Con ocho nominaciones al Oscar, un elenco de estrellas y un premiado director, "Los miserables" llega este jueves a los cines de Rosario. La película está basada en el célebre musical del mismo nombre que batió todos los records de taquilla: desde su estreno hace 27 años fue visto por más de 60 millones de personas en 42 países y fue adaptado a 21 idiomas. El director Tom Hooper, ganador de un Oscar por "El discurso del rey", asumió el enorme desafío de llevar a la pantalla grande la novela épica de Víctor Hugo, y para cumplir con su objetivo de dio el lujo de reunir a estrellas como Hugh Jackman y Anne Hathaway (ambos nominados al Oscar), Russell Crowe, Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen.
Ambientada en la Francia del siglo XIX, "Los miserables" cuenta una cautivante historia de sueños rotos y amor no correspondido, sacrificio y redención. En el centro de la escena se encuentra un grupo de estudiantes revolucionarios que se levanta en armas para luchar contra la corrupción del gobierno y la pobreza que sufre el pueblo, y se atrinchera en pleno corazón de París.
La película arranca con la historia de Jean Valjean (Hugh Jackman), que sufre la implacable persecución del inspector de policía Javert (Russell Crowe), después de romper su libertad condicional tras haber pasado años en prisión por robar un trozo de pan. Valjean consigue rehacer su vida convirtiéndose en alcalde y propietario de una fábrica, pero su existencia da un giro inesperado cuando una de sus obreras, Fantine (Anne Hathaway), es despedida y, tras tener que venderlo todo, hasta su propio cuerpo, le encomienda el cuidado de su hija.
"«Los Miserables» es el gran himno de los desposeídos", dijo el director Tom Hooper. "La historia tiene ese mensaje de que podemos levantarnos unidos para mejorar las cosas, y creo que hay algo inspirador en este punto, precisamente en el momento que estamos viviendo", agregó. "Desde las protestas contra Wall Street en Nueva York hasta los levantamientos populares en Medio Oriente, pasando por las masivas manifestaciones en Europa, el mundo atraviesa un momento de ira contra el sistema que hace más vigente esta historia", aseguró el realizador.
La adaptación al cine de un musical que han visto más de 60 millones de personas supuso un gran reto para Hooper, que recién saltó a la fama con "El discurso del rey" hace dos años. "Soy muy consciente de que millones de personas llevan este musical en el corazón, y que probablemente se iban a sentar en el cine y pensar que lo habíamos estropeado o dañado su espíritu", reconoció el director. "Así que decidí que tenía que proteger el ADN emocional de la obra", subrayó.
DIRECTORES EN LA MIRA. Hooper no fue el primer director en la mira para llevar "Los miserables" al cine. En 1988 el candidato más seguro era Alan Parker ("The Wall", "Evita") pero en 1991 se confirmó el nombre de Bruce Beresford ("Conduciendo a Miss Daisy"). El productor teatral Cameron Mackintosh confirmó que la película sería coproducida por Tri-Star Pictures. Sin embargo, el proyecto fue abandonado dejándolo apenas en preparación. Recién en 2005 Mackintosh retomó el viejo sueño de la adaptación. Cuatro años más tarde el productor Eric Fellner comenzó las negociaciones con Mackintosh para adquirir los derechos de la película y las concluyó a fines de 2011.
"Acepté dirigir la película porque me parecía que había una oportunidad única de trabajarla de una manera muy emocional, ya que combina una historia extraordinaria con el poder y la trascendencia de la música", explicó Hooper. "Lo mejor de hacer «El discurso del rey» fue la emoción que el filme provocó en públicos de todo el mundo. Eso me empujó a querer hacer otra película que despertara emociones todavía más fuertes", argumentó.
Para ponerse detrás de cámara, el realizador planteó un par de exigencias. La primera fue que los actores cantaran en vivo en el set de filmación, y no que grabaran sus voces en un estudio y después hicieran la mímica, como sucede en la mayoría de los casos. La intención era darle al proyecto la mayor autenticidad posible. La segunda exigencia era que el protagonista fuera Hugh Jackman.
Jackman se hizo famoso a nivel mundial por su papel de Wolverine en la saga "X Men", pero el actor, que ganó un Tony por su caracterización en el musical de Broadway "The Boy From Oz", llevaba años buscando un musical cinematográfico para poder lucirse. "Durante mucho tiempo soñé con interpretar un musical para el cine. Pero por alguna razón nunca pensé en «Los miserables», creía que era una quimera llevar esta obra a la gran pantalla. Valjean es un personaje icónico, un papel que yo no tenía en mi radar", reconoció la estrella.
