Como dice la canción de Fito Páez, "dar es dar". Imposible encontrarle explicación a tamaña entrega solidaria de vecinos rosarinos dirigida a compatriotas a quienes no les conocen el rostro y radicados a 450 kilómetros de distancia.
Como dice la canción de Fito Páez, "dar es dar". Imposible encontrarle explicación a tamaña entrega solidaria de vecinos rosarinos dirigida a compatriotas a quienes no les conocen el rostro y radicados a 450 kilómetros de distancia.
Lo que se vio y se vivió entre ayer y el jueves en el Hogar del Huérfano fue tan conmovedor como emocionante. Cajas y cajas de "zapatillas y pantalones" —como marcaba el fibrón— enviadas por alguna empresa textil; una anciana de 86 años cargada con dos bolsas de ropas y alimentos (una en cada brazo) cojeando hasta poder cruzar la calle y arribar al histórico inmueble de Laprida al 2100; mujeres de entre 30 y 60 que ofreciéndose para colaborar terminaron quedándose desde las 10 de la mañana hasta las 20, prácticamente toda la jornada de incesante actividad.
Un camión repleto con 45 toneladas de mercadería partió a la mañana; a media tarde se despidió un segundo más pequeño (cinco toneladas); hoy a las ocho saldrá un tercero y a las 12 está previsto que haga lo propio un cuarto. Mañana, desde el Monumento a la Bandera, en una convocatoria ciudadana de cierre que se prevé tan conmovedora como las preliminares, arrancará con destino a La Plata el quinto vehículo pesado de carga. La jornada comenzará a las 15.30 y se estirará hasta que se logre completar el camión.
"La verdad, esto es increíble. La gente trae las donaciones y al toque pide quedarse a colaborar. Nunca vi nada igual", destaca frente a La Capital Ayelén Giménez, 24 años, perteneciente a Rosario Solidaria, una organización que nuclea a varias ONG (organizaciones no gubernamentales) de la ciudad.
Entre el jueves y el viernes se calcula que habrán participado 250 voluntarios en el Hogar.
"Estamos recibiendo de todo, desde alimentos hasta colchones y ropa y, por lo que estoy advirtiendo ahora al lado nuestro en prolijas cajas, medicamentos; seguramente debe ser un despacho de alguna farmacia o droguería", expresa la joven.
Ciudadanía. Puede que la trágica inundación rosarina de los 80, con su duro castigo a Empalme Graneros, haya dejado un recuerdo indeleble en muchas personas. O que el sentimiento solidario haya ido evolucionando con los años. O que la gente advierta que tanta pila de ropa usada en los placares no vale de mucho. O, también, por qué no, que la nueva magia de los medios de comunicación genere corrientes de energía populares tan inmediatas como la rapidez con que transmiten las noticias. Puede existir eso y seguramente otros ingredientes que expliquen tanta entrega y voluntad ciudadana.
"La iniciativa solidaria arrancó a puro esfuerzo, con lo que pudimos, el jueves a la mañana. Pero desde el momento que empezaron a llegar las cámaras de televisión esto fue imparable, gente que no cesó de llegar", completó Ayelén.
A unos metros se lo vio a "Edu", seguramente Eduardo, que se frenó y no quiso completar su nombre para no hacerse "propaganda". De unos 55 años, el hombre dijo: "Soy dueño de una empresa familiar y decidimos ofrecer nuestros vehículos para transportar mercadería. Pero eso no es lo que interesa sino apreciar lo que es la gente y poder decir: Gracias por dejarme ayudar. Esto es impresionante", remató el hombre.
Marta Pogliani fue sorprendida apenas terminó de apoyar unas cajas. "Cuando hoy temprano abrí el Facebook y leí que necesitaban colaboradores, le dije a mi marido: Me voy a dar una mano al Hogar del Huérfano. Y la verdad, estoy chocha". La mujer vive en 27 de Febrero y Ovidio Lagos y desde allí llegó con mercadería suya "y de mis vecinos: alimento, ropa", apuntó.
"Me sorprende la maravillosa gente que tenemos en Rosario, una solidaridad que no se puede creer", dijo Marta. A su lado Mirta Ayuso y Olga Duarte, otras dos colaboradoras, asintieron.