Tras el baño de multitudes que recibió anteayer a su llegada a España para presidir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) el Papa Benedicto XVI reforzó su mensaje apostólico y lamentó que exista "una especie de eclipse de Dios" en el mundo actual, reivindicó la "radicalidad evangélica" frente al "relativismo y la mediocridad" y condenó la "visión utilitarista" de la educación. Por la noche presidió un multitudinario Vía Crucis entre la plaza Colón y la Cibeles, en el centro madrileño.
Joseph Ratzinger formuló tales apreciaciones tras visitar a la familia real española en el Palacio de la Zarzuela, residencia oficial de los reyes Juan Carlos y Sofía en el noroeste de Madrid, y mantener allí un encuentro privado de 20 minutos con el monarca. Los dos coincidieron en su preocupación por los problemas de la juventud y en la necesidad de que los jóvenes encuentren caminos para salir de una vida de insatisfacción.
"No paséis de largo ante el sufrimiento humano donde Dios espera que deis lo mejor de vosotros mismos", pidió el Papa a la juventud por la tarde, al finalizar el Vía Crucis en el que se pidió por los que sufren los males más diversos en todo el mundo: desde los alcohólicos, drogadictos y enfermos de sida hasta las víctimas de las guerras, genocidios y catástrofes naturales.
El Papa se desplazó por la mañana al monasterio de San Lorenzo de El Escorial, un monumental pero austero complejo palaciego y monástico a unos 50 kilómetros de Madrid y construido entre los años 1563 y 1586, durante el reinado de Felipe II. Allí, el pontífice alemán, de 84 años, expresó sus críticas al mundo actual en dos discursos. El primero fue ante cientos de jóvenes religiosas, a quienes llamó a practicar una labor de "radicalidad evangélica" en un mundo en el cual "se constata una especie de eclipse de Dios, una cierta amnesia, más aún un verdadero rechazo del cristianismo".
Y el otro, en una reunión con más de mil profesores universitarios, ante quienes criticó una visión "utilitarista" y "reduccionista" de la educación, que se basa en una "mera capacitación técnica" y sólo tiene por objetivo "satisfacer la demanda laboral".
Benedicto, él mismo profesor universitario en Alemania en los años 60, señaló como una de las consecuencias "dramáticas" de ese modelo de educación "utilitarista" los "abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma", en una aparente alusión a los experimentos con embriones, a los que se opone decididamente el Vaticano y que el gobierno de Zapatero ha autorizado.
También advirtió sobre el peligro del "totalitarismo político, que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo de poder".
En El Escorial, miles de creyentes entusiastas agitaron banderas y globos al paso del papamóvil. Y después, Joseph Ratzinger almorzó ya en la Nunciatura de Madrid, su residencia oficial estos días, con 12 jóvenes de diferentes países que participan en la JMJ.
Antes del multitudinario via crucis, el pontífice recibió en la Nunciatura a Zapatero, agnóstico confeso que en los últimos años ha causado irritación en el Vaticano con el impulso de leyes como el matrimonio homosexual, la agilización del divorcio y la despenalización del aborto, entre otras.
Fue el cuarto y último encuentro entre ambos, ya que el líder socialista no aspirará a un tercer mandato en las elecciones generales que ha adelantado al 20 de noviembre.
Vísperas
El Papa confesará hoy a jóvenes en el parque de El Retiro y por la noche asistirá a una vigilia en el aeródromo de Cuatro Vientos, a las afueras de Madrid, donde mañana celebrará una misa al aire libre antes de regresar a Roma. Cientos de miles de jóvenes pasarán la noche en el lugar para asistir a la misa y ver al Pontífice. (DPA, Reuters y AP)