El general Manuel Belgrano murió el 20 de junio de 1820, hace 205 años, pero dejó un extenso legado que permanece hasta la actualidad en la sociedad argentina. El prócer, creador de la bandera, dejó muchas frases históricas que invitan a pensar la historia y la identidad argentina.
Distintos expertos e historiadores revalorizan su rol en los comienzos de la nación y destacan su virtudes como defensor de los derechos de los pueblos originarios, promotor de la educación gratuita, revolucionario y luchador.
Belgrano fue mucho más que un revolucionario, fue quien fortaleció la identidad nacional y creó los principales símbolos patrios. El 27 de febrero de 1812, izó por primera vez la bandera argentina, inspirada en los colores celeste y blanco de la escarapela, sobre la orilla del río Paraná en Rosario, a metros de donde actualmente se encuentra el Monumento Nacional a la Bandera.
Sus frases célebres se mantienen vigentes en nuestra sociedad y son recordadas por los argentinos, dejando en claro la relevancia y profundidad que tuvo.
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El Día de la Bandera rinde homenaje al General Manuel Belgrano.
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Las 25 frases de Manuel Belgrano
- El miedo sólo sirve para perderlo todo.
- La vida es nada si la libertad se pierde.
- Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado.
- Amo más que ninguno la tranquilidad, pero si la patria no la disfruta, mal la puedo disfrutar yo.
- Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre.
- Fundar escuelas es sembrar en las almas.
- Quiero volar, pero mis alas son chicas para tanto peso.
- Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos.
- No es lo mismo vestir el uniforme militar, que serlo.
- No busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la patria.
- Me glorío de no haber engañado jamás a ningún hombre y de haber procedido constantemente por el sendero de la razón y de la justicia, a pesar de haber conocido la ingratitud.
- No hubiese un español que no creyese ser señor de América, y los americanos los miraban entonces con poco menos estupor que los indios en los principios de sus horrorosas carnicerías, tituladas conquistas.
- Nadie me separará de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la patria amada, y como éste sólo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto de que seré constante en seguirlos.
- Se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres.
- Método, no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia.
- Todo depende y resulta del cultivo de las tierras; sin él no hay materias primeras para las artes, por consiguiente la industria, que no tiene cómo ejercitarse, no puede proporcionar materias para que el comercio se ejecute.
- Me hierve la sangre al observar tanto obstáculo.
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- Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia. Pero yo me río, y sigo mi camino.
- Fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio son los tres importantes objetos que deben ocupar la atención.
- A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra.
- Yo no sé más que hablar la verdad y expresarme con franqueza, esto me lo he propuesto desde el principio de la revolución y he seguido y seguiré así.
- Todas las dificultades se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria.
- El bien público está en todos los instantes ante mi vida.
- Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido.
- Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.