Carrió, Sampaoli y la propina de Dios
Si la Argentina continúa con el grado de improvisación que se advierte en parte de la clase dirigente (de cualquier rubro) difícilmente se podrá superar el actual mal momento económico, y el cambio de paradigma para un país mejor será inviable.
4 de julio 2018 · 00:00hs
Si la Argentina continúa con el grado de improvisación que se advierte en parte de la clase dirigente (de cualquier rubro) difícilmente se podrá superar el actual mal momento económico, y el cambio de paradigma para un país mejor será inviable.
En el fútbol, pasión de los argentinos con efecto narcótico y utilización política, se desecharon dos entrenadores serios en la selección para designar a Jorge Sampaoli, con el resultado conocido. La concentración argentina en Rusia estuvo siempre en estado deliberativo, se probaron diferentes estilos de juego que los especialistas calificaron como bochornosos, por lo que sólo un milagro divino podría haber conducido al equipo nacional más allá de donde llegó en el Mundial.
Ahora, con una crisis en pleno desarrollo, el gobierno debería entender finalmente que sin un acuerdo político amplio no habrá una salida distinta a las conocidas en el pasado, es decir un país que se ajusta, se achica y las desigualdades se acentúan.
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La oposición, o una parte de ella, especula con que el deterioro se profundice para obtener rédito político y ser alternativa de poder. Si la puja se mantiene en este nivel, miles de argentinos irán cayendo en la indigencia y la inseguridad que viene de la mano de los crecientes índices de pauperización (no es el único factor determinante) se instalará definitivamente.
Mientras este cuadro se alimenta día a día de complejidades financieras, sociales, laborales y de todo tipo, el oficialismo parece haber elevado a la categoría de oráculo grecorromano a la diputada nacional Elisa Carrió, a quien a veces no sabe cómo callar.
Para agregar una cuota más al surrealismo argentino, Carrió formuló en uno de sus programas preferidos de TV una máxima novedosa para sortear la crisis: "Sé que la desesperanza existe, que hubo un impacto sobre los salarios. Por eso, lo primero que le quiero recomendar a la clase media y media-alta es que dé propinas y changas, aunque le cueste. Hay más de dos o tres millones de personas que viven de esas changas, y a veces, cuando nos ajustamos, lo primero que hacemos es dejar de dar propina y es ahí cuando cortamos un círculo, un esfuerzo solidario como el que se hizo con los cartoneros en 2001", sentenció la legisladora de la Coalición Cívica aliada a Cambiemos.
En contraposición a ese pensamiento utópico de Carrió, quien confesó que pasó de no ser creyente a depositar en Dios muchos actos de su vida, la realidad indica otra cosa.
Hace unos días la Afip detectó en 30 barrios privados del Gran Buenos Aires y 10 edificios de lujos en Puerto Madero un 40 por ciento de personal doméstico que no estaba registrado. Entre 1.051 empleadas constatadas, sólo 420 estaban correctamente inscriptas. A esas trabajadoras, además de privárseles el marco sindical necesario que negocia en paritarias los sueldos mínimos del sector y los aumentos anuales, no se le abonaban los aportes jubilatorios y no podían acceder a una obra social. Registrar a una empleada en casas de familia tiene un costo relativamente bajo y además parte de los salarios que perciben, si están en blanco, pueden ser deducidos del impuesto a las ganancias.
Ese es el sector social al que Carrió le pidió seguir dando propinas como efecto paliativo de la crisis y que seguramente es mayoría entre los 30 mil argentinos que se calculan ha viajado a Rusia a seguir a la selección argentina. En apariencia el compromiso social de ese grupo con los más humildes es, al menos, dudoso.
En un marco socioeconómico complicado y con un Estado que ya anunció que deberá ajustarse, Sampaoli se escuda en un contrato de 22 millones de dólares que la AFA increíblemente deberá pagar si lo echa, pero que pese al rotundo fracaso en Rusia el aún hoy técnico no contempla dejarlo sin efecto y dar un paso al costado. ¿Cuántas propinas se podrían dar con ese monto millonario?
Claro, Sampaoli no es un "boludo" como el inspector municipal de Casilda "que gana 100 pesos por mes" y al que humilló el fin de año pasado porque sólo le exigió que cumpla con las normas de tránsito.
¿La máxima de Carrió también incluirá a Sampaoli, quien seguramente cuenta con recursos para seguir dando propinas?
Si las soluciones de fondo para la Argentina se sustentan en pensamientos como el de Carrió, con gran influencia en la Casa Rosada, o acciones y discursos como el de Sampaoli y la dirigencia de la AFA, lo único que queda es apelar a la providencia y a la dádiva divina, porque la salida terrenal está muy lejana.