"Una copita por día es buena para el corazón"; "Las mujeres tienen más riesgos de sufrir complicaciones si toman vino, cerveza o vodka"; "A partir de los 65 años el consumo de alcohol es altamente perjudicial". Estas y otras son aseveraciones que se leen o escuchan a menudo. ¿Son ciertas? ¿Hay momentos de la vida en los que tomar es más peligroso? ¿Cuál es la medida justa?
La Capital consultó al doctor Fernando Bessone, jefe del servicio de Gastroenterología del Hospital Centenario de Rosario, profesor universitario, investigador y un estudioso del tema desde hace décadas, quien respondió muchas de las dudas que se presentan habitualmente en torno de las bebidas alcohólicas.
Lo primero que aclara Bessone es que el alcohol en exceso es perjudicial en todas las etapas de la vida pero hay personas más vulnerables que pueden sufrir efectos realmente severos a causa de condiciones genéticas y de su género (las mujeres tienen menos tolerancia al alcohol que los varones).
Además, entre los que tienen que tener más cuidado están los adolescentes ("que no deberían tomar ni una gota en pleno desarrollo"), las embarazadas y los adultos mayores.
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Rosario, con alto consumo
La problemática crece, muchas veces en en silencio y opacada por el consumo de drogas como la marihuana y la cocaína, pero el alcoholismo, de acuerdo a los registros de la Agencia de Prevención y Abordajes de Consumos Problemáticos de Rosario es un problema en alza. "La mayoría de las intervenciones de los equipos de prevención y consumo problemático en Rosario tienen al alcohol como protagonistas o parte de un policonsumo, es decir, la mezcla de sustancias", advirtieron este año desde la entidad. Sólo en 2024 hicieron 2 mil abordajes.
En el Hospital Centenario, "habitualmente hay personas internadas por consecuencias de su alcoholismo". Bessone destacó que "no vemos que el número de consultas haya aumentado pero sí que los casos son mucho más severos".
El especialista comentó que los lunes y martes, después del fin de semana "es común que recibamos consultas de personas jóvenes que están intoxicadas por consumo de altas dosis de alcohol en poco tiempo".
El médico también hizo referencia al multiconsumo y comentó que en el Centenario están haciendo un estudio relacionado con el alcohol y la cocaína ya que cada vez reciben más pacientes que consumen ambas drogas (una legal, la otra ilegal). "Las consecuencias que vemos son a nivel hepático, cerebral y cardíaco, entre otras".
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¿Cuánto vino puedo tomar?
Bessone mencionó que no existe una "tabla" que indique qué cantidad de vino, u otras bebidas alcohólicas, puede ingerirse de acuerdo a las edades, pero "sí hay medidas que debemos considerar: más de un vaso por día es consumo alto".
"Hay que dividir entre hombres y mujeres. La mujer tiene menos masa muscular y carece de una enzima que la condiciona a un mayor daño hepático severo en la mitad del tiempo y dosis que el varón".
"Tomando en las mismas condiciones que un hombre, la mujer pude padecer una cirrosis en la mitad del tiempo", comentó. En este punto hizo referencia a quienes toman todos los días tres vasos de vino. "Eso ya es un consumo muy elevado".
"Tres vasos es una botella tres cuartos, y tres vasos de vino al día es una dosis muy alta para cualquiera. Lo mismo que tres cervecitas o un vaso de whisky o de bebida blanca diaria".
"Podemos decir que la dosis máxima para un hombre es un vaso por día, teniendo en cuenta que los adolescentes no deben tomar y que después de los 65 o 70 años al perder masa muscular y retener menos agua en los tejidos la concentración del alcohol aumenta y los daños son más grandes".
Ojo con el hígado graso
Es importante saber que la enfermedad hepática alcohólica "está mediada por marcadores genéticos, predisposición genética y por las enzimas que metabolizan el alcohol", detalló Bessone. "El 30 por ciento de los que toman dosis altas va a tener una enfermedad grave", dijo.
El médico destacó que la detección del hígado graso, en personas que consumen alcohol, es un llamado de atención: "Ahí empieza la escalada de lesiones hepáticas: hígado graso, hepatitis alcohólica y cirrosis".
El alcohol "y esto está claramente descripto, no solo afecta a hígado sino también al páncreas, al corazón y conlleva una mayor incidencia de cáncer y en personas adultas puede acelerar la demencia".
En cuanto a la edad, "lo cronológico es importante pero también es relativo porque depende mucho del estado físico de la persona, hay gente que a los 65 está más entrenada y en forma que una persona de 30, pero sin dudas el metabolismo hepático va disminuyendo con los años, el cerebro está más envejecido, y un tema importante: los adultos mayores toman medicamentos y la interacción de estos fármacos con el alcohol puede generar problemas severos de hepatotoxicidad como más tendencias a las arritmias y hemorragias ".