Antes de contar el cuento se pone a cantar una canción. El tema es El país de Nomeacuerdo, de María Elena Walsh. Su voz no pasa desapercibida porque quien entona es la rosarina Julia Vilche, artista, narradora oral y cantante. El tema que eligió viene bien para la ocasión porque el cuento en cuestión es El pueblo que no quería ser gris, de Beatriz Doumerc, el mismo que fuera prohibido por la dictadura cívico militar en 1976.
“Había una vez un rey grande que reinaba un pueblo chiquito. Un rey que no hablaba con nadie. Ni con los hombres, ni con las mujeres, ni con los niños, ni con las niñas, ni los perros, ni los gatos, ni los pajaritos que vivían en ese pueblo. No sabía nada de ellos, no sabía qué sentían ni qué necesitaban, y menos que menos qué pensaban”, comienza Julia.
Parece que este rey grande de este pueblo chiquito lo único que hacía era dar órdenes: “Caminen por aquí, caminen por allá, piensen así, piensen asá. Órdenes y más órdenes”.
Un mundo de colores
El rey del cuento se encerraba para pensar qué nuevas medidas podía imponer a su pueblo, hasta que se le ocurrió una bastante insólita. “Quiero que desde este momento todo el pueblo pinte su casa de gris”. A nadie le gustó la idea pero fueron todos corriendo a comprar pintura gris. No todos obedecieron. Hubo un hombre que mirando el cielo se deslumbró con un pajarito de hermosos colores y pensó: ¡Cómo me gustaría pintar mi casa de esos colores!, y se fue corriendo a la pinturería para concretar su deseo. El hombre estaba feliz, pero el rey que lo vigilaba todo con sus binoculares detectó la afrenta ciudadana. Inmediatamente ordenó a sus guardias detener a semejante desobediente. Los soldados marcharon a poner orden, pero los colores, como la risa, resultaron contagiosos y la vecina del desobediente decidió seguir sus mismos pasos. Ahora un hombre y una mujer eran los objetivos de la guardia real. El problema es que ellos fueron los primeros pero no lo únicos. El rojo, el azul y el blanco comenzaron a proliferar en las casitas del pueblo y cuando los soldados llegaron se encontraron con un verdadero cocoliche.
Ante las novedades el rey colapsó de tanta indignación y ordenó a los soldados: “Me traen a todos los que tengan algún color rojo, azul o blanco”. El relato de Julia Vilche en el video —que fue subido en agosto de 2020 a su canal de YouTube y que cuenta con poco más de 500 visitas— continúa con la marcha del ejército real nuevamente hacia el pueblo y la reacción de sus ciudadanos.
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Narradora oral
Julia Vilche es mediadora de lectura, narradora oral y se especializa en literatura infantil. Vive en Chile desde hace doce años y durante la pandemia trabajó con las escuelas chilenas como cuentacuentos a través de plataformas virtuales. El increíble niño comelibros, Milo, el gato malo y El rey que no se quería bañar son algunos de los cuentos narrados subidos a su canal de YouTube.
En diálogo con La Capital cuenta que le gustaría replicar esa experiencia sin costos con las escuelas de su ciudad natal. Por eso invita a las maestras y maestros de Rosario a contactarla para que sus alumnos y alumnas puedan disfrutar de un lindo cuento. Los interesados pueden comunicarse a su contacto de WhatsApp 56981314658 o al email [email protected].