"No existe ningún motivo de la detención nuestra, todos declararon lo mismo", contó hoy Sasha, uno de los jóvenes que el viernes pasado estaban en las cuatro plazas de Provincias Unidas y Mendoza, cuando fueron detenidos por un grupo de policías que hoy fueron imputados por apremios ilegales y falsificación de acta en cumplimiento de funcionario público.
Después de atender a las declaraciones de los acusados y la víctimas, el juez Santiago Becerra resolvió la imputación de los suboficiales Mariano Saavedra, Erika Denis, Walter Durate, que resvisten tareas en el Comando Radioeléctrico; a los cabos Ariel Godoy y Santiago Moran y al también suboficial Roberto Salinas, de la Policía de Acción Táctica (PAT). Una suboficial, Cristina G., se encuentra prófuga.
Saavedra y Denis quedaron en prisión preventiva, mientras que a todos los policías imputados se les prohibió tener contacto con las víctimas. La medida se tomó en función de la denuncia que hicieron las víctimas ante el tribunal y organizaciones de derechos humanos en la que aseguran que esta semana fueron blanco de acciones intimidatorias de parte de uniformados.
El jueves a la noche estaban en el Parque Scalabrini Ortiz y pasadas las tres los siete de ellos decidieron ir comer al carrito de las Cuatro Plazas. Todos trabajan y estudian y al otro día debían seguir su rutina. Sin embargo, pasadas las 5 al menos diez policías llegaron a la plaza los gritos y armas en mano los insultaron y golpearon.
A uno de los chicos le dispararon un balazo de goma en la pierna. Luego se los llevaron detenidos a la Comisaría 14ª. Los apremios continuaron hasta el cambio de tercio, unas cuatro horas más tarde.
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Los denunciantes rumbo a la audiencia judicial.
Foto: La Capital / Celina M. Lovera.
Hoy, frente a los policías acusados, se plantaron cinco de los ocho chicos. Los policías decidieron declarar mientras los jóvenes los fulminaban con sus miradas.
Cada policía conto su participación en los hechos y la estrategia de la defensa, llevada a cabo por José Luis Giacometti y Carlos Tomasevich, fue dejar en claro que los policías actuaron de acuerdo a lo establecido. Que llegaron al lugar buscando una mochila, que los jóvenes los agredieron y que ellos luego de reducirlos los dejaron en la secciona 14ª, a la mujer en un pasillo y a los varones en un patio, pero que se fueron de la seccional.
"Nos sacaron fotos esposados en la comisaría y esas fotos andan dando vueltas por todas las comisarías y todos los policías tienen nuestras fotos"
Cada uno contó más o menos lo mismo y se ampararon en las grabaciones de las radios policiales, los registros de la cámaras de vigilancia y los GPS de sus móviles, además de los registros hospitalarios del momento en que llevaron a uno de los chicos al Centenario, argumento en que se basó la defensa de Giacommetti. Lo que no quedo en claro es la manera en que se lastimó Sasha y por qué los móviles llegaron a la plaza.
"Ellos se excusan diciendo que no tienen los datos nuestros, que no saben quiénes somos, pero no es cierto, nos sacaron fotos esposados y esas fotos andan dando vueltas por todas las comisarías y todos los policías tienen nuestras fotos", contó Sasha, al cabo de la audiencia imputativa que se llevó a cabo en los tribunales provinciales.
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Nelson, Sasha, Cristian, Cecilia y Emanuel, esta mañana poco antes de la audiencia en Tribunales.
Foto: La Capital / Celina M. Lovera.
"Mi cara desfigurada en ese momento está en la foto y está como prueba de que ellos saben quiénes somos, donde trabajamos y pueden encontrarnos en cualquier momento", añadió el joven que, cuando fue detenido tenía el pelo largo y con rastas y que no solo sufrió una fuerte golpiza sino que además, cuando lo tenían esposado, en el piso, le cortaron el cabello.
"Entre los imputados están los policías que yo pude reconocer, que me golpearon, que me cortaron el pelo y que me humillaron, son ellos los que nos hicieron este maltrato físico y psicológico", contó Sasha, quien tuvo la oportunidad de contar su versión de los hechos esta mañana ante el juez Becerra.
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en la seccional. Dos de los policías ahora acusados por los vejámenes.
"Ellos dicen que me tropecé y que por eso la cara me quedó así", sonrió nervioso Sasha, en un breve contacto con la prensa en los pasillos de tribunales, y añadió: "Me pegaron, también me cortaron el pelo cuando me tenían esposado en el piso. Eso no lo pueden negar, porque la mujer policía declaró que yo tenía el pelo largo".
Asimismo, aseguró que los jóvenes sufrieron intimidaciones de parte de los policías y que esa situación es preocupante. "Hubo varios patrulleros que pasaron a paso de hombre enfrente del lugar donde trabaja una de las chicas, mirándola mal y tratando de asustarla", contó Sasha.