Rosa Jimenez Cano reconoce que haber acudido a una protesta en contra de la brutalidad policíaca fue riesgoso, y no sólo por los motivos habituales. "Este puede ser una especie de polvorín para el Covid-19", dijo la inversora de capital de riesgo de 39 años después de asistir a una manifestación en Florida, una de muchas en distintas partes del país desatadas por la muerte de George Floyd, un hombre negro que falleció luego de que un policía blanco de Minneapolis lo tuvo varios minutos en el suelo colocándole una rodilla en el cuello.
A medida que reabren más playas, iglesias, mezquitas, escuelas y negocios en todo el mundo, el súbito y multitudinario descontento en Estados Unidos está generando temores de que surjan nuevos brotes del coronavirus en un país con la mayor cifra de infecciones y fallecimientos a nivel mundial.
Jimenez Cano dijo que planea aislarse en cuarentena por 14 días, preocupada de que tal vez fue "irresponsable" al asistir a las protestas del sábado en la noche en Miami, en donde se expuso a un gran número de personas.
Las protestas por la muerte de Floyd —la más reciente en una serie de fallecimientos de afroamericanos a manos de la Policía en Estados Unidos— sacudieron al país desde Minneapolis a Nueva York y de Atlanta a Los Ángeles. Algunas derivaron en disturbios y enfrentamientos con la Policía, dejando comercios y patrulleros envueltos en llamas.
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Expertos de salud temen que los portadores asintomáticos del virus puedan infectar a otros durante las manifestaciones, en donde las personas caminan hombro con hombro, muchas de ellas sin tapabocas, y gritando y entonando consignas.
El virus se esparce por medio de gotas microscópicas que viajan en el aire cuando las personas tosen, estornudan, cantan o hablan. "No hay duda de que, cuando hay cientos o miles de personas juntas una al lado de otra, cuando tenemos este virus en las calles... eso no es saludable", dijo el gobernador de Maryland, Larry Hogan. "En dos semanas, en todo Estados Unidos vamos a saber si esto desencadena un repunte en el número de casos o no", agregó.
En el país se registraron más de 1,7 millones de infecciones y casi 104.000 muertes por Covid-19, enfermedad que afectó desproporcionadamente a las minorías raciales en una nación que no tiene atención médica universal.
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, dijo que está sumamente preocupada de que las protestas en la capital del país y en otras ciudades puedan ser campo fértil para un rebrote. Muchos de los manifestantes llevaban barbijos, pero no hubo ningún intento por mantener el distanciamiento social.
"Hemos trabajado muy duro en las últimas ocho o diez semanas para impedir este tipo de concentraciones multitudinarias", sostuvo.
Incluso los múltiples manifestantes que llevaban mascarillas no tienen ninguna protección garantizada. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos aseguran que los tapabocas de tela evitan que una persona infectada propague la enfermedad, pero no están diseñados para proteger a los usuarios de contraerla.