Un ex jefe de la comisaría 2ª fue condenado por aplicar severidades, vejaciones y apremios ilegales a un preso que permaneció detenido en las instalaciones de la seccional de calle Paraguay al 1100 la madrugada del 4 de febrero de 2015. La jueza Hebe Marcogliese le dictó una pena de 3 años de prisión condicional y 6 de inhabilitación especial para ejercer cargos públicos al finalizar un juicio oral por el caso.
En el debate iniciado la semana pasada la fiscal de Violencia Institucional Karina Bartocci solicitó una pena de 4 años de prisión efectiva para el uniformado e inhabilitación para ejercer cargos públicos por el doble del tiempo. El comisario principal Carlos Eduardo Rodríguez fue condenado por un hecho ocurrido alrededor de las 4.20 del 4 de febrero de 2015. Esa madrugada Víctor F. fue apresado en inmediaciones de avenida Pellegrini y Mitre por los integrantes de dos móviles policiales ante la sospecha de haber sido partícipe de un incendio intencional que se desarrollaba en ese lugar. Desde allí fue derivado a la seccional 2ª de la cual Rodríguez por entonces era jefe.
Según la denuncia que presentó Víctor F. al ser liberado, cuando llegó a la seccional le revisaron la mochila que llevaba, lo requisaron y lo encerraron en un “calabozo triangular” con otra persona que estaba detenida. En esa situación, y después de que solicitara agua por segunda vez, entraron a la celda “un policía y detrás de él otro que se presentó como «el jefe»”, quien comenzó a gritarle e insultarlo.
Un mes después, el 15 de marzo de 2015, Rodríguez fue imputado por “haber impuesto severidades y apremios ilegales a Víctor F. con un palo de madera de 1,5 metro de largo provocándole lesiones en brazos, codos, piernas y rodillas mientras le gritaba y lo insultaba de manera denigrante” y con insultos de toda índole además de decirle: “El que manda aquí soy yo” y haciéndose llamar “el jefe”.
Finalmente el joven fue liberado en horas de la mañana del 5 de febrero y presentó la denuncia en el Ministerio Público de la Acusación (MPA). La causa siguió su curso hacia el juicio oral _algo inusual en este tipo de delitos_ que culminó con la condena de 3 años de prisión al policía como autor de los delitos de vejaciones, vejaciones y apremios ilegales.
"Estamos satisfechos con la sentencia pues si bien pedimos pena efectiva de 5 años, no podemos soslayar que es una condena por el delito de severidades, vejaciones y apremios ilegales, cometidos por un comisario en una comisaría", evaluó Santiago Bereciartúa, querellante en la causa que abordó junto a Enrique Font desde la cátedra de Criminología y Derechos Humanos de la UNR, y a la que se sumó como abogada querellante Marcia López Martín.
Un resultado que, según indicó, cobra valor "si tomamos el fenómeno de la violencia institucional, la inmensidad de casos de apremios ilegales en la provincia y las escasas o casi nulas condenas que existen en nuestra Justicia por estos delitos". En ese marco, el querellante remarcó la "reparación" que supone la condena para la víctima sino también su efecto "en la cultura policial, para que sea sopesada por los oficiales ante las interacciones que tienen con detenidos".