La movida de Patricia Bullrich de afiliarse a La Libertad Avanza (LLA) puso en una disyuntiva a los halcones santafesinos del PRO, que por ahora se mantienen en el nido amarillo.
Dirigentes que se referencian en la ministra de Seguridad sostienen que su afiliación a LLA es "una decisión personal"
Por Mariano D'Arrigo
Patricia Bullrich formalizó su incorporación a La Libertad Avanza, un golpe de efecto antes de las elecciones del 18 de mayo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La movida de Patricia Bullrich de afiliarse a La Libertad Avanza (LLA) puso en una disyuntiva a los halcones santafesinos del PRO, que por ahora se mantienen en el nido amarillo.
Esta semana, la ministra de Seguridad Nacional formalizó una situación que ya se daba de hecho y firmó su fichaje para LLA, frente a la mismísima Karina Milei.
Es otro cambio de piel de quien empezó su carrera en las filas de Montoneros y luego pasó por la renovación peronista, el menemismo, la Alianza, una sociedad con Elisa Carrió y el PRO.
Pero también un gesto de subordinación a la secretaria General de la Presidencia y jefa del armado libertario, que ya le había hecho firmar la ficha de capitulación a Santiago Caputo.
Los dirigentes de su entorno estaban al tanto del movimiento. “Ella es la que tiene mejor imagen en Buenos Aires y está segunda a nivel nacional, detrás de Javier Milei. Es valiosa para La Libertad Avanza para lo que viene”, dicen.
“Es Patricia siendo Patricia. No va nunca a 120, va siempre a 180 y a fondo. Ella trata de generar empatía y hacerse un lugarcito para lo que viene. Y no es lo mismo hacerlo ahora que en julio”, dice un dirigente del PRO que la conoce hace mucho.
El timing no es casual. Bullrich y los Milei buscaron un golpe de efecto a menos de dos semanas de las elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba). Allí, La Libertad Avanza desafía al PRO en su bastión y quiere monopolizar la representación de la derecha.
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Al tatuarse el águila libertaria Bullrich busca sumar puntos para ser candidata a senadora nacional por LLA, interpretan en el PRO. Una opción que le abriría la puerta en 2027 a competir por la jefatura de Gobierno, o incluso soñar con la vicepresidencia.
Para Bullrich sería también una salida elegante de un gobierno que lleva más de 140 funcionarios eyectados y en la que todos están a tiro de decreto, o un tuit. Los libertarios no se caracterizan por la generosidad o la gratitud con sus aliados.
Es por esto que otros dirigentes del PRO que vienen desplegando gestos hacia Milei no terminan de cruzar la frontera.
“Es una decisión de Patricia a nivel personal. Del bloque no se va nadie, seguimos todos juntos. Acompañamos al gobierno en lo que está bien, sobre todo en el rumbo económico, y cuando hay diferencias lo que planteamos adentro”, dicen en la bancada.
Hoy el PRO tiene cuatro representantes santafesinos en la Cámara baja: Germana Figueroa Casas, José Núñez, Alejandro Bongiovanni y Luciano Laspina.
Salvo Figueroa Casas, alineada con la conducción de Mauricio Macri a nivel nacional y de Gisela Scaglia en la provincia, el resto pivotea y da señales a LLA.
El referente histórico de ese grupo es Federico Angelini. El hoy subsecretario de Intervención Federal reporta a Bullrich en Seguridad, mantiene un perfil bajísimo en cuanto a la política y está abocado a la gestión.
Otro dirigente que perteneció a ese sector y ahora armó espacio propio es el diputado nacional Gabriel Chumpitaz, quien armó un bloque con Verónica Razzini. Chumpitaz quiere meterse en la pelea por la Intendencia de Rosario a pura línea dura en seguridad y un discurso sin pliegues contra la izquierda.
En un gesto hacia Bullrich y el mundo Milei, Chumpitaz subió a sus redes sociales un ejemplar de este diario con una nota de 2021 en la que se analizaba la consigna “comunismo o libertad”.
Era la consigna exitosa de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que el PRO importaba desde España en plena pandemia para enfrentar al kirchnerismo por las medidas sanitarias en clave guerra fría.
De los halcones originales quedaron en el PRO santafesino, integrado a Unidos, dirigentes como Cristian Cunha y Carlos Cardozo.
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Cunha, antecesor de Scaglia como presidente del PRO, es secretario de Cooperación del gobierno de Maximiliano Pullaro. Cardozo termina este año su mandato como concejal y aparece como un vocero informal de la gestión de Pablo Javkin para disputar el voto del centro a la derecha con los libertarios.