Funcionarios de las Naciones Unidas advirtieron ayer de una propagación del hambre y la sequía en el este de Africa, donde la situación en Somalia es cada vez más crítica, y se vislumbran tendencias preocupantes en Uganda.
Funcionarios de las Naciones Unidas advirtieron ayer de una propagación del hambre y la sequía en el este de Africa, donde la situación en Somalia es cada vez más crítica, y se vislumbran tendencias preocupantes en Uganda.
"En agosto y septiembre, todas las regiones del sur de Somalia probablemente ya estén enfrentando el hambre", dijo Fatoumata Kaba Lejeune, una portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Por su parte, Stephanie Savariaud, del Programa Mundial de Alimentos, advirtió que los campesinos en Uganda también enfrentan tiempos difíciles. "Estamos preocupados por el impacto de la sequía en la región de Karamoja, en el norte de Uganda", señaló.
Según la ONU más de 11,6 millones de personas en Yibuti, Etiopía, Kenia y Somalia podrían necesitar asistencia humanitaria debido a la grave sequía. Es probable que a esta cifra se añada un millón de personas más que necesitará ayuda de organizaciones internacionales.
El 20 de julio, la ONU declaró oficialmente la hambruna en dos regiones del sur de Somalia y ayer anunció que también podría hacerlo pronto con Uganda.
Las Naciones Unidas pidieron a las compañías aéreas que ayuden en el transporte de alimentos a Somalia.
Lufthansa, British Airways Virgin, y UPS ya cooperaron, dijo ayer en Ginebra el portavoz de Unicef, Marixie Mercado. "Eso es exactamente el tipo de apoyo que se necesitaba", agregó, apelando a otras líneas aéreas.
La crisis alimentaria del Cuerno de Africa muestra la necesidad de proporcionar a los más pobres un acceso mejor a la planificación familiar, dentro de los esfuerzos por impedir futuras tragedias, dijo ayer el responsable del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (Unfpa).
La ONU declaró la hambruna en dos regiones del sur de Somalia, donde 3,7 millones de personas están pasando hambre, y más de 12 millones necesitan ayuda urgente en zonas que incluyen el norte de Kenia, Yibuti y Etiopía.
La población de la región ha aumentado a más del doble desde que se vio afectada por las grandes sequías de 1974, principalmente por factores como el uso limitado de anticonceptivos y la tradición de familias numerosas.
La carencia de sistemas sanitarios en buena parte de Africa y la mortalidad infantil alimentan la cultura en la que los altos índices de natalidad y las familias numerosas son vistas por muchos padres como una forma de asegurar que algunos niños sobrevivan para ayudarles en la vejez.
Además, eso puede también dificultar que los niños tengan dentro de una familia comida suficiente y acceso a la educación, que podría romper el círculo vicioso de la pobreza.