La desaparición de Mauricio Laferrara de la cárcel de Devoto motivó la creación de un grupo especial de búsqueda integrado por fuerzas de la policía Federal, de la provincia de Santa Fe y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que trabaja sobre la hipótesis privilegiada de que el condenado a dos cadenas perpetuas escapó del penal federal. El equipo intenta descubrir el paradero de quien fuera jefe de sicarios del empresario narco Esteban Lindor Alvarado, interno que no fue hallado el viernes en el recuento de presos del pabellón 11. Desde entonces se conjeturó tanto que pudo evadirse de la prisión federal como que pudo ser asesinado y descartado con la basura. Luego de que se librara un pedido de captura, fuentes de la brigada especial creada ante la desaparición de Laferrara indicaron que “la hipótesis es fuga”.
La pauta de trabajo del equipo de búsqueda aporta algo de claridad ante la usina de versiones que, en un escenario de escasa información oficial, comenzó a circular el viernes al conocerse la noticia de la desaparición. Entonces el juez Eduardo Rodrigues Da Cruz, integrante del Tribunal Federal Oral 2 de Rosario que encausó a Laferrara por narcotráfico, ordenó la captura del temido sicario.
“Mauri” había sido condenado el año pasado a una pena de 5 años de prisión en una causa por infracción a la ley de drogas. El juez le dio intervención inmediate a la División de Búsqueda de Prófugos de la Policía Federal y a la Procuraduría de Narcocriminalidad de la Nación (Procunar).
Desde esas áreas contactaron a su vez al subdirector de la policía santafesina Maximiliano Bertolotti, quien encabeza una unidad especial de investigación del crimen organizado dependiente del Ministerio de Seguridad. El ex jefe de la Agencia de Investigación Criminal fue uno de los tres policías que, el sábado 2 de febrero de 2019, capturaron al condenado como jefe narco Esteban Lindor Alvarado en un camping de Embalse Río Tercero, cuando era un oficial de bajo perfil a cargo de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE). Participó, además, de la captura del propio Laferrara, detenido en octubre de 2019 en una casa de 9 de Julio al 3300 de Echesortu donde se encontró una bolsa con bochas de cocaína y unos dos millones de pesos. Por ese secuestro se le abrió una causa federal.
Línea de trabajo
“Se está conformando un equipo conjunto de búsqueda. La hipótesis de trabajo es la fuga”, indicó de manera escueta pero directa a este diario una fuente de la Procuración General de la Nación. Ese gabinete especial trabaja en coordinación con la fiscalía penal y contravencional Nº 25 de la ciudad de Buenos Aires, que interviene en el caso por tratarse la evasión de un delito menor. Además fue convocado personal de Inteligencia Criminal del Servicio Penitenciario Federal que se ocupa de la búsqueda dentro de las áreas de la prisión.
“La cárcel de Devoto ocupa unas seis manzanas. Hay muchísimos lugares donde podría estar escondido. Hay antecedentes de gente que estuvo escondida dentro de la prisión por varios días”, amplió una de las fuentes a este diario. “La hipótesis de trabajo es que se fugó y la búsqueda es prioridad teniendo en cuenta el perfil de este muchacho”, amplió.
En paralelo, el Ministerio de Justicia inició un sumario interno para determinar si hay responsabilidad de agentes penitenciarios en la desaparición. Según trascendió ayer, ocho agentes penitenciarios fueron suspendidos por aplicación del régimen disciplinario, entre ellos el propio jefe del penal de Devoto. Se trata de una medida administrativa por la cual son desligados de sus tareas sin afectación de sus haberes.
De 27 años y apodado “Caníbal”, Laferrara estaba desde hacía un año en la cárcel federal de Devoto. Está acusado de seis asesinatos, tiene una causa federal por narcotráfico y cumplía dos condenas a prisión perpetua. Su ausencia del pabellón 11 de la planta 3 fue notificada como una “desaparición” en un día de visita en el penal. No se presentó ante la visita, lo buscaron y no lo encontraron. Ya por la tarde, cuando hicieron el conteo de internos, no estaba.
Eso motivó una requisa general en toda la prisión. Lo buscaron en la decena de recovecos que tiene el penal y fuera de la prisión. No lo hallaron. Comenzó así a ganar espacio la versión de que Laferrara pudo ser blanco de una vendetta o ajuste de cuentas y que su cuerpo pudo ser descartado entre la basura de la cárcel. También se planteó la posibilidad de una fuga, hipótesis que finalmente ganó peso y se vio consolidada tras el pedido de captura judicial.
Perfil de un sicario
Mauricio Jesús Laferrara es hijo de Jorge Alberto, un viejo hampón que supo estar ligado a principios del siglo XXI a Ariel Máximo Cantero, hoy reconocido como el “Viejo”, uno de los socios fundadores de la banda más mentada de la región: Los Monos. Si bien ahora lo reconocen por el apodo de Caníbal, debido a su recorrido criminal como líder de sicarios de Alvarado, en las numerosas causas judiciales abiertas en suelo santafesino se lo identificaba como “Mauri”, brazo armado de Alvarado en la guerra contra Los Monos.
Su nombre sonó en las investigaciones por el triple asesinato en Granadero Baigorria de los hermanos Ezequiel David “Parásito” Fernández, su hermano José Horacio “Grasita” Fernández y Gerardo “Abuelo” Abregú, el 16 de abril de 2018. Todas estas víctimas aparecen en el legajo del caso citadas como sicarios de Los Monos. Parásito Fernández fue uno de los cómplices de un secuestro extorsivo por el cual Ariel Máximo “Guille” Cantero, líder de Los Monos, fue condenado a 10 años.
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Laferrara fue penado en junio de 2022 con prisión perpetua, junto a Alvarado, por los asesinatos de Cristian Enrique y del prestamista Lucio Maldonado, ambos cometidos en noviembre de 2018. El primero de los crímenes fue considerado un vuelto por un ataque a Jorge Laferrara. El otro fue instigado por Alvarado. El sexto crimen en el que se mencionó a Laferarra tuvo como víctima a Cristian Béliz, quien quedó en medio de una balacera contra la distribuidora de bebidas de Oscar “Manco” García, de Constitución al 5100, el 7 de septiembre de 2019. El Manco García es tío de Laferrara. Por este expediente fue condenado a su segunda perpetua el 10 de abril pasado.
Con esas condenas en su haber, Laferrara fue trasladado a Devoto el 17 de octubre de 2022 tras ser declarado por el Servicio Penitenciario provincial como un interno de “alto perfil”. La medida se concretó tras la fuga de ocho presos de la cárcel de Piñero el 27 de junio de 2021. Primero fue remitido a la cárcel de Marcos Paz, donde está alojado Ariel Máximo “Guille” Cantero, condenado como jefe de Los Monos, la histórica banda rival del clan Alvarado. Por este motivo sus abogados solicitaron el traslado a Devoto, de donde se lo considera evadido desde el viernes.