Mónica Antonópulos protagoniza “El encanto”, un filme que se estrenó esta semana en Cine, ar, que pone en discusión las dudas sobre ser padre o madre, como también lo que ello conlleva.
Dudas. Mónica Antonópulos y Ezequiel Tronconi encarnan a un matrimonio que debate si tener hijos o no.
Mónica Antonópulos protagoniza “El encanto”, un filme que se estrenó esta semana en Cine, ar, que pone en discusión las dudas sobre ser padre o madre, como también lo que ello conlleva.
“Se ponen temas sobre la mesa, se discute y se hacen más visibles, Pero estamos todos descubriendo lo que es paternar, qué significa eso y el maternar también. A veces se pone en la misma línea con las tareas domésticas, que no es lo mismo. Estamos en un momento de hacerlo visible y sacar el velo. Pero claramente nos falta muchísimo para que haya una comunión entre el maternar y el paternar”, dijo la actriz en un reportaje con Télam. A su vez, reconoció que entre el nacimiento de sus hijos aprendió a “maternar en red, con mujeres, en comunidad, y también con hombres que paternan”.
En el filme de Juan Sassaín y Ezequiel Tronconi, quien además coprotagoniza la cinta, Antonópulos encarna a Juliana, una exitosa cocinera a punto de lanzar un nuevo programa de cocina, que cuenta con el reconocimiento del público y del ambiente, pero que puertas adentro de su casa debate con su marido (Tronconi) el tener hijos. Juliana no tiene ninguna duda: pese a estar en la cresta de la ola profesional, ella desea ser madre. Su pareja, en cambio, tiene más dudas que certezas y muestra, como una forma de esquivar la respuesta, una actitud adolescente, que Juliana nota y reprocha.
“Bruno y Juliana no son madre y padre previamente. En todo caso, lo que parece una certeza en el personaje de Juliana es su deseo. Pero si uno se pone sobre el deseo de lo que se desconoce, la palabra certeza queda muy grande o va por otro canal. Juliana manifiesta el deseo y la ilusión, más personal por momentos, que le hace creer que sería el momento para poder llevarlo a cabo”, dijo la actriz que viene de triunfar con “Separadas”, tira nocturna emitida por El Tres, que dejó de grabarse debido a las restricciones por la pandemia.
“Me parece que estamos siendo partícipes de un límite, como si estuviéramos tocando el límite de un gran ciclo y período de la humanidad y también puede ser un umbral a grandes cambios, entre lo que muere y lo que nace, como si fuéramos testigos y parte”, reflexionó sobre este momento de aislamiento y cuarentena en una actividad que, se estima, será de las últimas en tener el visto bueno de las autoridades para regresar.
El proyecto de “El encanto” llegó de la mano de Tronconi, a quien conoce “desde hace muchos años” y con quien la actriz tenía “ganas de trabajar”.
“Cuando me llegó, leí el guión, me gustó y terminó de cerrar las expectativas al conocer a Juan Sassaín. Los dos propusieron un método de trabajo de ensayos y trabajar el vínculo. Fueron muy permeables a escuchar y elaborar mis propuestas. Fue muy estimulante, tenía ganas de estar en un proceso así de artesanal”, afirmó la actriz.
Además, el tema que trata la película es tan simple como complejo y le tocó de lleno debido a su sinceridad sobre ser madre, entendiendo que es algo vasto como personal e imposible de traspolar a otra persona. “Uno no puede recomendar tener un hijo. En todo caso, uno puede hacer partícipe a escuchar experiencias que son muy personales. Uno puede contar cómo fue el viaje de uno. Al lugar al que cada uno llega es personal. Así que sí, recomendar, creo que no. Pero sí invitar a otro a auto indagarse en el deseo de ser padre o madre”, propuso.
Sobre cómo conjuga su personaje la exitosa carrera profesional con la maternidad, Antonópulos destacó: “Si bien la película no se abre mucho a este juego, se pone de manifiesto. El personaje de Juliana está en plena expansión laboral y de reconocimiento y quiere atravesar la maternidad en ese momento, que pereciera que también pone en evidencia que el vínculo también pasa por otros tiempos. Hay algo de la expansión que va al expandirse también como madre, que es algo que no siempre se conjuga. En lo personal, la maternidad es una expansión. Que luego en el universo profesional, donde pareciera que las horas pasan por la cantidad que uno produce, se pone un poco en conflicto. Pero si uno lo pone en lo individual y en una evolución, es una gran invitación para expandirse. A veces te cambia el rumbo o lo intensifica”.
En cuanto a la pandemia y su trabajo, la actriz destacó que el futuro es incierto y que no sabe qué pasará con las ficciones. “Quizá estamos viendo cómo se agotan algunas formas y estructuras de comunicarnos y trabajar. Hoy no tengo respuestas a nada, estoy llena de preguntas y me invito a convivir con ellas, como si toda respuesta que pueda tener responde más a un mecanismo viejo a tener certezas, que en este contexto no las puede tener”.