Dos estudiantes de la UTN crearon una prótesis robótica para personas amputadas

Cursan segundo año de Ingeniería en Sistemas y ganaron un concurso en Israel. El proyecto se llama Neuroflex y ahora necesitan recaudar fondos para viajar a Medio Oriente

Sábado 28 de Junio de 2025

Dos estudiantes de segundo año de la carrera de Ingeniería en Sistemas de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) crearon una prótesis transfemoral para personas amputadas de, al menos, un miembro inferior. Los universitarios ganaron un concurso y ahora viajarán a Israel, aunque el premio es para uno de los dos, por eso solicitan la colaboración de la población para recaudar fondos y costear el pasaje restante.

Quiénes son los estudiantes de Ingeniería de la UTN

Santino y Juan Cruz son amigos. Se los nota cómplices, se ríen y bajo el mismo objetivo ponen su esfuerzo. Aunque no son rosarinos, se conocieron en la UTN y desde allí partieron con Neuroflex, un proyecto para fabricar prótesis para las piernas capaz de brindarle una segunda oportunidad a quienes no pueden caminar.

Ganaron un concurso universitario y la posibilidad de viajar a Israel, cuna de las startups, pero el premio es para uno de los dos, por eso piden ayuda para alcanzar el segundo pasaje. Los jóvenes juntan donaciones en el alias viaje.israel.utn para llegar a visitar el país de Medio Oriente, un destino postergado por cuestiones bélicas.

Santino Ripacolli nació en Corral de Bustos, estudió en Instituto José Manuel Estrada. Los casi 190 kilómetros de distancia con Rosario no fueron impedimento para llegar a estudiar a Rosario. Tampoco lo fue para Juan Cruz Petazzi, que llegó de San Nicolás.

Ambos comenzaron en la UTN en 2024 y con el tiempo formaron una amistad que los llevó a ser los únicos en presentarse en un concurso organizado a nivel nacional por la UTN y la Fundación ILAN (Israel Latin American Network), que otorgaba tres pasajes a Israel para perfeccionarse.

Luego de varios procesos de competencia, los estudiantes de la UTN recibieron el reconocimiento en la competencia a su idea con Neuroflex. “Es un proyecto que nació para darle una solución a las personas que tienen una discapacidad motriz en sus piernas por una enfermedad o algún accidente", explicó con seguridad Petazzi, a La Capital.

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La futura prótesis presentaría una alternativa local frente a los implantes internacionales y reduciría los costos de manera significativa. Desde el exterior, las prótesis rondan los 40 mil dólares, mientras que el presupuesto para fabricar Neuroflex costaría una quinta parte.

Los estudiantes de la UTN explicaron que esto se debe a cambiar el titanio, un material costoso por la fibra de carbono y que se evita el gasto del I+D, es decir, el tiempo que llevó concretar la iniciativa.

De qué está compuesta la prótesis Neuroflex

Neuroflex está compuesta por fibra de carbono, un material económico, resistente, liviano, para las articulaciones se utilizan servomotor, es un motor que permite controlar con precisión la posición y movimiento de su eje a “velocidades variables”.

También consta de una funda de silicona para evitar raspaduras o dolor en la pierna.

En cuanto a los sensores depende el uso de cada usuario, pero "no son caros”, según argumentó Petazzi. El gran gasto de la prótesis es el motor a batería desmontable, que se carga de la misma manera que un celular o una laptop.

En síntesis, Neuroflex es una prótesis robótica que lee las señales musculares del cuerpo desde el cuádriceps y del femoral, “interpretando la intención de la persona y simulando lo que sería una pierna real”, agregó el joven de 20 años y completó: “Por ahora es solo para personas con una amputación transfemoral.

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Actualmente, está en la etapa del prototipado y próximamente será preparada para ser probada en humanos a tamaño real, contó Ripacolli. Hasta ahora, las pruebas fueron desarrolladas en el laboratorio. Los sensores de la prótesis toman el pulso eléctrico que el sistema nervioso generan al enviar la señal desde el cerebro e interpretan la acción.

La prótesis ideada por Petazzi y Ripacolli tiene una estrecha relación con la salud. Estudiantes de sistemas, los jóvenes tomaron contactos con profesionales en salud e interiorizarse sobre el sistema nervioso y la biomecánica, sin perder de vista su origen.

Su formación en sistemas lo ayudaron a pensar a Neuroflex como un sistema gigante, donde confluyen un montón de factores. “Nosotros vemos un sistema que cuando lo abrimos vemos subsistemas, como el censado, movimiento, articulación de rodilla y de tobillo”, sostuvo Petazzi. Ante esta situación, Juan Cruz y Santino estudian qué hace cada parte y cómo poder interpretar cada parte para programar el funcionamiento de la prótesis.

Cómo nació Neuroflex

Juan Cruz Petazzi cursaba el último año de la Escuela Técnica N° 6 de San Nicolás y en el proyecto final presentó Neuroflex. Cuando llegó a Rosario y conoció a Ripacolli y no dudó en sumarlo a la creación.

“Cursamos juntos, empezamos con trabajos prácticos juntos y cuando Juan me lo propuso me pareció una buena idea para cambiar vidas”, resumió el nacido en Corral de Bustos.

“Quería hacer algo que no fuera del hecho de sólo aprobar la materia, que pueda tener una relevancia en un futuro y que pueda servir”, recordó Petazzi sobre como ideó dispositivo.

Un proyecto de la misma escuela en 2022 y una persona conocida con discapacidad motriz, lo llevaron a dar forma a la prótesis. Sin embargo, aclararon que las dificultades van más allá de lo técnico.

“Ahora tenemos la presión de lograrlo y le ponemos toda la garra para que suceda. Nos come la cabeza y estamos pendiente para que funcione. El estrés de ya tenerlo es impresionante”, revelaron.

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Encontrar el equilibrio entre el estudio, ambos cursan segundo año de la carrera de ingeniería en sistemas de información sin materias pendientes, Neuroflex y la cotidianidad fue uno de los mayores escollos para los estudiantes.

El premio de la UTN

En diciembre de 2024 comenzaron a trabajar para presentarse en el Concurso de la UTN y la Fundación ILAN. Una profesora de la UTN de Rosario los ayudó con la presentación y la universidad le abrió las puertas a Ames, una aceleradora de proyectos, que aún continúa trabajando con la pareja de estudiantes.

La primera prueba, presentada a principios de 2025, fue virtual y competían contra proyectos a nivel nacional. Al recibir la noticia del paso de ronda tuvieron que viajar a Buenos Aires para defender Neuroflex ante profesionales.

De las 10 iniciativas finalistas, Neuroflex alcanzó a ser una de las tres premiadas, por ende, Petazzi y Ripacolli ganaron un pasaje y estadía en Israel para realizar capacitaciones, tener contacto con emprendedores e intentar conseguir financiación para concretar el proyecto.

Los jóvenes tenían fecha para viajar el próximo 18 de julio, sin embargo, la guerra en Medio Oriente puso en stand by el vuelo y hasta noviembre, al menos, no podrán visitar el país líder en startups.