Un peatón de 22 años murió ayer en el barrio porteño de San Telmo al recibir un balazo en la cabeza efectuado por un policía que, aparentemente, disparó de manera accidental cuando perseguía a varios jóvenes que protagonizaban disturbios en medio de supuestos festejos por el Día del Amigo.
Fuentes policiales y del Ministerio de Seguridad aseguraron que personal de Gendarmería Nacional realizará los peritajes para determinar si el arma del policía se disparó al caerse accidentalmente al piso o si se trató de un caso de negligencia.
En tanto, el efectivo involucrado, un cabo primero de la comisaría 14ª que realizaba servicio adicional en el Registro Nacional de las Personas, quedó demorado y a disposición de la jueza de instrucción porteña María Gabriela Lanz.
Además, fuentes policiales aseguraron que otras dos personas, una de ellas menor de 18 años, quedaron demoradas por los disturbios que motivaron la intervención policial.
La víctima fatal fue identificada por la policía y por sus propios familiares como Ariel Domínguez, de 22 años, quien falleció alrededor de las 16.10 en el cruce de avenida Paseo Colón y Humberto 1º, en la zona sur de la Capital Federal.
Alberto Crescenti, director del Servicio de Atención Médica de Emergencias (Same), precisó que el personal de una ambulancia del hospital Argerich constató que Domínguez yacía muerto sobre la avenida y presentaba una herida de bala en el cráneo.
Un alto jefe policial de la zona explicó que todo comenzó cuando alrededor de medio centenar de jóvenes, aparentemente alumnos secundarios, protagonizaban una serie de incidentes y disturbios en medio de supuestos festejos por el Día del Amigo.
Además, el jefe policial negó que haya existido un hecho de robo, y aseguró que la intervención policial se produjo a raíz de los incidentes generados por los jóvenes.
Ante esa situación, efectivos de la comisaría 14ª intentaron persuadir a los jóvenes y solicitaron apoyo, por lo que el cabo primero que realizaba la custodia del Registro de las Personas se acercó a ver lo que ocurría y pretendió intervenir.
La primera hipótesis señaló que mientras el efectivo corría, trastabilló, cayó al piso y en ese momento se le escapó un tiro que impactó en la cabeza de Domínguez, quien casualmente caminaba por el lugar y se dirigía a la parada de un colectivo para regresar a su casa.
Otra línea investigativa apunta a que el arma reglamentaria, una pistola calibre 9 milímetros, se le salió de la funda y se le cayó al piso.
Damián Pérez, un joven que se identificó como compañero de trabajo del fallecido, dijo a la prensa que a él le contaron que la víctima había terminado su jornada laboral y se dirigía a la parada de colectivos, y cuando cruzaba la avenida recibió el tiro efectuado por un policía federal.
Héctor, quien trabaja en una rotisería ubicada a metros de la parada, contó que la víctima iba habitualmente a comer allí y que ayer a la tarde vio cómo un efectivo policial corrió por la vereda donde detuvo y esposó a un joven por una supuesta pelea con otros chicos de un colegio de la zona.
Luego, según el mismo relato, ese mismo policía detuvo a otro muchacho y, finalmente, cuando salió a perseguir a otros, se le cayó el arma y se le escapó el tiro que mató a Domínguez.
La víctima residía junto a sus padres y hermanos en la localidad bonaerense de Villa Domínico, partido de Avellaneda, y trabajaba en una empresa de movimiento de bultos situada en Humberto 1º al 100, precisaron los testigos y allegados a la víctima, que se presentaron en el lugar del hecho.
“¡No puede terminar así!”, exclamó la madre de Domínguez en medio del llanto al arribar a la escena del crimen.
Fuentes del Ministerio de Seguridad aseguraron que el cabo primero quedó demorado en la comisaría 14ª disposición de la jueza Lanz, quien dispuso que se le secuestre su arma reglamentaria y que sea peritada. La jueza ordenó, además, que sea personal de Gendarmería Nacional el que se encargue de todos los peritajes. Anoche buscaban la vaina de la bala. (Télam)