Marcos Portillo esperó paciente su oportunidad desde el banco de suplentes. Y cuando Gabriel Heinze lo mandó a la cancha por Cristian Ferreira, seguramente lo hizo confiado, pero sin saber que de una jugada suya, el conjunto rojinegro obtendría el pasaje a los cuartos de final de la Copa Sudamericana. El mediocampista entró metido y liquidó el partido, que Newell’s merecía con creces, con un derechazo medido que se clavó arriba. Inalcanzable para el arquero Joao Paulo. Fue el 2 a 1 definitivo para la lepra.
Newell’s llegó a Santos con el karma de no haber podido anotar nunca goles en suelo brasileño. La racha negativa la rompió Juan Sforza, un futbolista surgido de la cantera rojinegra. Y Portillo, otro formado en el club, no se quedó atrás y también se hizo presente en el marcador, coronando una contra que tuvo previamente de protagonistas a Jherson Mosquera y Jorge Recalde.
Recostado sobre la izquierda, Portillo la recibió, se hamacó hacia el medio para perfilarse de derecha y pateó cruzado. Golazo. El tercero del volante en la Sudamericana. Una cifra que lo tiene como el máximo goleador rojinegro en esta copa. Los otros dos goles los señaló la noche de la victoria sobre Blooming por 3 a 0 en el Coloso, con la diferencia que en ese partido empezó entre los once.
Portillo y sus compañeros tuvieron además la entereza para reponerse de un gol anulado un rato antes. Una jugada que bien podría haber afectado anímicamente al equipo de Heinze. El juez Jesús Valenzuela, con la intervención del VAR, consideró que, luego de un tiro libre que Ferreira estrelló en el travesaño, Sordo molestó a un defensor rival que intentó rechazar, estando en posición adelantada, previo al cabezazo de Aguirre al fondo del arco.
Pero Newell’s no bajó los brazos, siguió atacando con decisión y Portillo lo selló con un gol fantástico en los instantes finales.
A esta altura no es novedad que el conjunto rojinegro haya abrochado la victoria en el cierre. Es que no se resigna ni se conforma nunca. Así le ganó en el debut a Audax Italiano en Chile, con el gol de Aguirre en tiempo adicional. Y también lo hizo así frente a Santos en el Coloso, en los minutos finales, con el tanto de Iván Gómez.
El temperamento que muestra el equipo lo lleva siempre seguir insistiendo, a buscar la victoria hasta el último momento, con los que empezaron de titulares y siguen en cancha, y con los que ingresan desde el banco, tal el caso de Portillo. De alguna manera ese carácter también explica que la lepra haya obtenido todas victorias en sus tres presentaciones en condición de visitante. Por eso tiene derecho a ilusionarse.
Recalde generó y asistió
Newell’s no dejó dudas. Dominó a Santos en las distintas facetas del juego y desplegó un fútbol ambicioso y agresivo durante toda la noche. Llegó mucho más que su rival y esa voracidad ofensiva que expuso a lo largo del partido tuvo entre los puntos altos a Jorge Recalde. El paraguayo se mostró muy participativo, fue lúcido con la pelota y gestó algunas de las ocasiones de mayor riesgo de la lepra en suelo brasileño.
Cuando el encuentro estaba por concluir, Gabriel Heinze lo reemplazó por Djorkaeff Reasco. Ya había cumplido su misión. Y con creces. Su actuación estuvo acompañada de otros rendimientos altos, por caso el de Cristian Ferreira. Pero Recalde estuvo un escalón más arriba que el resto. Ni siquiera opacó su papel el gol que se perdió en los primeros instantes del partido. Fue en esa jugada que nació en los pies de Sforza y continuó en una perfecta habilitación de Ferreira a espaldas de los centrales locales. Recalde la recibió y gambeteó al arquero, pero se abrió mucho, se quedó sin ángulo y el zurdazo bajo fue despejado por Luiz Felipe.
Mucho más preciso fue el taco exquisito que metió de espaldas al arco rival, tras un pase largo de Guillermo Ortiz, para que Brian Aguirre se vaya en soledad para abrir la cuenta. Pero el delantero la tiró desviada.
Tirado atrás, como Heinze pretende que juegue, Recalde se involucró en la gestación y colaboró mucho en los avances del conjunto rojinegro. Así, tras el tiro libre en el travesaño, intervino en el gol decisivo. Recibió el pase de Mosquera en tres cuartos de cancha, avanzó con pelota al pie y la abrió con justeza sobre la izquierda para que Portillo saque el remate cruzado que se metió arriba.