El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la economía argentina crecerá 0,2% en 2023 por el impacto de la sequía en el nivel de actividad y pronosticó que la inflación será del 88% a lo largo del corriente año.
Organismo multilateral. El FMI siempre en la mira.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la economía argentina crecerá 0,2% en 2023 por el impacto de la sequía en el nivel de actividad y pronosticó que la inflación será del 88% a lo largo del corriente año.
En sus proyecciones de comienzo de año, tanto el FMI como el Banco Mundial (BM) estimaron un crecimiento del 2% para Argentina pero a medida que los efectos del “severo impacto” sequía se fueron haciendo evidentes las previsiones de dichos organismos se fueron recortando hasta alcanzar este pronóstico de crecimiento prácticamente nulo en el 2023.
El argumento es sostenido por el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, quién dijo que “la razón de por qué tenemos esa proyección a la baja tan grande en el PBI de Argentina para 2023 es por la sequía masiva que tiene un enorme impacto en la economía”. Pero a su vez aseguró que el retroceso será transitorio y para 2024 “se espera que suba el crecimiento alcance el 2%”.
Si bien esta estimación no contempla resultados negativos en términos de crecimiento, si rompe con las expectativas del gobierno de lograr tres periodos consecutivos de aumento considerable en el producto. En 2012 Argentina creció a un ritmo cercano al 10% y en 2022 marcó un aumento del 5,2%.
En lo que respecta a los precios, y hasta la difusión de este nuevo informe, el FMI estimaba para 2023 una inflación de 60%, en línea con las proyecciones contenidas en la Ley de Presupuesto votada por el Parlamento argentino.
Pero con las nuevas estimaciones encaradas por el organismo se modificaron las perspectivas inflacionarias, estas se elevaron en 28 puntos porcentuales esperando una inflación de 88% anual - diciembre de 2022 contra diciembre de 2023 - y de 98% - según el promedio del período-, en línea con las modificaciones realizadas en la cuarta revisión del programa argentino que se aprobó hace 10 días y permitió el desembolso de u$s 5.400 millones para el país.
En este sentido, Petya Koeva Brooks, del departamento de investigaciones del Fondo, explicó que "El 94,8% experimentado en 2022 es una cifra bastante grande y vimos un repunte de la inflación en enero, en parte debido a los precios de los alimentos, pero las presiones de la inflación subyacentes siguen presentes y, en parte, ello es debido a que las expectativas inflacionarias no están ancladas”
A raíz de ello sostuvo “Esperamos que la inflación se mantenga en niveles muy elevados, lo que da lugar a preguntarse ¿qué es lo que hay que hacer para combatirla?”. La economista, responde su pregunta acudiendo al viejo recetario del organismo multinacional “políticas monetarias contractivas y estrictas que vayan de acuerdo con lo que hay en el programa con el FMI, y que serían de especial importancia para revertir la situación”
La República Argentina mantiene un programa con el FMI y acaba de aprobar la cuarta revisión del mismo, a través del cual se modificaron a la baja las metas de reservas del año 2023, precisamente por el impacto de la sequía. En base al acuerdo alcanzado en el marco de la cuarta revisión, el FMI exigiría un nivel anual de reservas menor al previsto en el entendimiento original, de alrededor de 1.800 millones de dólares menos que la meta prestablecida para el período en cuestión.
En ese marco, la meta del primer trimestre del 2023 fue fuertemente modificada a la baja -en 3.600 millones de dólares menos- y los desempeños de estos números serán puestos bajo la lupa a partir de las próximas semanas, cuando comience la quinta revisión del programa, en los que se mantiene el objetivo de déficit fiscal equivalente al 1,9% PBI.
Las estimaciones también van en línea con pronósticos dados a conocer por el Banco Mundial, que la semana pasada divulgó sus informes y proyectó que la Argentina tendría un crecimiento neutro (0%) en 2023.
Así se titula el informe de Expectativas Económicas Mundiales presentado ayer por el organismo con sede en Washington. Para el Fondo Monetario Internacional, la economía mundial se encuentra una vez más en un momento de gran incertidumbre, con los efectos acumulativos de los últimos tres años de shocks adversos, en particular la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania.
“Los precios de las materias primas se disparan, la inflación alcanzó el año pasado nuevos máximos tras varias décadas, lo que hizo que los bancos centrales endurezcan su política monetaria para mantener ancladas las expectativas de inflación”, sostuvo el informe del FMI.
El organismo multilateral advirtió la situación podría complicarse a raíz de eventuales coletazos derivados del sector financiero, que aún transita turbulencias tras la quiebra del Silicon Valley Bank en EEUU y lo que pasó con el Credit Suisse en Europa, lo que podría determinar que “el crecimiento mundial se reduzca a alrededor del 2,5 por ciento en 2023, el más débil desde la recesión mundial de 2001, salvo la crisis inicial de Covid-19 en 2020 y durante la crisis financiera mundial de 2009”.
En lo que respecta a la región, el FMI estimó para Brasil un crecimiento de 0,9% en 2023, mientras que para Chile vaticinaron una contracción de 1%; en tanto que Uruguay y Paraguay crecerían 2% y 4,5%, respectivamente.
En el hemisferio Norte, el FMI proyecta un crecimiento de 1,6% en Estados Unidos y para Canadá, mientras que para la Eurozona la mejora se ubicaría en torno al 0,8% en 2023, con el dato significativo de que Alemania, su principal economía, marcaría una contracción de 1,1%.
Para los gigantes Asiáticos las estimaciones son prometedoras, China e India cerraría el año en curso con alzas de 5,2% y de 5,9%, respectivamente