UNA VIDA ÉPICA. "Valjean es uno de los personajes literarios más grandes de todos los tiempos", recalcó Jackman. "La historia lo muestra a lo largo de 20 años, primero como un ex convicto bajo libertad condicional, después como alcalde de un pueblo, y finalmente como un desclasado más. A lo largo de este tiempo se pueden ver todos sus altibajos, y el dolor y el éxtasis que son parte de la vida. El es increíblemente humano, estoico, fuerte y muy inspirador. Su vida es realmente épica", opinó.
El protagonista aseguró que el estilo de filmar de Tom Hooper lo sorprendió. "Es una actitud muy valiente rodar la película en vivo. Todos los actores cantamos en directo. Tom quería que el público sintiera a los actores cantar en vivo y que no fuera un juego de mímica. En cuanto a mi personaje, tenía un plan establecido, quería que mi retrato de Valjean me dejara irreconocible. El me dijo: «Si tus amigos te reconocen quiero que piensen que estás enfermo». Tuve que perder quince kilos para mi papel", relató.
Jackman admitió que no le gustan los personajes físicamente exigentes. "Esa es la parte que menos disfruto, pero soy actor y cambiar para el personaje es esencial en cualquier interpretación. Uno puede pensar que rodar un musical es fácil o menos exigente que filmar "X Men", por ejemplo, pero todo el mundo que ha rodado o hecho un musical sabe que, bailes o no, cantar es lo más difícil para cualquier actor. Actuar y cantar al mismo tiempo es increíblemente difícil a nivel vocal y emocional. Creo que no hay nada igual, probablemente es el mayor reto para un actor", afirmó.
Aunque Hooper había señalado a Jackman como su protagonista favorito para el filme, el actor aseveró que tuvo que pelear por su papel. "Este personaje tenía muchos novios. Pero yo quería ser Jean, lo sentía en mi piel. Los musicales forman parte de mi vida profesional. Y ahora tengo la fortuna de combinar mi pasión por el escenario y mi pasión por el cine. Si le preguntás al director te dirá que luché incluso de forma agresiva por conseguir este papel. No me avergüenza reconocerlo", comentó.
TRANSFORMACIÓN TOTAL. Si Hugh Jackman tuvo que luchar duro para convertirse en Jean Valjean, Anne Hathaway se entregó a una transformación total para interpretar a Fantine, una prostituta francesa de clase baja del siglo XIX. La joven actriz de "El diablo se viste a la moda" y "Batman: el caballero de la noche asciende" tuvo que adelgazar más de diez kilos para participar en "Los miserables", y también se vio obligada prácticamente a raparse el pelo. "Tenía que seguir la dieta a rajatabla, como si fuera una obsesión. El objetivo era parecer que estaba casi a punto de morir. Mirándolo con perspectiva, y sin juzgarlo de ninguna manera, fue una locura, como romper con la realidad. Pero tenía que ser así", admitió la actriz.
Hathaway tuvo su primer contacto con "Los miserables" a los siete años, cuando vio a su madre (la actriz de teatro Kate McCauley) interpretar a Fantine. "Esa experiencia, ver a mi madre interpretar a este personaje que pasa por tanto, convirtió esta historia en algo muy real. Me sacudió por dentro. Desde entonces nunca he visto «Los miserables» sólo como un musical o unos actores que interpretan unos personajes. Los sentía muy cercanos", confesó.
Para encontrar la esencia de Fantine, la actriz buceó en muchas historias reales de esclavas sexuales: "Hubo una en particular, una mujer de quien pude percibir en su voz el dolor por la pérdida, por cómo había llegado a ese punto de su vida sin saberlo. Lo perdió todo, tenía hijos, y se vio empujada a la prostitución. En la entrevista se puso a llorar, acercó su mano a la frente, y fue el movimiento de desesperación más desgarrador que he visto nunca. En ese momento pensé: «Ahí está Fantine. Así es ella. Fantine existe. No es una interpretación nacida de la nada, vive en nuestro mundo ahora mismo y tengo que honrar su sufrimiento", relató.
PÁGINAS BRILLANTES. Hathaway también devoró la novela de Víctor Hugo, y quedó atrapada por su poesía. "No importa dónde abras el libro, en cualquier página hay algo brillante. Lo que más me fascinó fue el lenguaje que utilizó para describir los sentimientos entre Marius y Cosette. Me dejó sin aliento, me hizo mirar a mi marido con ojos nuevos porque me dije: «Sí, esto es lo que siento por ti. Pero no tengo el talento suficiente para convertir mis sentimientos en palabras ni ordenarlas como Víctor Hugo». La novela me sirvió de inspiración para encarar mi personaje. Hay momentos que literalmente los saqué del relato de Víctor Hugo", aseguró.