“Vamos, canalla, hay que poner más huevo, porque esta hinchada quiere salir campeón de nuevo”. Fue lo que atronó en el Gigante una vez consumada una victoria trabajosa, difícil de Central frente a Estudiantes. Y mientras ese hit sonaba a pleno, la catarata de fuegos de artificio hacían el resto.
Fue la imagen del final, pero la que mejor grafica lo que vivió el Gigante de Arroyito en este primer gran examen, en esa recta final del torneo que tiene un solo destino: el título de campeón.
Central se sacó en peso pesado de encima como Estudiantes y hoy no hay nadie que se atreva a ponerle freno a esa ilusión que tiene el hincha, que no es otra que la que tiene Holan y todos y cada uno de sus dirigidos. Un triunfo por 2 a 0 que deposita al equipo en los cuartos de final, a la espera de Huracán o Deportivo Riestra.
Cualquiera que sea le tocará venir a este Gigante en el que Central no se cansa de hacer de las suyas, en el que siente a gusto, en el que una vez más demostró ser invencible.
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Lo que le quedará a Holan
Desde lo futbolístico quedaron un montón de elementos para análisis, que Holan seguramente lo hará, pero se sabe que lo que empezó a jugar Central es otro torneo. Un torneo de cuatro partidos en los que un acierto provoca el delirio y un error la angustia inevitable. Quizá haya sido esa tensión que le impidió a este Central funcionar como en tantas otras ocasiones aquí en el Gigante, pero, se sabe, en este tipo de partidos hay un solo objetivo por delante y que no es otro que lograr la clasificación a la próxima instancia.
Hubiese sido una injusticia que el Canalla tuviera que ir a dirimir todo por la vía de los penales, sencillamente porque fue el equipo que más buscó, el que nunca se conformó con el empate, el que siempre quiso y propuso.
Ahora, de lo que nadie puede dudar es que todo se resolvió con un dramatismo alarmante, recién en el final y después de haber transcurrido 87 minutos de muchísima tensión.
De lo que nadie puede poner la más mínima objeción es que Central va. Y va con todo, convencido de lo que tiene, de lo que hace y de lo que quiere. Si no que lo diga ese final a toda orquesta en un Gigante en llamas y los hinchas enardecidos.
El convencimiento de este Central
Y cuando se dice que Central va es porque hay motivos suficientes como para creerlo de esa forma. Claro, lo que vendrá será tanto o más exigente que lo hecho hasta aquí, pero mientras haya música en la pista, el Canalla deja en claro que quiere seguir bailando.
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Y claro, el escenario que tiene para moverse al compás de esa música es nada menos que el Gigante de Arroyito, donde volvió a ganar. Qué le van a contar a este Central de la importancia de haber finalizado primero en su grupo (además fue el mejor en la general) sabiendo que mientras siga avanzando definirá todo (excepto la final, que será en Santiago del Estero) en su estadio.
Porque ese primer puesto en el grupo había puesto al Canalla en el ámbito de favorito y máximo candidato en esta llave. Porque es cierto que Estudiantes venía de golear en la Copa Libertadores, pero la clasificación la logró “de chiripa”, habiéndose comido cuatro con Argentinos Juniors.
Nadie quería llegar a los penales
Ese era el contexto por el cual en Central nadie quería llegar a los penales, ni aun sabiendo que aquella consagración en 2023 comenzó con los pases primero a semifinal y después a la final justamente por penales(ante Racing y River).
En Central creen y van convencidos, con el pie firme en el acelerador, en busca de algo que siempre se supo que sería difícil, pero que con cada paso que se da está cada vez más cerca.
La tensión de principio a fin, el cabezazo goleador de Quintana, la sentencia de Campaz, la locura de los hinchas en las tribunas, el abrazo interminable de los futbolistas. Un combo perfecto en este Central que ganó, pasó a cuartos de final y que se atreve a soñar.