En el agua corriente de la ciudad canadiense de Vancouver fueron detectadas trazas radioactivas de la central nuclear japonesa Fukushima I, aunque en niveles muy reducidos, informaron ayer el Ministerio de Sanidad canadiense así como expertos de la provincia del Pacífico British Columbia.
"La proporción del isótopo radioactivo yodo-131 en agua de lluvia aumentó siete días después del desastre nuclear en Fukushima, aunque desde entonces ha vuelto a disminuir", dijo el científico nuclear Kris Starosta, de la Universidad Simon Fraser. "También está afectada el agua potable", indicó.
Después de alcanzar un nivel máximo de 12 becquerel por litro el pasado 20 de marzo, la última medición del 29 de marzo ya sólo dio niveles de 3,4 becquerel por litro. "Eso está muy por debajo de las normativas canadienses de 10 becquerel por litro", agregó el científico.
Los motivos del retroceso pueden ser dos: "O bien Fuku-shima ya no está emitiendo tanta radiación o el tiempo ha cambiado". El yodo radioactivo fue arrastrado por vientos de este a oeste, el llamado jet stream, de Japón por el Pacífico hasta la costa oeste estadounidense.
Las partículas radioactivas de Fukushima I también fueron detectadas en Estados Unidos, Europa y Sudamérica.
El físico alemán Jens Dilling, del laboratorio nacional canadiense de física molecular y nuclear en Vancouver dijo respecto a los valores canadienses que la radioactividad de Japón en ningún momento supuso un riesgo para la salud. "Una visita al dentista en el que realizan unas radiografías conlleva una mayor radiación", comentó.
Dilling concluyó de las mediciones de isótopos en la costa oeste de Canadá y Estados Unidos que Japón ha evitado por ahora la temida fusión del núcleo en Fukushima I.
Los niveles de radioactividad ligeramente elevados en la leche de California y en el colindante estado estadounidense de Washington también preocuparon temporalmente a British Columbia. La autoridad canadiense para el control de alimentos (Cfia por sus siglas en inglés) en Ottawa constató entre tanto que "los valores de radiación medidos hasta ahora no suponen un riesgo para plantas, alimentos o la población".
Piden controles. Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, pidió ayer que se refuercen más los controles del nivel de radioactividad de los alimentos importados de Japón, como "medida de precaución".
"Se trata de una medida de pura precaución. Todos los controles realizados hasta ahora en los Estados miembro sobre alimentos importados de Japón han mostrado niveles imperceptibles de radiación, significativamente por debajo de los estándares europeos o japoneses", comentó Barroso.
Tras el sismo en Japón, la UE decidió reforzar sus controles en las importaciones de alimentos procedentes de ese país. l (DPA)