"Es irresistible": Miho Takeshita es fanática de los juegos de simulaciones amorosas para chicas que se dejan seducir por hombres virtuales en la pantalla de su teléfono inteligente.
"Parece sencillo, pero jugar exige cierta práctica, hay un encadenamiento dramático bien pensado", asegura esta treintañera editora de mangas, según la cual "aunque parezcan totalmente irreales, una termina teniendo sentimientos por los personajes de estos juegos".
Ese es precisamente el objetivo: "la historia es primordial, al igual que los protagonistas por supuesto, y los giros inesperados del argumento", insiste Natsuko Asaki, productora de ese tipo de juegos para Cybird, empresa conocida por su serie "ikemen" (chicos lindos) que ostenta 15 millones de descargas.
Tanto desde el punto de vista de las adeptas como de las creadoras (porque a menudo las mujeres crean ellas mismas a estos hombres ideales) no es tanto un juego basado en algoritmos, algo después de todo bastante elemental, sino una "historia de amor" que sigue una trama de opciones múltiples en la que los héroes virtuales evolucionan en función de las decisiones de la usuaria.
Miho no perdió el sentido de la realidad y se casó con un hombre verdad, pero admite que estas simulaciones ofrecen un amigo disponible en cualquier momento, algo que no necesariamente ocurre con un marido real.
El 80% de las adeptas a estas simulaciones, que incluye a una creciente proporción de mujeres casadas, juegan después del trabajo o antes de irse a dormir, según una encuesta de Cybird. Estos juegos destinados a las chicas, un mercado anual de unos 133 millones de dólares (según el instituto Yano), están en auge desde hace unos cinco o seis años gracias a los teléfonos inteligentes.
Dan prioridad a los sueños, pe ro también tienen "cierta tonalidad sexual, que se manifiesta de manera menos cruda que en las simulaciones para varones", confía Asaki. Las fantasías son otras: "es una historia de amor ideal, y por lo tanto no existe otra chica rival, ni tampoco final triste".
Según el ensayista Ai Aizawa, especialista de las relaciones conyugales para el sitio All About, como "no está bien visto que una japonesa dé los primeros pasos con un hombre, establecer una relación es algo fastidioso" y las que ya encontraron a su media naranja "por lo general no están del todo satisfechas".
"Usan como válvula de escape estas simulaciones que no implican traición, en las que el amor ideal y el amor perfecto a menudo alimentan las ilusiones", precisa Aizawa.
¿El riesgo? "Volverse adicta", confía una usuaria soltera de unos 30 años, que prefirió no revelar su nombre. "Si no juega lo suficientemente a menudo, una termina sintiendo culpa con relación a la pareja virtual, es peligroso para las adolescentes inmaduras".
La existencia creciente de contenidos que imitan las relaciones amorosas es una de las causas del desgano de algunos jóvenes a la hora de hallar pareja, según un estudio del instituto Meiji Yasuda.