Números reducidos, rendimientos también. Que Ever Banega haya pasado del 10 al 5 y Panchito González del 44 al 22 en los dorsales de sus camisetas, no es más que un dato de color que puede servir de disparador para analizar la situación de dos jugadores que en el debut del Apertura, fueron reprobados por los hinchas de Newell's.
Lo de Banega es más novelesco, casi como un culebrón del viejo ATC, con capítulos interminables, una trama con giros argumentales y un final indescifrable. El exjugador del seleccionado argentino está peleado con la pelota. Aquella a la que supo acariciar y tratar como se merece. Hoy están en crisis, una que es severa y emocional.
El pedido de perdón de Ever Banega
“Le pido perdón a los hinchas”, dijo en modo aflictivo Ever por el penal fallado, en conferencia de prensa. Hinchas que lo reprobaban cada vez que tocaba una pelota. Nunca son justos los silbidos, menos a los hijos de una institución que tenían como sueño máximo vestir los colores de su vida.
¿Quién puede pensar que Banega quiere que a Newell’s le vaya mal?
“Con el mal nivel que tiene y todo lo que quieras, es el único que le da fútbol al equipo”, “le quiero agradecer a Ever por todo lo que hizo pero hay que saber cerrar ciclos en el momento justo”, son las dos posturas que hoy tiene la parcialidad rojinegra y que resonaron anoche en las adyacencias del estadio a modo de opiniones.
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Los errores que hay detrás
El capitán es el apuntado, pero la cadena de errores y malas decisiones en los mercados de pases anteriores (para este hay que esperar un veredicto, por supuesto) no empiezan ni terminan en él en esta situación que viene de arrastre. Y está bien que se haga cargo, porque es el referente. Pero la lista de responsables ha sido más extensa y vertical. En el triunfo el éxito es compartido y en la derrota el escarmiento es unipersonal.
Con Panchito González pasa algo similar, aunque el ida y vuelta con la gente se rompió hace rato. El gran partido ante Talleres en Córdoba en la última fecha del campeonato pasado, parece haberse fosilizado en la era paleolítica. Es un jugador que hace la diferencia un partido y desaparece en tres, que toma buenas decisiones o malogra cada jugada, sin término medio.
Así, por ejemplo, antes de los 5’ se pasó de rosca en una falta que le valió una amonestación y, en el complemento, con los cambios de Mariano Soso que potenciaron a Newell’s, tuvo el empate en su zurda pero la tiró al bulto casi en el área chica y se perdió la chance de sumar porotos a la reconciliación.
Los DT que bancan a Panchito González
Si Panchito sigue teniendo chances, es porque los DT ven en él algo que los convence, pero que desde afuera no se ve. La presión popular de un club tan grande como Newell’s no es sencilla de soportar y seguramente Francisco González en otro club tendría un nivel superlativo. No sería el primero ni el último que explote afuera.
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Y aquí es el momento de hacer la última pregunta para dejar al libre albedrío del lector. Como si se tratara de cerrar la etapa de alegatos en un juicio en donde, seguramente, quien escribe estos párrafos sea el “abogado del diablo”.
¿Son Banega y Panchito González los culpables de las desgracias de Newell’s de los últimos tiempos? ¿Son los culpables de los Franco Díaz, Ordoñez, Schor, Besozzi o May? No más preguntas, señor juez.