Desde que se flexibilizaron las restricciones sanitarias por la pandemia de Covid-19 en agosto de 2020 y la gastronomía de la ciudad comenzó a reactivarse, la Secretaría de Gobierno de la Municipalidad otorgó 103 permisos para que los bares puedan disponer de los corralitos en la calzada como estrategia para aumentar el factor ocupacional.
A partir del procedimiento y multa a un local de Jujuy y Oroño, que dejó estructuras fijas en la calle en el sector de estacionamiento más allá del horario comercial, desde la Intendencia dejaron en claro que ese mobiliario debe ser removido cuando termina el horario de atención al público, ya que se trata de una medida “excepcional y provisoria”, y que cualquier incumplimiento puede derivar “en la revocación del permiso”.
La Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana desmanteló ayer una estructura que invadía la calzada en bulevar Oroño casi Jujuy, donde funciona la cervecería Okcidenta, en el inicio del barrio Pichincha. Los vecinos viralizaron fotos de la irregularidad.
Los residentes de la zona puntualizaron que “no solo se utiliza la vereda para depositar mesas y sillas, sino que en horas de la madrugada instalan una plataforma fija sobre la calzada para ampliar el factor ocupacional”.
Agregaron que en “Pichincha hay veredas ensanchadas, toldos, cualquier cosa. Es la ley del más fuerte o quién tiene mejores amigos con el poder”, indicaron.
Apenas el municipio advirtió la situación, la Secretaría de Control advirtió a los responsables del lugar y luego desarmó la estructura.
La titular de ese área, Carolina Labayrú, confirmó el procedimiento. “Alertados de la denuncia nos presentamos en el comercio y le advertimos que las estructuras no pueden estar fijas, ni permanentes, solo pueden estar en la calle en horario del funcionamiento del bar”, explicó.
El andamiaje fue hallado en la calzada, fijo y en una zona de estacionamiento medido. “Se lo intimó, no quisieron acatar la orden, pero cuando advirtieron que íbamos a llevarnos todos, cedieron su postura y lo desarmaron todo con nuestra ayuda. Era mobiliario, vallas y chapas atornilladas”.
Según los registros municipales, desde diciembre se otorgaron 103 “permisos excepcionales” a bares o locales gastronómicos para ampliar el factor ocupacional en la calle con las vallas móviles, medida adoptada a partir de las restricciones sanitarias por la pandemia y para favorecer la actividad al aire libre.
Desde la Secretaria de Gobierno, que otorga los permisos precia evaluación técnica, indicaron que “no tienen distinción de zona, sino que dependen de cual es la ocupación que se le da a la calzada habitualmente”.
Provisorios
Además, recordaron que los permisos, mayoritariamente otorgados en los corredores gastronómicos de Pichincha y el Paseo Pellegrini, “son provisorios. El simple inicio del trámite no implica un permiso, sino que se otorga previo estudio de factibilidad y puede ser revocado ante cualquier incumplimiento”.
Para ese permiso se tendrán en cuenta condiciones generales a cumplir o respetar: será responsabilidad del requirente la limpieza, el orden y el mantenimiento del espacio; la demarcación o barreras físicas correrán por cuenta del propietario y no se permiten instalaciones fijas o permanentes (como ocurrió en Okcidenta).
De acuerdo a esos requisitos, la actividad autorizada se deben hacer en “condiciones óptimas de seguridad, salubridad e higiene. Se debe garantizar la correcta utilización de los bienes de uso público, evitando la producción de daño o deterioros de los mismos”.