Con información falsa y sin ningún aval científico, una agrupación desplegó una campaña antivacunas en la peatonal Córdoba, en la que llamó a los padres a no inmunizar a sus hijos. Los mensajes llegan justo en el momento en que las autoridades sanitarias convocan a completar los esquemas de vacunación de los menores de cara al inicio del ciclo lectivo. Médicos y científicos advierten sobre los riesgos de no vacunar a niños y adolescentes, destacan que las vacunas han demostrado ser una de las herramientas más efectivas para la prevención de enfermedades y advierten sobre el crecimiento de brotes de algunas afecciones, como el sarampión, debido a la caída de los niveles de protección.
En las últimas semanas, las paredes de instituciones, los costados de las vidrieras de los comercios y el mobiliario público de la peatonal Córdoba aparecieron empapelados de panfletos que discuten la efectividad de las vacunas. Encabezados con la frase "Padres no vacunen a sus hijos" despliegan una serie de datos, sin ningún asidero científico, en contra de los programas de inmunización, tradicionalmente desplegados en épocas de inicio escolar.
Los letreros llevan la firma de una organización, la Acción Humanista Revolucionaria, que se hizo conocida en Bolivia durante la pandemia por sus manifestaciones en contra de la vacuna, el uso de barbijo y otras medidas de prevención del coronavirus. De acuerdo al medio digital independiente Bolivia Verifica, su líder Juan Santa Cruz, fue candidato a presidente del país en las generales de 1985. Obtuvo un porcentaje de 0,63% en la votación.
La arremetida antivacunas llega en el mismo momento en que el sistema de salud centra sus acciones en la vacunación de los más pequeños frente al inicio escolar. Desde el Ministerio de Salud de la provincia recordaron esta semana que "las vacunas son el método más seguro de protección contra las enfermedades infecciosas" y que durante la época escolar "los niños conviven varias horas diarias con otros compañeros, compartiendo espacios físicos limitados que facilitan la transmisión de enfermedades", por lo que "un esquema de vacunación completo los protege de las enfermedades inmunoprevenibles".
Las vacunas, subrayaron, son gratuitas, obligatorias y están disponibles en todos los hospitales y centros de salud.
La mejor herramienta
El pediatra Omar Tabacco, ex presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría y actual miembro del tribunal de honor de la institución, advirtió sobre las consecuencias de no vacunar a los niños. "El riesgo inmediato de no vacunar a un niño es exponerlo a enfermedades, como meningitis, neumonía o tétanos, que a lo largo de la historia han demostrado su alta morbilidad y mortalidad, especialmente en niños y adolescentes", apuntó.
Por otro lado, destacó que "la vacunación es un claro gesto de solidaridad para con la comunidad toda, pues cuanto menos oportunidad de circulación les demos a los virus y bacterias causantes de estas serias enfermedades, también estamos protegiendo a los más vulnerables, como son aquellos que padecen por ejemplo inmunodeficiencias u otras morbilidades de base".
Para el profesional, las vacunas han demostrado "a lo largo de los últimos 60 años ser una de las herramientas más efectivas para la prevención de enfermedades infecciosas, bacterianas y virales, altamente prevalentes en la infancia y adolescencia con una elevada morbimortalidad". Según destacó, el calendario de vacunación "es muy generoso, con una amplia gama de vacunas que desde el mismo nacimiento y hasta la adolescencia previene enfermedades como meningitis, neumonías, tétanos, difteria, coqueluche (tos convulsa). tuberculosis, hepatitis A y B, sarampión, rubeola y parotiditis, gripe y enfermedades de transmisión sexual, como el papiloma virus, precursor del cáncer de cuello uterino".
Y sobre todo dejó en claro que las vacunas son seguras ya que "se basan en brindar al sistema inmunológico del propio individuo partes de los virus o bacterias generadoras de enfermedad, incapaces de producir la misma, o el virus inactivado (muerto) o bien el nuevo diseño de vacunas que mediante técnicas de biología molecular ofrecen proteínas del agente agresor, nuevamente incapaces de enfermar pero sí de generar la respuesta inmune".
Todos estos diseños "desde los más antiguos hasta los más modernos superan ampliamente la ecuación beneficios/riesgos, habida cuenta del control permanente mediante distintos planes de denuncia obligatoria de efectos colaterales posiblemente vinculados a una vacuna y la bajísima tasa de enfermedad para la cual fue adecuadamente vacunado un niño, especialmente en lo referido a las formas graves de cada enfermedad, en relación a aquellos no vacunados y que deben afrontar estos serios padecimientos mediante sus defensas naturales sin experiencia previa", dijo.
Procesos rigurosos y estrictos
"Las aseveraciones que aparecen en estos folletos son falsas y tergiversan la información disponible sobre las vacunas", subrayó Ana Rosa Pérez, doctora en ciencias biomédicas e investigadora del Conicet en áreas de medicina e inmunología. La especialista destacó que "las vacunas aprobadas por las agencias regulatorias son muy seguras, ya que se someten a procesos investigación rigurosos y estrictos, en donde se realizan controles de seguridad y efectividad".
Por eso explicó que "cuando se le administra una vacuna aprobada a un niño, se lo protege eficazmente contra una determinada enfermedad, evitando secuelas e incluso la muerte". Esto es particularmente importante, continuó, "en niños muy pequeños, con sistemas inmunes aún no desarrollados".
Pérez no pasó por alto que en una muy baja proporción las vacunas puedan producir efectos adversos. Pero, "estos efectos adversos son mayoritariamente leves. Por ejemplo, es muy común ver que un niño presente febrículas o fiebre en los días posteriores a la inmunización. Sin embargo, se debe comprender que niño no vacunado tiene muchas más probabilidades de sufrir las secuelas de una enfermedad prevenible que a causa de la propia vacuna".
Lo que resulta indiscutible es la evidencia de que las vacunas salvan vidas. La investigadora apuntó que "un caso paradigmático es el del sarampión. La OMS estima que las vacunas contra esta enfermedad salvaron a más de 21 millones de niños del 2000 en adelante. Sin embargo, y en parte debido a la baja cobertura que hubo en los últimos años, en parte a causa del Covid, los casos de sarampión en el mundo aumentaron casi un 80%, lo cual es un alerta mayúsculo para nuestra población a fin de evitar la propagación de esta enfermedad altamente contagiosa. La vacunación antipoliomielítica es otro ejemplo de los beneficios del control que ejerce una vacuna: ya prácticamente no hay casos en nuestra región de esta enfermedad altamente invalidante, la que se espera poder erradicar en un plazo no muy lejano".
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Para Pérez, "lamentablemente los grupos antivacunas, aprovechan determinadas circunstancias, como la pandemia y pos pandemia para hacer rodar sus prédicas falsas", y apuntó que "desde el sector científico descalificamos tales aseveraciones y le proponemos a la población información veraz sobre las vacunas disponibles en nuestro país".
Tabacco también fue crítico sobre la acción de estos grupos, aunque consideró que sus prédicas "no tienen mayor impacto en la comunidad toda y las actividades de las sociedades científicas, como la Sociedad Argentina de Pediatría, los medios de comunicación masivos y los pediatras en el mano a mano en el consultorio son las principales herramientas de comunicación hacia los padres".
Según consideró, "ni las incertidumbres iniciales que pudo generar una pandemia por un virus desconocido hasta ese momento como fue el Covid deben modificar estos aprendizajes de muchos años de trayectoria de la vacunación como generadora de salud".