El viernes, cuando se inaugure el 15º campeonato Mundial de Natación, los mejores clasificados del mundo en los deportes acuáticos estarán frente a frente. Cuando la bocina suene apenas tendrán segundos para demostrar las horas de entrenamiento. Habrá categorías en las que competirán hasta 90 deportistas, aunque los podios sigan teniendo lugar sólo para tres. El ritmo lo marcarán quienes quieran ocupar el lugar que dejó vacío el estadounidense Michael Phelps el año pasado y los chinos generación pos Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
En el Mundial, que se realizará por segunda vez en Barcelona, habrá 68 premiaciones repartidas en las seis disciplinas: natación, nado sincronizado, aguas abiertas, saltos ornamentales, saltos altos (debuta dentro del Mundial) y waterpolo.
Este Mundial será el primero sin Michael Phelps desde el 2003, cuando paradójicamente en esta misma ciudad, el tiburón de Baltimore se hacía conocer en un evento global consiguiendo cuatro oros y ahogando al héroe del momento, Ian Thorpe. Ante el retiro de Phelps ahora queda saber si alguien se quedará con el legado o se repartirán los laureles. Ryan Lotche de EEUU, el chino Yan Sung y el sudafricano Chad LeClos, aquel que sorprendiera batiendo a Phelps en los 200 mariposa en los Olímpicos de Londres, asoman como candidatos.
Katei Ledecky, la estadounidense que se colgó una dorada en 800 libres en Londres con sólo 15 años, es una promesa de atracción por el lado femenino. Competirá en 200, 400, 800 y 1500. En distancias cortas Ranomi Kromowidjojo de Holanda y las norteamericanas Franklin y Schmitt prometen prender fuego las aguas del Palau Sant Jordi.
El waterpolo sugiere final cerrado. En el último mes se realizaron dos competiciones donde los candidatos guardaron lo mejor en vistas al Mundial. Los países que pertenecen al Mediterráneo, junto a EEUU, son las potencias. Italia lidera el historial apoyada en la estructura del mítico club Pro Recco. Croacia y Serbia buscarán repetir podio como en Shanghai 2011. España apelará a la innovación para volver a colgarse una medalla. Rafa Aguilar, técnico del equipo y ganador de la medalla de oro en los Juegos de Atlanta ‘96, decidió imitar la estrategia que Pep Guardiola utilizó para renovar a Messi: el "boya" será un "falso boya" y así buscarán sorprender a los grandes de la competición. Grecia, Hungría, Rusia y EEUU también asoman como candidatos.
Los ornamentales tendrán su tercera vez en la piscina municipal de Montjuïc, que está al aire libre y tiene a la misma ciudad como escenario de fondo. De no mediar sorpresas, chinos, rusos y norteamericanos son favoritos. Sólo Alemania, Australia o Canadá pueden aspirar a colarse en el podio.
Ante la monotonía de la disciplina, las autoridades de la Federación Internacional de Natación dieron el visto bueno para incluir oficialmente los saltos de gran altura. Esta competencia resulta como el hermano rebelde de los saltos ornamentales. No se conforma con la belleza de los movimientos en el aire y le agrega altura, vértigo y velocidad. Los deportistas se montarán en plataformas que llegan hasta los 28 metros y se lanzarán hasta las aguas del mediterráneo en el Moll de Fusta del portuario barrio Barceloneta. El colombiano Orlando Duque, de 38 años, es el más ganador de la historia del High Diving World Series, pero el inglés Gary Hunt tiene los últimos 3 títulos mundiales y parte como favorito.
La delicadeza y armonía son exclusivas del nado sincronizado, así como, otra vez, los podios han sido históricamente de norteamericanos y rusos. Luego de los Juegos Olímpicos de 2008 China llevó su nivel hasta lo más alto, y empieza a ser un habitué de los podios. España, tras las siete medallas de Londres 2012, no es para descartar.
Aún con favoritos, ganadores históricos y potencias emergentes, los podios están vacíos. La concentración del deportista es fundamental, no existe margen de error. Tendrán segundos para demostrar años y será por milésimas que calificarán una actuación como positiva o testimonial. Los deportistas ya están en Barcelona y las piletas están llenas. Es cuestión de días para que se encuentren.