“De primer nivel, sin nada que envidiar a otros torneos de estas características”. Así, de manera casi enfática y sin dar mayores vueltas, los participantes extranjeros consultados calificaron al Panamericano de Beach Tennis que se está disputando desde ayer en Rosario, más precisamente en el balneario La Florida, en el norte de la ciudad. No fue un simple formalismo ni tampoco una fórmula de cortesía para con la gente del país anfitrión que por primera vez organiza un evento de esta magnitud. No. Porque por otro lado la felicidad de Soledad Oneto, una de las organizadoras del mega evento, desde otra perspectiva, también daba cuenta de ello. “Estoy más que satisfecha”, destacó Oneto, la también jugadora de la selección nacional, al referirse a la organización y no era para menos. No es fácil orquestar un torneo para unos dos mil deportistas entre amateurs y profesionales provenientes de diez países, todos con distintos hábitos y exigencias y que todo salga dentro lo planeado como salió: una verdadera fiesta.
El miércoles esa fiesta tuvo un adelanto, con los atletas como grandes protagonistas, pero no dentro de la cancha, sino en la ceremonia inaugural, en el desfile oficial a la vera del río marrón que le puso color y calor a la tarde e inundó de buena onda la tradicional playa rosarina. También fueron escuchados los discursos de rigor, a la vez que el presidente de la Federación Santafesina de Tenis, Jorge Capella, recibió por parte de la Asociación Argentina de Tenis, un reconocimiento por los cien años de vida de la institución.
Ayer, jueves, fue el primer día de competencia y en las 20 canchas (entre ellas un estadio principal con tribunas y otro secundario), tanto los rosarinos como los visitantes pudieron disfrutar de lo mejor del tenis de playa del continente, con los profesionales, o bien observar los dobles mixtos y cuadros de menores Sub 12, 14, 16 y 18 años que se están desarrollando en paralelo.
Ya desde el arranque las duplas brasileñas empezaron a mostrar su potencial técnico, ese que los lleva a ser considerados como los grandes candidatos. También el clima ayudó muchísimo para que la primera jornada tenga un marco ideal, pero también hizo pensar que el sábado, cuando jueguen los amateurs divididos en cuadros de varones, mujeres, mixtos y menores, La Florida puede quedar chica.
El Panamericano, en la categoría profesionales, tiene un cuadro de 32 parejas tanto en varones como en mujeres y otorga puntos para el ranking internacional ITF. En ese marco, la suerte de los argentinos fue variada.
Por el lado de los varones la dupla argentina Matías Guiñazú-Iván Olicowski vencieron a su par norteamericana Rodrigo Amaral-Tony Dischekenian por 6/4 y 6/1 y luego cayeron ante los brasileños Allan Oliveira-Thales Santos, 6/2 y 6/0. A su turno, Pablo Conti-Tomás Szechenyi superaron a los chilenos M. Sepulveda-Víctor Velázquez 6/3 y 7/5, mientras que el doble Facundo Gallini-Enzo Lafuente cayó ante la pareja norteamericana Jeb Helmers-Carlos Rivera por un doble 6/1.
Por el lado de las mujeres, las argentinas Catalina Fontiveros-Carla Sangermano perdieron con las brasileñas V. Marchezini-Marcela Vita 6/1 y 6/1.
La dupla local compuesta por M. Oneto-Jesica Orselli tampoco tuvo un buen debut y cayó ante Alexia Malbran-N. Sánchez por 6/4, 1/6, 10-4.
En doble mixtos Federico Castellano-Catalina Fontiveros superaron 6/1 y 6/0 a J. Mora Aranguren-L. González Ricon de Colombia.
Hoy la actividad continuará desde las 9.30 con la disputa de los últimos partidos de la fase clasificatoria y los encuentros de cuartos de final. Vale recordar que el ingreso del público es por la entrada norte al predio.