"Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban (...) quedaron unificadas en un Movimiento y sometidas al Estado". Entradas como ésta sobre el dictador Francisco Franco en el flamante diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia de España han colocado en el ojo del huracán a esta centenaria institución, que a raíz de la ola de críticas se vio obligada ayer a anunciar que está dispuesta a rectificar, al menos parcialmente, algunas de las biografías.
En la monumental obra, cuyos 25 primeros tomos, de un total de 50, acaban de ser publicados, Franco no aparece en ningún momento calificado como "dictador", sino que se le llama "Generalísimo" o "jefe de Estado", ensalzando además su figura con frases como ésta: "Pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo desplegaba".
De la represión del férreo régimen que implantó entre 1939 y 1975 y de las decenas de miles de víctimas del mismo, no aparece una sola palabra en las cinco páginas dedicadas al "Caudillo", lo que generó una cascada de protestas dentro y fuera del país.
Entre ellas la de la ministra de Cultura, Angeles González-Sinde, y la del ministerio de Educación, que emplazaron a la Academia de la Historia a revisar las entradas del diccionario, ya que éstas "no se ajustan a la realidad".
Desde el extranjero, una de las voces más conocidas fue la del premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, quien criticó lo que llamó "una auténtica vergüenza" que no se puede admitir. "Y aún menos se puede tolerar que esto se pague con dinero público", denunció el autor peruano, refiriéndose a que el diccionario recibió casi nueve millones de dólares del Estado.
La entrada sobre el "Generalísimo" la redactó Luis Suárez, un medievalista de 87 años que, según admite la propia Academia, está vinculado a la Fundación Franco, dirigida por la familia del dictador, fallecido en 1975.
¿Por qué tuvo que ser precisamente Suárez el que escribiera el capítulo dedicado al general que se alzó en armas contra la República, desencadenando la Guerra Civil (1936-1939)? La Academia no respondió ayer a esta pregunta.
Ante la ola de críticas, la Academia reconoció que “puede haber, sin duda, un subconjunto de entradas que, a raíz del debate, necesiten una revisión historiográfica y editorial susceptible de ser incorporada de manera rápida a la edición digital y a ulteriores ediciones en papel”.
Es decir que se revisarán los textos en Internet y las futuras ediciones en papel, pero los ejemplares ya impresos (cada volumen consta de 850 páginas y los 50 tomos cuestan 3.500 euros) quedarán tal cual.
Un grupo de profesores universitarios, profesionales liberales y atacados y encarcelados por el franquismo ayer mismo anunció una querella contra la Academia por apología de la dictadura.