La fragata Libertad de la Armada argentina atrae numerosas miradas de curiosidad en el puerto de Tema, cerca de Accra, la mayor ciudad del país africano de Ghana, donde permanece retenida desde hace 11 días a causa de una demanda de fondos especulativos que amenaza en convertirse en crisis diplomática argentino-ghanés.
Mientras la majestuosa fragata se mantiene en el puerto, aburridos marinos tratan de pasar el tiempo con visitas a los comercios locales y partidos de fútbol.
El gobierno argentino ya envió una misión de altos funcionarios a Accra para obtener la liberación de la fragata.
"Nunca había visto un navío de este tipo antes", dijo Sadick Mohamad mientras trabajaba en su pequeño barco pesquero en las cercanías del puerto.
"Es un navío de otra época", añadió, observando detenidamente los mástiles de 50 metros de altura, que dan a la nave la impresión de haber llegado de un viaje a través del tiempo.
Aunque la justicia local ha determinado la permanencia de la fragata en el puerto, su tripulación de más de 200 personas pueden ir a tierra firme cuantas veces quieran.
Sin embargo, tienen que ingeniarse para encontrar formas de pasar el tiempo mientras la fragata está impedida de salir del puerto de Tema, a 25 kilómetros al este de Accra y el más importante de Ghana. Un grupo de marinos podía ser visto seguidamente jugando un animado partido de fútbol en el puerto, al tiempo que otro se entrenaba saltando la cuerda.
Abdul Wahab, un camionero de Tema, afirma que pudo ver varios ómnibus llegar cada tarde para recoger a la tripulación. Otro chofer afirma que los micros llevaban la tripulación al elegante hotel Labadi Beach.
Anteayer a la tarde, otro chofer, Joseph Sacquah, esperaba pacientemente en su micro para llevar marinos a un centro comercial de Accra.
La tripulación está compuesta casi en su totalidad por argentinos, aunque hay varios marinos de diversos países sudamericanos y por lo menos un sudafricano.
Según el pescador Mohamad, los marinos no se han mezclado mucho con los locales en el puerto durante su inesperada estadía. "No, no, yo no hablo con ellos", dijo.
Los propios marinos han evitado hablar con periodistas en mucho detalle. "No sé cuanto tiempo tendremos que quedarnos", dijo a la AFP el teniente Luis Melián, portavoz de la fragata, evitando hacer comentarios sobre cómo la tripulación mata las largas horas de espera.
El navío, que llegó hace 11 días a esta nación del oeste de Africa en una misión de entrenamiento, fue impedido de abandonar el puerto luego de una demanda de fondos especulativos que procesan a Argentina por el default del año 2001.
El gobierno de Argentina afirmó que los acreedores cometieron fraude ante la justicia de Ghana, y alegó que la decisión viola la convención de Viena ya que las embarcaciones militares poseen inmunidad diplomática.
De cualquier forma, la situación hace que la fragata Libertad tenga que permanecer como un espectacular pero inesperado huésped en medio de un puerto saturado de pescadores, camiones y montañas de contenedores.
La firma NML Capital compró bonos argentinos a precios bajos cuando la economía del país estaba al borde del colapso. Desde entonces, Argentina refinanció su deuda, exceptuando unos escasos fondos especulativos.
Según el tribunal ghanés, NML Capital reclama más de 370 millones de dólares a la Argentina. Este fondo ganó dos juicios contra Buenos Aires, en Nueva York en 2006 y en la Corte Suprema británica en 2011, tribunales que consideraron inválida la inmunidad diplomática de Argentina.
El abogado de NML en Ghana, Ace Ankomah, dijo que la fragata podría ser liberada "mañana" si Argentina efectuaba el pago de un bono de 20 millones de dólares, pero el gobierno argentino no dio indicaciones de que pretendía hacerlo.
En tanto, en el puerto de Tema, lo único que ata la fragata a tierra firme son apenas algunas amarras, ya que no hay ningún personal de seguridad de Ghana en las proximidades del navío.
De acuerdo con Ramadan Adjin Tettey, un investigador hidrográfico, cualquier tentativa de escape sería un error, ya que los navíos sólo pueden dejar el puerto de Tema guiados por otro barco. "Ellos no conocen el terreno", dijo.
Restricciones
“Pueden bajar del buque, pero tienen horario restringido”, comentó Gerardo González, hermano de Federico, un guardiamarina de 18 años egresado del liceo naval Almirante Storni. Gerardo dijo que “la tripulación no sabe cómo va a continuar el viaje”. “Pueden bajar del buque, están en la costa y recorren los locales más cercanos para distraerse y no pensar tanto qué sucederá con ellos”, dijo, y agregó que hay un micro que está a su disposición pero “tienen horario restringido que respetar, salen un rato pero tienen que regresar”.