Prueba superada. Al menos no fueron bochados en el examen inicial. Facundo Mallo, Carlos Quintana y Alan Rodríguez arrancaron la campaña de Central con el pie derecho desde el punto de vista del rendimiento individual. Los tres forman parte del combo de los seis jugadores que se sumaron como refuerzos para afrontar esta temporada con la casaca auriazul. Salvo el exPatronato, quien salió lesionado, el resto terminó en cancha con la frente en alto y ofrendando una imagen esperanzadora al pueblo canalla. Otro que hizo su estreno en Arroyito fue el atacante Octavio Bianchi, quien dilapidó una gran maniobra en ofensiva, aunque demostró ser un punta movedizo.
Miguel Russo los pidió. Sabía qué puede aportarle cada uno de los profesionales que ficharon hasta el momento. Central contrató a varios apellidos y sigue con el mercado de pases abierto. Incluso espera poder contratar algún volante a la brevedad. La dirigencia trabaja en este punto. Sobre todo luego de la presentación triunfal ante Argentinos Juniors, donde el representativo canalla ratificó la carencia de un generador de juego.
No obstante, el experimentando entrenador se las ingenió y maquilló bastante bien las falencias ante un mercado austero. Armó un equipo con alma defensiva y espíritu combativo. Con sed de triunfo y fuerte carácter. Los ejes que se vieron en la primera exposición fueron varios.
Lo más loable es que Central se quedó con los tres primeros puntos que ofreció la contienda ante el bicho de La Paternal, un rival que le sacó la pelota al dueño de casa y la administró a su antojo durante casi toda la velada. De hecho, las estadísticas arrojaron que tuvo una posesión del balón superior al 70 por ciento.
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El defensor Carlos Quintana mostró un buen rendimiento cada vez que jugó.
Central mostró ser lagunero por momentos. Ese será otro de los deberes que el técnico deberá corregir a la brevedad. Mientras tanto, hay que darle la derecha a Russo por haber puesto a tres de los seis jugadores que llegaron en este mercado. La defensa auriazul es una de las zonas más endebles del último tiempo. En nuevo orientador trabaja para cerrar grietas y sincronizar el sistema. Sea con cuatro o cinco en el fondo.
Lo que está claro es que con Miguel, el equipos primero defiende. Luego ataca. Y es justamente en la retaguardia donde menos licencias otorgó contra el bicho en líneas generales. Salvo un intermitente Damián Martínez, los demás actores de atrás estuvieron bien.
Facundo Mallo debutó en el Gigante. El zaguero central ya había mostrado tener mucha personalidad y seguridad en la pretemporada en Chile cuando tuvo su bautismo. Contra Argentinos se lo vio aplomado. Con voz de mando y cruces firmes. No se apichonó ante la adversidad como buen uruguayo que es.
Uno de sus compañeros de fórmula fue Carlos Quintana. Un defensor con roce en la elite. También llegó en este libro de pases merced a la flamante gestión dirigencial. Hasta el momento viene jugando entre los titulares. Russo confía en el Pelado, quien frente al bicho siempre fue al frente y ganó más de las que perdió. El dato negativo es que salió lesionado y su presencia ante Tigre es una incógnita.
Mientras que otro que dejó una grata impresión fue el también novato Alan Rodríguez. Si bien Russo lo ubicó en el tablero táctico dentro de los cinco defensores, lo concreto es que el paraguayo fue siempre al frente. Su esencia es atacar, no defender. Lo mostró cuando sacó ese centro envenenado y dulce que Candia cambió por gol a los 18’.
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Miguel Russo lo quería y Central sumó un buen proyecto como es Alan Rodríguez.
Hizo un surco por el carril izquierdo. Se lo vio como un juvenil con gran proyección. Va al frente sin temblarle el pulso. Mete la pierna con firmeza. Hizo un gran sacrificio físico, y eso lo terminó dejando casi sin energías. Al menos así se lo vio promediando el complemento. Sin embargo, es una pieza muy interesante.
La performance del cuarto pasajero que se subió al tren de la ilusión canalla fue grisácea. Octavio Bianchi entró por fuerza mayor a los 43’ del primer acto. Viene de militar toda su carrera en el ascenso y le tocó mostrarse en la elite antes de lo pensado por el entrenador. Al menos en la forma que debió mostrarlo ante la sociedad auriazul.
Bianchi falló en su primer mano a mano. Pero después se lo vio como un atacante con apetito de red. Se mueve bien por el frente de ataque, aunque deberá adaptarse a una categoría elitista y selecta. Sin embargo, mostró credenciales de ser un centrodelantero interesante. Por algo el DT Carlos Tevez, como Independiente y Racing también lo seguían y querían.
Está fuera de discusión que Central puso en la última línea del triunfal debut a tres de los seis refuerzos que sumó. tanto Facundo Mallo como Carlos Quintana y el guaraní Alan Rodríguez brindaron aval para ocupar una plaza desde el vamos, en un equipo utilitario y de carácter práctico, que tiene el sello de Miguel Russo.
Dólares para sumar
La cesión a préstamo de Facundo Almada a Mazatlán le generó a la tesorería canalla un ingreso de 150 mil dólares. Con ese dinero, la directiva especula y sigue monitoreando el mercado. Sobre todo tras la presentación ante Argentinos Juniors, donde el equipo ratificó la carencia de un volante que pueda generar juego en ofensiva. .
Almada se fue y se quedó en México, “pese a que desde Arroyito modificaron las condiciones de la cesión hasta fin de año con opción de compra del pase”, informaron desde Sinaola. En la entidad auriazul argumentaron lo contrario en su momento y por eso dilató la operación. Pero ya se resolvió por voluntad de los compradores.
Lo cierto es que el zaguero central le permitió al canalla obtener un monto extraordinario para buscar un volante interno que tenga la capacidad de alimentar fútbol sin necesidad de exponer a Ignacio Malcorra en un puesto que a sus 35 años no siente porque tiene otras características naturales.
Miguel los espera
La eliminación del seleccionado nacional Sub-20 en el Sudamericano que se está realizando en Colombia le permitirá de ahora en más a Miguel Russo poder contar con tres jugadores más: Ulises Ciccioli, Gino Infantino y Alejo Veliz.