La birome, el colectivo, el corazón artificial, la identificación a través de las huellas digitales, el stent y el espumante extra brut tienen algo en común: todos ellos son inventos argentinos.
Hasta la llegada de Chandon a la Argentina, solo unas pocas bodegas se dedicaban en Mendoza al espumante.
La birome, el colectivo, el corazón artificial, la identificación a través de las huellas digitales, el stent y el espumante extra brut tienen algo en común: todos ellos son inventos argentinos.
Los espumantes o espumosos nacionales están de celebración. Es que este año se cumplieron 60 años de la creación de la categoría extra brut, la variedad más consumida en Argentina, que fue creada por la marca Chandon en 1960 atendiendo al tipo de perfil del paladar de los consumidores argentinos.
Hasta la llegada de Chandon a la Argentina, solo unas pocas bodegas se dedicaban en Mendoza al espumante, con pequeños volúmenes de producción. No había en el país una tradición de plantaciones de uvas de alta calidad para espumantes. Argentina tenía un alto consumo per cápita de vino, pero en su mayoría se trataba del llamado “vino de mesa”.
El consumo de espumante era bajo, de calidad estándar y era consumido principalmente en celebraciones especiales (casamientos o las Fiestas). Fue Chandon la que creó el segmento de espumantes premium, educando a los consumidores y a los líderes de opinión y marcó los estándares de la categoría dándole un impulso decisivo al cultivo de las uvas Chardonnay y Pinot Noir de calidad al traer los clones utilizados en Francia.
En 1960 Chandon presentó la primera botella de extra brut, creando una categoría inédita en el mundo y que hoy es la más vendida en Argentina. Hasta ese momento, sólo existían las variedades brut y demi sec.
Por sus características, el extra brut se convirtió en el espumante más elegido por los argentinos. Más del 75% de los que se consumen en Argentina son de esta variedad.
En el caso de Chandon, el 88% de la fabricación del expumante extra brut es para consumo local y el 12% restante para exportación a mercados como Latinoamérica y Europa y es la variedad más exportada.
En los últimos 15 años creció significativamente el volumen de espumante fraccionado y el número de bodegas fraccionadoras, pasando de 61 bodegas en 2005 a 133 según los últimos datos de la industria. Se producen espumantes en las provincias de Mendoza, San Juan, Salta, Río Negro, La Rioja, Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Chubut, La Pampa y Neuquén.
En tanto, el consumo y la producción de extra brut creció considerablemente y provenientes de lugares impensados 10 años atrás.
La composición del extra brut fue variando con el paso de los años. Es que la champaña o “champagne”, ahora llamado espumante o espumoso, se ha ido modificando por el descubrimiento de nuevas zonas en altura para la plantación de uva. Anteriormente en el blend de uvas se usaba chenin, semillón y chardonnay, y casi nada de pinot noir. Otras bodegas también utilizan otras variedades como Pedro Giménez, ugni blanc, pero que han visto disminuida su superficie cultivada en los últimos años, mientras que el chardonnay creció. Hoy el Chandon extra brut está elaborado únicamente con chardonnay y pinot noir.
Según referentes del sector “el Chandon extra brut es un vino que formó paladares en Argentina”. Muchas otras bodegas han seguido sus pasos a lo largo de los años.
Por Lucas Ameriso