claudia, una pasajera argentina que viaja por primera vez a Escandinavia.
La llegada a Oslo, capital de Noruega, permite un respiro más urbano. La ciudad, en pleno auge arquitectónico, ofrece museos como el del Barco Vikingo y el del pintor Edvard Munch, además de espacios abiertos como el Parque Vigeland, una colección monumental de esculturas que explora el ciclo de la vida. A pesar de su modernidad, Oslo mantiene un ritmo amable y su conexión con el fiordo le da una luz particular.
El recorrido avanza hacia el este, atravesando los paisajes boscosos de la región sueca de Värmland hasta llegar a Estocolmo, una de las ciudades más elegantes y fotogénicas de Europa. Construida sobre 14 islas unidas por puentes, su arquitectura es tan cuidada como su limpieza y su pulso cultural. El casco antiguo, Gamla Stan, con sus calles adoquinadas y edificios barrocos, contrasta con el barrio de Södermalm, desde donde se obtienen vistas panorámicas inmejorables. La ciudad respira equilibrio: tradición, innovación y naturaleza están en constante diálogo.
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Una experiencia particular es la navegación nocturna desde Estocolmo hacia Helsinki. El barco, que atraviesa un archipiélago de más de 24.000 islas, permite disfrutar del paisaje mientras se navega cómodamente en camarotes con vista exterior. A bordo hay música, espectáculos, gastronomía nórdica y una atmósfera relajada. La llegada a la capital finlandesa al día siguiente es otro punto alto del itinerario.
Diseño nórdico en Helsinki
Helsinki es sobria y luminosa. Combina la herencia rusa con el diseño finlandés y ofrece espacios como la Temppeliaukio Kirkko, una iglesia excavada en la roca, o la Plaza del Senado, que resume la esencia neoclásica de la ciudad. Pasear por su mercado portuario, degustar salmón fresco o sentarse a observar el ir y venir de bicicletas es parte de su encanto.
El broche final del viaje es Ámsterdam, ciudad de contrastes, historia mercantil y modernidad vibrante. Canales, historia mercantil, arte y vida nocturna conviven en un ambiente abierto y dinámico que funciona como perfecto contrapunto a la serenidad escandinava. Volendam y Marken, pueblos cercanos que forman parte del recorrido, muestran la otra cara de los Países Bajos: la vida rural, el paisaje de pólders y la tradición pesquera.
Con esta travesía, el viajero vuelve al punto de partida, pero no es el mismo. Porque cada ciudad, cada paisaje y cada momento vivido deja una marca. Este no es un viaje más, sino una experiencia rica en historia, paisajes y contrastes culturales.
Tips para viajar por las Reinas del Norte
Clima y ropa: aunque en Europa es verano, las temperaturas en los países nórdicos pueden ser frescas, especialmente en zonas costeras y durante las travesías en barco. Conviene llevar abrigo liviano, campera impermeable y calzado cómodo.
Moneda y pagos: Dinamarca, Noruega y Suecia no utilizan el euro. Aunque casi todo puede pagarse con tarjeta, es útil llevar algo de moneda local para pequeños gastos.
Gastronomía: El pescado es protagonista en casi todos los destinos. Recomendados: el salmón fresco, el arenque marinado o el bacalao, además de los productos de panadería local.
Luz solar: En julio y agosto, los días son muy largos. En algunas zonas de Noruega o Finlandia la luz natural se extiende hasta muy avanzada la noche, lo que permite aprovechar al máximo cada jornada.
Datos útiles
Cómo llegar
Desde Buenos Aires hay una salida grupal con guías especializados prevista para el 24 de julio de 2025. El paquete es de 18 días y abarca Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia y Países Bajos. Incluye guías de habla hispana en el destino.
Cuándo ir
Desde mayo hasta septiembre. Estos son, sin dudas, los mejores meses para visitar los fiordos noruegos. En verano, los fiordos del oeste y la costa hacia el Norte Ártico tienen un clima cálido.