Un atacante de 23 años irrumpió ayer a tiros en una escuela municipal de la ciudad brasileña de Río de Janeiro de la que era ex alumno, mató a diez chicos e hirió a otros 12, tras lo cual se suicidó, informaron fuentes gubernamentales.
La presidenta del Brasil, Dilma Roussef, decretó tres días de luto nacional y convocó con voz llorosa a “estar unidos en repudio a este acto de violencia contra niños indefensos... este tipo de crimen no era característico en nuestro país”.
La mandataria hizo uso de la palabra en un acto público, al final del cual pidió un minuto de silencio “en homenaje a esos brasileñitos que perdieron la vida tan pronto”.
El secretario de Salud municipal, Sergio Cortés, informó que de los diez niños de entre 12 y 14 años que murieron en el ataque, nueve son nenas, en tanto son 12 los chicos heridos, reportó la agencia Brasil.
Los docentes cariocas del Sindicato de Profesores cuestionaron la “falta de seguridad” en las escuelas y dieron por “habituales” los hechos de violencia que afectan a la comunidad educativa, por lo cual anunciaron que abrirán procesos judiciales contra el gobernador, Sergio Cabral, y el alcalde, Eduardo Paes, según difundió la agencia italiana Ansa.
El hecho ocurrió ayer por la mañana, cuando Wellington Menezes de Oliveira, de 23 años, irrumpió con dos revólveres en el establecimiento escolar Tasso da Silveira, en el oeste de Río de Janeiro, reportó la Policía Militar. “El tenía la determinación de suicidarse después de la tragedia”, afirmó el coronel de la Policía Militar, Djalma Beltrami, quien dijo que el homicida dejó una carta cuyo contenido no fue divulgado (ver página 18).
Según las primeras versiones, el agresor era conocido en la escuela y entró a las 8.30 al establecimiento bajo el pretexto de que iba a dar una charla en uno de los cursos, pero en cambio comenzó a disparar contra alumnos, docentes y administrativos que salían a su paso.
En medio de la conmoción, los docentes para evitar que otros alumnos fuesen alcanzados por el agresor, trabaron las puertas de aulas y salones y bloquearon los accesos con bancos y escritorios.
La versión policial indicó que Menezes utilizó dos revólveres en el ataque, a los que llegó a recargar varias veces, y se mató con un tiro en la cabeza después de haber sido baleado por un policía en una pierna.
En la escuela cursan unos mil alumnos, unos 400 de los cuales asisten a clase en el turno mañana, por lo cual decenas de padres y familiares se agolparon inmediatamente en la escuela para obtener información sobre sus hijos.
Cabral y Paes visitaron ayer el colegio donde al menos diez niños fueron asesinados y recibieron críticas de padres de alumnos de la escuela Municipal Tasso da Silveira.
“La tragedia podría haber sido mucho peor sin el accionar de la policía”, que llegó a la escuela y atacó al asesino, declaró el alcalde carioca Paes.
El diputado federal Alessandro Moron opinó que “el fácil acceso a armas es uno de los elementos que contribuyen para que ocurra este tipo de crímenes” y lamentó que haya dejado de funcionar la Comisión de Seguridad Pública y Combate al Crimen Organizado.
“Estoy seguro de que este asesinato en una escuela va a llevar el debate sobre el desarme a la Cámara de Diputados”, dijo Moron, perteneciente al oficialista Partido de los Trabajadores.
El asesino “contaba con armamento profesional y va a ser investigado cómo lo consiguió”, dijo Cabral. Pamela, una estudiante de 13 años que se movilizó a un hospital para saber de sus compañeros, contó que “al oír los tiros, los profesores llevaron a los alumnos al auditorio del último piso, bloquearon la puerta con armarios” y esperaron en medio de un griterío. Y Jade, un niña herida, contó que el asesino “tenía un chaleco blanco, dos revólveres y se reía cuando tiraba”. l (Télam y DPA)